A principios del mes de diciembre el Servicio Secreto de los Estados Unidos, la unidad especial que protege la Casa Blanca, al presidente de los Estados Unidos y además tiene la función de ser la policía de falsificación, lanzó una convocatoria para buscar una agencia de relaciones públicas que le ayude a revisar sus planes de comunicación y definir una nueva estrategia.
Esto como consecuencia del problema que tuvieron el pasado mes de noviembre cuando una pareja de “invitados no autorizados” rompieron todos los niveles de seguridad y se colaron a un evento en dónde el Presidente Barack Obama ofrecía una cena al Primer Ministro de la India. Este asunto fue un escándalo y representó un gran problema de imagen tanto para la Casa Blanca, como para el Servicio Secreto, ya que mostro que la seguridad del Presidente puede estar en riesgo. La pareja, que era aspirante a un reality show, publico las fotos saludando al Presidente Obama en su página en Facebook y terminó aprovechándose de la situación para hacer más escándalo, argumentando que si eran invitados y que con todo este asunto sus vidas han quedado destruidas. El asunto además derivo en una investigación ordenada por el Congreso Americano, a dicha agencia del gobierno.
Este tipo de situaciones demuestra una vez más la importancia de que cualquier agencia de gobierno, por más poderosa que pueda ser, necesita de las relaciones públicas para establecer primero la correcta estrategia de comunicación para sus actividades y en segundo lugar, determinar cuáles pueden ser sus vulnerabilidades y en caso de que estas se hagan realidad en una situación de crisis, definir como saber manejarlas. En este caso el Servicio Secreto, al parecer nunca se esperó pasar por una situación así, y a la mera hora, tal vez por simple y ridículo, no supo cómo lidiar con el asunto en el momento. Con el incidente su reputación ha quedado dañada, por una simple pareja de cazadores de fama.
Qué bueno que hasta el poderoso Servicio Secreto, entienda que para hacer ese trabajo es necesario utilizar a los profesionales en relaciones públicas.
Ojalá en México pronto logremos que los funcionarios del gobierno entiendan que para los asuntos de relaciones públicas y comunicación estratégica, es necesario recurrir a los profesionales, y tomar muy en serio que cualquier situación fuera de control puede dañar gravemente la imagen del gobierno. Aprovecho la oportunidad para desearles a todos los lectores un 2010, lleno de salud, éxito y felicidad.
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