viernes, 9 de enero de 2015

Confusión 2015

Inicia el 2015, un año verdaderamente complejo, en primer lugar por circunstancias internacionales y en segundo, por las circunstancias de orden interno en nuestro país, pero especialmente en un año electoral como el que tendremos en México existe un factor extra que va a crear mucha confusión en lo que suceda en materia de comunicación y su manejo. Bajo este escenario, en este proceso electoral, y como lo exprese en mi libro “Los Efectos de la Comunicación en las Elecciones las elecciones del 2006”, la opinión pública y los medios de comunicación se convertirán en la arena de la disputa política, nuevamente.

Por lo que corresponde a la situación internacional, que definitivamente es compleja, el problema entre oriente y occidente, sumado al proteccionismo comercial y el problema energético en medio de toda esta situación, no es algo que se resolverá pronto ni de manera inmediata. Estados Unidos busca consolidar el bloque de Norteamérica, incluyendo a México, para conformar un frente comercial y energético fuerte y poderoso, por eso la razón inclusiva de acercar a Cuba. Esto nos complica la relación con los chinos y nos deja a expensas de los vaivenes petroleros internacionales.

Respecto a la situación interna, las cosas parecían ir bien hasta antes del asunto de iguala, a partir de ahí, hay una percepción de que las cosas se descompusieron ¿pero es real esta apreciación? La economía ciertamente se ve afectada por la situación internacional, pero México tiene coberturas sobre los riesgos del petróleo y tenemos un blindaje de préstamos suaves por los organismos internacionales a partir de la reunión del G-20, lo que nos puede ayudar a soportar el conflicto geopolítico ruso-energético. Por otra parte hay una luz en el horizonte que es la recuperación económica de los Estados Unidos y los acuerdos de la reciente reunión de los presidentes de ambos países; una posible consecuencia de esto  es que se genere una nueva reunión, pronto, que incluya a Canadá. Por lo demás, habría que esperar el resultado de la implementación de las reformas que lentamente irán cambiando el panorama de nuestra economía y la inversión extranjera, los últimos datos oficiales hablan de que el empleo ha estado creciendo poco a poco y con los programas de infraestructura esperemos que esto se consolide.

La situación política, obviamente, no será fácil, tenemos, por sintetizar de alguna manera, cuatro grandes vertientes muy complicadas y complejas: el primer eje que tiene que ver con las acciones del gobierno para la implementación de las reformas y la inversión en programas de infraestructura, en donde quedan pendientes algunas licitaciones y empezar a ver resultados en las inversiones y los supuestos subejercicios presupuestales; un segundo eje tiene que ver con la corrupción, la impunidad y el establecimiento del estado de derecho, en dónde hay temas atorados en el Congreso y desacuerdos en las posiciones, además de intereses muy grandes que no permiten avanzar; el tercer eje tiene que ver con la delincuencia organizada, la inseguridad y ahí el subtema obligado es la resolución del caso Iguala; y un cuarto y último eje, se refiere al conflicto empresarial clamando una tregua fiscal, ya que a los empresarios definitivamente no les gusta pagar impuestos. Todos estos temas estarán moviendo la agenda nacional y poco a poco conforme vayan pasando los días veremos cómo se desenvuelven.

Pero la confusión principal nacerá por el uso, abuso y manejo de la comunicación que se genera durante todo proceso electoral.

El escenario nacional con el que inicia el año no es bueno, empezamos con percepciones y sentimiento negativos creados por el torbellino informativo de Iguala, en el que el tema que predominó, al final de diciembre, fue que muchos columnistas a fin de año gritaban que el gobierno quería que llegara el puente "Guadalupe - Reyes" para que se olvidara el tema, y pasó, curiosamente porque los mismos opinadores salen tradicionalmente de vacaciones y porque en esas fechas a nadie le importan las noticias, y menos las malas.

Otro factor en este inicio del año es que ya empezó el bombardeo por parte de los partidos políticos en preparación a sus plataformas electorales; ya encontramos en segmentos de alta audiencia, de 3 a 4 anuncios seguidos de partidos políticos, que al estar juntos nos quieren plantear escenarios políticos futuros en México de mundos inexistentes con nuestra realidad nacional. Si a esto sumamos los mensajes de las campañas gubernamentales de logros, que por naturaleza tiene que incrementar en estas fechas, antes del silencio electoral que obliga la ley, pues tenemos entre 4 a 6 anuncios de corte político que escuchados uno detrás de otro hasta llega un momento en que dan risa por lo contrastante de los mensajes ¿será que el ciudadano tendrá la capacidad de discriminar mensajes o se convertirá en un bloque informativos de palabrería inútil con duración de 2 minutos? Y eso que aún no empiezan los anuncios de las campañas electorales en donde ahora tienen la gracia de repetir hasta en tres ocasiones los anuncios de partidos o candidatos.

A esto habrá que sumar la ya muy común y cotidiana información de las redes sociales, que es parte de nuestra vida: los memes, la información deformada, los rumores, chistes, video escándalos, grabaciones furtivas, heroísmos y egoísmos en Facebook que terminan  en escándalos o hasta en la cárcel.

En este ámbito habrá que sumar lo que parece haber invadido a los medios y al periodismo nacionales en este inicio del año, una crítica extrema a todo lo que suceda en el ámbito político. He escuchado entrevistas en donde se cuestiona y critica cualquier acción de la política per se, “si se hace  ¿por qué se hace? o si no se hace ¿cómo es posible que no se haga?”  Hoy al parecer la tónica o moda es cuestionar todo por cuestionar, lo peligroso de esta situación es que los medios pueden perder objetividad y crear mucha confusión en una sociedad, dolida, deprimida, hasta asustada y definitivamente desinformada.

Ejemplos en estos primero siete días sobran, desde el caso del diputado del PAN expulsado por una grabación telefónica, en donde se demuestra sus modos ante las mujeres, la política, la corrupción y la moral, y en donde algunos medios hasta cuestionan si la expulsión del partido fue muy acelerada, pero pocos cuestionan de dónde vino la grabación y si es legal exponerla a los medios, y más pocos cuestionan qué es lo que procede legalmente ante los hechos ¿un juicio político o un desafuero? El tema será olvidado por la opinión pública, en búsqueda de más escándalos y entraremos poco a poco en el esquema del escándalo semanal.

Por otra parte tenemos que diferentes especialistas en varias materias, espirituales, científicas y tecnológicas, confluyen en la opinión de que la transparencia es parte de esta era, época y momento, gracias, por una parte, a la actitud de exigencia, demanda y facilidad de transmisión de información, lo que hace que pocas cosas se puedan ocultar; tarde o temprano, todo se sabe. Hoy en esta confusión, cualquier persona que quiera ser famosa y estar en los medios lo puede lograr pero con consecuencias impensadas o totalmente distinta a el objetivo original, el ejemplo es la noticia de esta semana: a la esposa del ex presidente municipal de Iguala, la fama la llevó a estar en ocho columnas, pero por ser declarada formalmente presa y por viajar en avión privado, pero en un vuelo directo a un penal federal. Otros casos más son los referentes a las fotos en Facebook que muestran actividades que no son acordes a las percepciones por sueldos de gobierno, ¿recuerdan el desafortunado caso del Porche regalado a un hijo de un funcionario del Infonavit? Todo esto expuesto en redes sociales y llevado ante la opinión pública, nuevamente efectos de la comunicación.


El panorama que se avecina no es fácil por lo que los ciudadanos debemos de tener mucho cuidado y atención en la información que leemos, recibimos y vemos en las redes sociales. Por parte de los medios, instituciones, políticos y hasta de amigos y cercanos, vendrán olas de información falsa, calumnias, chismes y mil cosas más, que nos obligan a checar fuentes de información y veracidad de ésta.