viernes, 28 de noviembre de 2014

El verdadero cambio

El Presidente Peña Nieto diseñó un modelo de cambio para el país, lo implementó con una parte de su partido a través del Pacto por México, con el apoyo de partidos afines y en especial con una alianza con una parte de la izquierda mexicana: la corriente del PRD, la llamada de “Los Chuchos”. El acuerdo  fue exitoso y en dos años se sacaron reformas que nunca nadie había pensado se podían lograr, se diseñó un gran cambio para el país y está en curso; pero este proyecto que va a cambiar poco a poco el status quo de México, empezó a generar otros cambios a una mayor velocidad de lo que se esperaba y de alguna manera es lo que hoy nos tienen viviendo una situación política crítica.

Las reformas cambiaron los centros de toma de decisiones, los contratos, los flujos de recursos gubernamentales, etcétera, etcétera. Vamos, lo hemos dicho infinidad de veces,  se tenía que cambiar la ruta de los incentivos creados durante los doce años del PAN, más los ochenta del pasado PRI para cambiar al país, pero ya empezaron los reclamos por todo esto, y pareciera que los principales afectados están siendo actores políticos. Además, en el fondo también estamos viendo un cambio en la generación de políticos, ¿será que por eso, hoy vemos al ingeniero Cárdenas en un supuesto heroico arrojo de nacionalismo, congruencia, o quién sabe qué, aventarse al vacío de la nada política para seguir en la vida pública? ¿Será, o simplemente es para públicamente boicotear el punto de apoyo que tiene el Presidente en la izquierda?

Cualquiera que sean las razones para esta decisión del Ingeniero, estamos presenciando que una de las corrientes más viejas del PRI, que se distanció de su partido por no estar de acuerdo y se fue a crear el PRD en 1989 conjuntando a varios partidos de izquierda, está quedando técnicamente fuera del nuevo panorama político, si fueran jóvenes, podría haber una nueva ruta. En el caso de estos personajes, el inconmensurable paso del tiempo los dejará fuera de la jugada muy pronto. La nueva izquierda rescata el verdadero sentido de la izquierda, hasta técnicamente podemos decir que por fin el PRD empieza a deshacerse de una buena parte de los dinosaurios priistas, quedándose una camada de verdaderos izquierdistas.

Esta es una muestra de lo que el tiempo y esta palanca de reformas que vía el Pacto se gestó, empieza a generar un cambio en el sistema político, se están moviendo todas las aristas sociales que tienen vasos comunicantes con todos los grupos de poder, económicos y sociales. Queda claro que muchos que aplaudieron las reformas, hoy afectados por los cambios no están tan felices.

Lo importante en este caso será que el mismo equipo del Presidente Peña Nieto esté listo para enfrentar estos cambios, a lo mejor hay varios que pensaron que iba a ser un viaje en limusina y por el mismo efecto transformador el vehículo ya se convirtió en un todo terreno que entró en el peor de los territorios, de ahí que a lo mejor los cambios que se anuncien pueda ser un alto en el camino, como en las carreras,  para hacer un buen cambio de llantas y de pilotos expertos en estas labores.

Esto implica que a partir de este segundo año de gobierno, la dinámica del país será otra, el mismo cambio desató una nueva conciencia en los ciudadanos y una mayor agresión de los grupos de poder afectados por las reformas.

El implementar las reformas en este nuevo esquema social y tomando en cuenta el difícil entorno internacional no será tarea fácil y se necesitará una diferente destreza, coordinación y visión en el equipo presidencial.

Consultor y Analista Político


miércoles, 26 de noviembre de 2014

El México Invisible

Marco V. Herrera

En los últimos meses, hemos visto cosas inverosímiles: el horror de la corrupción con el asunto de los normalistas, así como el olvido de los delitos que se venían desarrollando; el grado extremo de la corrupción gubernamental y en donde no debemos olvidar que la sociedad también está involucrada; la suciedad de como un atentado a estudiantes es usado por manos invisibles que de pronto politizan todo y pagan por sacar a los maestros a demostrar una violencia extrema que trate de matar los avances democráticos y económicos; la mezquindad de algunos medios y comunicadores; y la falta de pericia de funcionarios públicos.

Además, hoy a la sociedad mexicana le ha entrado el síndrome del simplismo fácil: exigir que todos renuncien. Hasta Cuauhtémoc Cárdenas ya en un total debraye político exige la renuncia de los dirigentes del PRD. Como sociedad debemos de pensar que esa salida fácil es, a lo mejor, un reflejo de que nosotros mismo estamos renunciando a nuestra función ciudadana; ¿por qué no mejor pedirle a los sicarios,  a los narcotraficantes  a los delincuentes, o a los asesinos que renuncien a su labores que van en contra de la sociedad, de las personas,  la salud  e integración? Seguimos, desafortunadamente, metidos en aquel mal chiste de los cangrejos, si vemos a alguien en problemas o con ganas de salir de la cubeta, todos los demás en lugar de ayudar, todos evitamos que  salga.

Creo que todo esto nos debería de  llevar a que hagamos una gran reflexión: somos un país que queremos todos los beneficios de la modernidad pero sin hacer ningún esfuerzo, queremos crecer, pero no queremos cambiar.

Esto lo digo porque haciendo la reflexión de qué significa lo que estamos viviendo, la única explicación que se me ocurre es que al conjuntarse una serie de reformas económicas que se habían venido postergando por la presión de los grandes monopolios públicos y privados, más la intensión de tomar un nuevo curso legal en todo el país, definitivamente significa un gran cambio al estatus quo general y representa grandes daños económicos a ciertos grupos que pierden ingresos, por una parte, por la nueva competencia económica y la apertura, y, por la otra, por la inferencia en una nueva determinación de la justicia;  por consecuencia, no les gusta, esto a pesar de que falta mucho todavía.

Otro factor de gran importancia es el hecho de que en el fondo también estamos viendo una gran lucha generacional, los viejos políticos forjadores del tradicional sistema político y que están incrustados en todos los partidos políticos y las clases empresariales, aún dan patadas para que el mundo mexicano no cambie y ellos no pasen a la historia, y por supuesto tampoco pierdan el control del poder.

Lo más curioso es que a todos los presidentes, en su momento, les pasa lo mismo. Los amarres de las administraciones pasadas y los golpes de los grupos de poder lanzan embates siempre por el mismo camino: el de no querer cambiar. Pareciera que esos mismos políticos que en su momento sufrieron lo mismo, la presión para no poder implementar sus políticas reformadoras, hoy aplicarán las mismas viejas recetas de caravanas para rescatar la vieja revolución.

En lugar de eso, hoy todos como sociedad deberíamos de estar defendiendo a las Instituciones en lugar de la salida fácil de pedir renuncias, eso no es la solución a situaciones que por la modernidad muchos actores ni siquiera estar entendiendo, pareciera que la política se está pareciendo mucho a la tecnología, los teléfonos inteligentes de hoy ya no son como aquellos viejos teléfonos celulares, y a la generación pasada les cuesta trabajo aprenderlos a usar.

Es momento de cerrar filas por el bien de las Instituciones.

Consultor y Analista Político


miércoles, 12 de noviembre de 2014

La gran oportunidad de México

Leyendo la columna de Líbano Sáenz el sábado pasado, me vino a la mente que como consecuencia de los hechos de Ayotzinapa, sea cual fuere la conclusión de estos, en México debemos de aprovechar para cambiar la situación que hemos estado viviendo. Es muy claro que ante la descomposición del país, podemos, desafortunadamente, concluir que la política se convirtió en un arma para generar beneficios personales, pasando por encima de las leyes y la sociedad, y lo peor es que pareciera que nuestro destino está en manos de los malos políticos que tenemos y que como sociedad no tenemos ningún peso en las decisiones del país.

 Desafortunadamente, la falta de valores éticos que como sociedad hemos venido perdiendo, aunado a la ambición desmedida de los que están en puestos públicos y al contubernio ciudadano por omisión o desinterés, nos tiene metidos en esta sensación de que todo parece mal y la política no sirve; cuando todo funcionario público, desde el que atiende en una ventanilla o el policía, o el regidor, o el presidente municipal, el ministro, el gobernador, el legislador o el presidente, debe usar la política para ofrecer un servicio al ciudadano y para llevar al país a la creación de un mejor futuro y desarrollo.

Ante esto se me viene una simple y sencilla pregunta ¿qué podrá cambiar esta terrible tendencia? ¿Dónde nos quedó la moral?

La crisis de Ayotzinapa, pareciera que causó cierta conciencia, pero ¿salir a la calle significa avanzar? Hay algunos sectores que tienen hambre de vivir una “primavera mexicana” como la que vivieron algunos países árabes o como los movimientos en Hong Kong, pero aquí, el camino ha sido salir a robar, despedazar las ciudades y todo lo que se encuentra al paso de los manifestantes. Leía en un artículo escrito por Manuel Díaz que establece  que mientras que en Hong Kong los manifestantes, al mes de estar en la calle, abrieron paraguas, en México, pseudo-estudiantes, con la cara encubierta (un delito según nuestras leyes), roban tiendas de conveniencia y supermercados y destruyen ciudades. Ello hace pensar que en esta crisis hay mano negra de movimientos políticos por detrás, y nos regresa a ser una sociedad manipulada. Es claro que estas actitudes no llevan a un buen término las propuestas ni las quejas sociales.

Considero que es hora de un verdadero cambio, un cambio que se debe  dar en todo el país, en todos los ciudadanos, autoridades, funcionarios públicos, políticos y partidos políticos. Es urgente que nos entre la civilidad, debemos de entender para qué sirve la política y usarla en conjunto para el desarrollo del futuro de México, no para detenerlo o deteriorarlo.

Desde aquí lanzó un humilde llamado a organización políticas, a los jóvenes, a los estudiantes y todos los ciudadanos a demostrar la buena calidad humana y cívica que existe en nuestra cultura mexicana, pasemos de la crítica egoísta a la acción ciudadana y a la política enfocada para recuperar valores, si no lo hacemos, entraremos en una espiral de violencia y enfrentamiento estéril que será campo fértil para delincuentes y malos políticos. De continuar así, seguiremos dando pie a un círculo vicioso extremadamente benéfico para las malas prácticas y una mayor pérdida de valores.

El gobierno acaba de anunciar que va a lanzar nuevo Pacto para fortalecer las instituciones y asegurar la vigencia del Estado de Derecho ¡perfecto! Esa es la iniciativa del gobierno, a la que ya se están sumando los gobernadores y deberán de sumarse partidos políticos y la sociedad organizada. Aunado a esto, se deberá de revisar el marco legal del Pacto Federal, pero al unísono la sociedad debe también hacer su parte, ya basta de la queja fácil y la posición cómoda de ser cómplices de las malas acciones.

Es la gran oportunidad de México de verdaderamente definir y construir el gran futuro al cual siempre hemos estado destinados.


Consultor y Analista Político


lunes, 10 de noviembre de 2014

Crisis Mundial, crisis local

Washington, D.C.- Economistas, empresarios e investigadores de diferentes países se dan cita en el Foro de Mercados Emergentes, para analizar el futuro de la economía mundial. El futuro es incierto, en dos días de discusión sólo hemos podido escuchas en múltiples ocasiones la palabra crisis, proteccionismo y falta de liderazgo en los países de nuevo desarrollo. Los datos de los principales países tampoco son positivos, las economías se mueven lentamente.

Me queda muy claro que el mundo no se está dando cuenta de que el modelo económico mundial está agotado, no hay confianza, no hay seguridad y por lo tanto no hay desarrollo, para empeorar el panorama, las instituciones nacidas de los tratados de Bretton Woods en 1944, tienen un modelo de actuación de más de 70 años y ya tampoco están funcionando, tienen una visión antigua y ortodoxa, y tal vez sean los primeros que no están entendiendo lo que está pasando en el mundo.

Como un ejemplo de una de tantas situaciones, podemos decir que todos los países emergentes están necesitados de grandes proyectos de infraestructura y no tienen todos los recursos fiscales para llevarlas a cabo, el problema es que existe un circulo vicioso, pues a las empresas privadas no les da confianza invertir en estas obras mientras los plazos y la certeza jurídica no sea la adecuada; entonces, se crea el efecto de quién es primero, el huevo o la gallina.

Por otra parte tenemos que las compañías requieren mano de obra técnica y calificada, que no existe en los países por los déficit educativos y el mundo está enfrentando la trampa del sistema universitario que genera más profesionales que el sistema de profesionales técnicos, que cada día serán más necesarios, en medio de este dilema ya empieza a ser una preocupación, sacada de las viejas películas tecnológicas, la incipiente, pero real, batalla entre los robots vs los humanos. A esto le sumamos el dilema de los acuerdos comerciales y financieros así como la baja del petróleo  y tenemos un mundo no sabe para donde ir.

Mientras esta batalla mundial tiene cabida, en México, los estudiantes en México se están dejando politizar por el terrible asunto de los estudiantes en Ayotzinapan, y desafortunadamente el tema de Guerrero empieza a contaminar todo el sistema político, una vieja lucha de grupos de poder y de partidos políticos que nace de traiciones, enfrenta al viejo PRD y al PRI, el problema es que se combina con grupos guerrilleros, delincuenciales, narco-política y la ineficiencia de un Gobierno de vieja guardia.

Es necesario hacer un gran control de daños y un buen manejo de crisis, el Gobierno de Peña Nieto tendría que cerrar filas y no empezar luchas internas de poder que puedan crear agujeros, para que los enemigos puedan hacer de las suyas. El ambiente, la economía aún no generan soluciones y será necesario que cierren filas para poder enfrentar este reto y no perder el momentum.

El dilema es muy complejo, la población pide la cabeza del Gobernador, al sistema no le conviene que caiga, y el PRD defenderá la plaza hasta el cansancio, es un bastión político para seguir con el proyecto de los Chuchos y cambiar la imagen de la izquierda como gobierno, el problema es que el resto de la izquierda extrema es su peor enemiga y también está jugando a que las cosas no salgan bien.

En esta ocasión no se pueden dar el lujo de fallar, está a prueba la operación política del más alto nivel, así como el poder del Estado.

Consultor y Analista Político

¿Pa’qué es el Gobierno?

En las últimas semanas, con el desafortunado incidente de Iguala, Guerrero, el país entro en un terrible espiral de incertidumbre, desafortunadamente, se junta con la crisis económica internacional, en donde por el gran pleito que existe entre las potencias mundiales, ante la llegada del invierno, se cae el precio del petróleo y las bolsas de valores. Hay que anotar que México no está fuera de esta problemática internacional, ya que al empezar a desarrollar la industria petrolera con la Reforma Energética el mercado energético de América del norte representa una gran competencia a los rusos y árabes.

Hoy la opinión pública entra en un frenesí nacional, diferentes actores sociales y políticos piden que se resuelvan la situación de Guerrero a la antigüita, cuando el presidencialismo recalcitrante en manos del PRI quitaba y ponía gobernadores pisoteando todas la leyes, habidas y por haber. Es muy curioso escuchar diferentes voces que se quejaron en su momento por este tipo de acciones, pedir al Gobierno Federal que desaparezcan los poderes en Guerrero, y peor todavía, es escuchar las opiniones populares pidiendo que corran al Gobernador, todo esto frente a la posición del INE, quien opina que ante el proceso electoral, esta acción, no ayuda al proceso.

Por otra parte los partidos políticos han llegado al límite, hoy en sus filas hay de todo: políticos, ciudadanos, adherentes, delincuentes, ladrones, asesinos, malos gobernantes, etcétera; a tal grado es la crisis que hasta se tuvieron que poner de acuerdo que tienen que pasar por los filtros de la PGR la lista de sus futuro candidatos para ellos mismo descartar que existan políticos delincuentes. El problema es mayor, si los políticos y los partidos son el reflejo de la sociedad, estamos en un serio problema de valores y ética nacional ¿Cuándo empezaremos a hacer algo más? la revisión de la lista es un principio, pero ¿Y qué más sigue? ¿Dónde quedó la vocación de servicio? ¿La política ya es puro negocio?

Aprovechando esta coyuntura los opositores al gobierno arremeten con todo para crear mayor incertidumbre, al fin ya estamos en campaña política y todo lo que ayude a crear confusión apoyará a su causa, de tal modo que ya están politizando los movimientos estudiantiles para poder sacar raja del momento de confusión. Hay que tener cuidado, hay movimientos internacionales empujando acciones criticas en contra de los gobiernos en toda la región. Lo curioso es que las evidencias de sus acciones como gobierno son los que más han dejado huella de corrupción y cercanía con la delincuencia, así lo marca la historia cercana del Michoacanazo y ahora Guerrero, sin olvidar la alternancia por gobiernos fallidos en Zacatecas.

Hoy más que nunca es muy importante que los políticos y los futuros candidatos a la elección entiendan lo que implica ser autoridad. En México, debemos de recuperar la visión de Estado, de autoridad y dejar atrás el deseo iracundo de ser político sólo para robar. Puede ser un sueño, pero pareciera que estamos llegando al límite de la exageración y es momento de retomar el camino para poder generar el México que les dará una vida moderna y segura a nuestros hijos.

Para estos efectos estando en la ciudad de Washington me encontré un artículo que describe de manera corta y simple lo que cualquier persona libre necesita saber y entender sobre lo que es un gobierno, escrito por Oliver DeMille, del Centro para Liderazgo Social,  y que lo expone claramente de la siguiente manera:

Un Gobierno es fuerza, pura y simple. -George Washington dijo: El Gobierno no es una razón, no es elocuencia, ¡es fuerza! Como el fuego, es  un sirviente peligroso y un temible amo-. Esa fue la visión de los fundadores de América, la creación de un gobierno con un poder que reside en una institución.

Otra visión sencilla sobre lo que es el  Gobierno es la que tenia Thomas Jefferson, que dijo: -Un Gobierno libre está fundado en los celos y no en la confianza; son los celos y no la confianza, lo que establece los límites de las Constituciones y las obligaciones para aquellos  que están obligados a confiar en el poder… y en cuestiones de poder, entonces, no se diga más de la confianza en el hombre, que las ataduras que tiene por las cadenas de la constitución-.

Como se puede ver los fundadores de los Estados Unidos tuvieron una visión diferente de mucha gente hoy, ellos lo llamaron fuerza, fuego y todo lo que el gobierno debería ser tratado y hecho por la fuerza, no hay excepciones, es muy sencillo. Como el fuego, es de mucha ayuda a los humanos, pero debe ser controlado desde el centro de fuego, y eso está representado por la Constitución, y es natural el fuego descontrolado puede dañar a la gente. Bajo estas bases el Gobierno es el que protege a las personas de las fuerzas negativas, pero en la historia de la humanidad, el Gobierno por si mismo ha sido un gran abusador.

En términos prácticos, lo que se tiene que hacer por la fuerza, debe ser realizado por el gobierno, las demás cosas que se pueden hacer de mejor manera que por la fuerza no deben de ser realizadas por el gobierno, bajo este principio el sector privado co-existe, trabajando para hacer su parte en el desarrollo del país, para crear una sociedad cooperativa y balanceada. Esto es una ley del universo, y si esto se rompe o se ignora, la libertad será la libertad se perderá”.

Consultor y Analista Político


viernes, 7 de noviembre de 2014

Dos visiones

La semana pasada tuve la oportunidad de ofrecer dos conferencias con temas distintos y en diferentes auditorios, lo que me dio la oportunidad de poder compartir dos visiones de nuestro México con distintos públicos.

La primera conferencia fue en el Centro de Estudios Superiores Navales en dónde tuve el honor de participar en una mesa de trabajo donde se discutió el tema de la Visión Geopolítica de México en America del Norte, Asia y Europa, con Oficiales de la Armada Mexicana, militares nacionales y de otros países. Curiosamente este evento fue justo una mañana después de que el Presidente Peña Nieto diera su discurso ante la sede de las Naciones Unidas, en dónde dio a conocer la participación de México en las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, por lo que puso en jaque a todos los expositores, ya que esto significa un cambio radical en cómo México venia implementando su política en el exterior.

En mi caso, me ayudo el anuncio del Presidente, ya que una de mis tesis para mantener una mejor relación y lograr una verdadera inserción  en el mercado de America del Norte, implica redefinir la filosofía con la que manejamos nuestra soberanía, y con este anuncio, por fin México empieza a salir de la zona gris con la que manejó su política exterior en los últimos doce años. El ser un actor principal en el escenario mundial y lograr que en el futuro se coloque entre las primeras 10 economías del mundo, implica tener una política exterior más proactiva, lo que cambia radicalmente la forma como nos veníamos manejando.

La segunda conferencia fue en la ciudad de Querétaro en dónde pude convivir con Jóvenes políticos de la CNOP, y en donde el tema principal fue el futuro de la política en México y lo que los jóvenes tendrán que enfrentar con una sociedad incrédula y por ende más demandante. 

Revisamos las cifras de un estudio del Instituto Nacional electoral (INE), con estadísticas que lo único que demuestran es que la sociedad no quiere ni le gusta participar en la política, el estudio reporta, entre otros muchos datos, los siguientes: el 66% de la población piensa que para nada o poco, sirven las leyes en México; el 60%  de los mexicanos piensan que no sirve de nada denunciar delitos;  la democracia no  satisface al 42% de la población; diputados y partidos políticos son los que generan la mayor desconfianza en la población; el 66% de la población considera que no tiene ningún contacto con redes políticas o sociales; sólo el 11% de los ciudadanos participa en actividades de los partidos políticos; sólo el 7% de la población está afiliado a un partido político.

Esta desconfianza en los políticos nace porque históricamente nos han mentido y hemos visto una enorme corrupción en los que han estado en el poder; con la alternancia, los que decían que nunca jamás, resultaron iguales o peores; y los que clamaban justicia social, han construido su base con cuotas clientelares, terminando cobrando por todos los años que no estuvieron en el poder. El pueblo se queja, pero también se ha acomodado al sistema, hoy tenemos informalidad, delincuencia y también corrupción en la iniciativa privada. La población ha visto en los políticos básicamente tres grandes males: deshonestidad, egoísmo e informalidad.

La propuesta para cualquier político que quiera enfrentar el nuevo México que se está conformando es sencilla, además de prepararse para enfrentar la implementación de las reformas en  un nuevo escenario nacional e internacional, tiene tres simples y sencillos ejes: el primero, ser puntuales, ser honestos y ser confiables, así de simple con toda la complejidad que encierra, un cambio profundo desde adentro de sus convicciones. Juventud,  esplendido tesoro que tiene este país.


Dos visones, dos audiencias, un país en plena transformación