martes, 23 de septiembre de 2014

Aeropuerto

Mucho de que hablar ha causado la propuesta del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. En general, por los comentarios que he escuchado de mucha gente, el anuncio caló hondo en la gente, para bien.

La construcción de grandes obras de infraestructura o monumentos históricos que se erigen por los gobiernos en turno son obras que impactan en el orgullo nacional de cualquier país, son obras simbólicas que representan cambio, crecimiento o bonanza, ya de “perdis”, alguna celebración histórica por aniversario del país.

Haciendo un ejercicio de memoria y preguntando a algunos amigos, trate de definir cuáles son las obras monumentales que representen o generen este tipo de orgullo en la población de México, que se hayan construido en los últimos años, y desgraciadamente son pocas, y de muy triste historia, otras son de hace tanto tiempo que la población ya ni se acuerda, es por esto, creo, que el anuncio del nuevo aeropuerto ha sido tan bien recibido.

Las obras que se contabilizan como monumentales fueron las siguientes: la triste Estela de Luz, obra que fundamenta la desgracia Panista en el poder, que al preguntar por ella a las personas, primero la identifican con el sobrenombre de una galleta, segundo, nunca la identifican con el motivo que fue realizada, y tercero, no es un monumento cercano a la población, se ha convertido en un mamotreto atorado en Reforma, que pasa desapercibido, es como un mal recuerdo a la población.

Otro que se recuerda por algunas personas, son los ejes viales en la ciudad de México, todos reconocen que si no se hubieran hecho esta ciudad no podría ser lo que es hoy. Los segundos pisos, por alguna razón no se reconocen aún como una obra monumental, o significativa, son más bien una solución vial con tintes electorales. De la Línea 12 del Metro, otra obra que quiso ser convertida también un el monolito incólume del Marcelismo de esta ciudad, ha quedado sepultado en una historia de lodo, corrupción e ineficiencia gubernamental. Con esto el Metro de la ciudad queda borrado de la memoria colectiva. En el sexenio pasado se termino el Puente Baluarte Bicentenario, el puente colgante más largo del mundo y que conecta a Durango con Mazatlán, y que a pesar de su magnificencia esta perdido en la memoria colectiva del país.

En estas fechas se está celebrando el 50 aniversario del Museo de Antropología, obra que con todos los honores, se reconoce como un icono y orgullo nacional, pero al saber de su aniversario, nos da tristeza ver que tiene cincuenta años México de no hacer obras que levanten el orgullo nacional; aparece el Palacio de Bellas Artes con 80 años de vida, y de ahí para atrás, rascándole en la historia colectiva, nos vamos hasta principios de siglo. Eso no quiere decir que no se hayan realizado obras, el país ha crecido enormemente, generando mejor infraestructura, pero nada que haya calado el asombro y el orgullo nacional.

Es por eso, en mi humilde opinión, que el anuncio del aeropuerto ha dejado tan buen sabor de boca, sobre todo, porque también se ha dejado del lado aquel malentendido orgullo nacional de querer que todo sea realizado por mexicanos, y en este caso, creo que el simple hecho de traer al mejor arquitecto del mundo, al especialista, al que ha realizado los últimos aeropuertos más grandes del mundo, significan muchas cosas de la visión que se quiere tener del nuevo México. Espero no ser malinterpretado, no tengo nada en contra los arquitectos mexicanos, pero hacer un aeropuerto no es cualquier cosa, y el querer que tengamos el mejor, y más moderno, aeropuerto del mundo es un asunto de traer al mejor.

Ahora, para los preocupones y desconfiados mexicanos, lo que ocupa nuestra atención es que esta obra sea bien construida, sin corruptelas y que todo el sistema comercial y de transporte alrededor de esta obra, también muestre un mejor y más avanzado sistema de servicios.


Con todo respeto y ahínco, ahí se lo encargamos al señor Presidente Peña Nieto y a Don Carlos Slim.

Dos años de operación

A casi dos años de la llegada del Presidente Peña Nieto y de la firma del Pacto por México, la economía sigue con bajo desempeño, la inseguridad no se ha logrado controlar del todo, pero se ha logrado lo que nadie antes había podido, romper, a través de la operación política, el status quo de México.

Y este logro digan lo que digan no es menor, y menos en un país en donde sus sistemas político, social y económico se formaron a través de monopolios privados y estatales. En México llegó una época en dónde todo era cuestión de monopolios, en dónde el enfrentamiento entre los hombres ricos y poderosos fue generando que cada uno de los extremos se fuera atrincherando en sus barricadas y lo que soltaba un bando el otro se hacía dueño y así se formaron los grupos y liderazgos de la política, los sindicatos, los empresarios y hasta la misma sociedad; posteriormente se crearon los contubernios en donde se sobrevivía, unos generando poder tener el poder de otorgar los recursos del gobierno, mientras que otros los recibían felizmente.

Después llego la alternancia, en donde el partido en el poder creía que la democracia era una varita mágica que balanceaba a todos en el Estado, y la moneda se volteó y  lo único que pasó es que los proveedores y negociadores del gobierno cambiaron de color, generando una nueva de interlocutores sociales.

Cambiar el estatus quo fue romper estas viejas y nuevas reglas mediante la generación de un entendimiento de los problemas, una propuesta a futuro y una operación política que generó cooperación entre los sectores, para mí esa es la gran noticia del informe, todo lo demás ya estaba dicho, requeté-anunciado.

Y la mayor consecuencia de todo esta operación, es una mejor noticia, es el regreso a la institucionalización de nuestro sistema, de los partidos, de, valga la redundancia, las instituciones y hasta increíblemente de la política.

Si analizamos que es lo que ha estado pasando podemos decir que hoy tenemos una izquierda que se porta de manera parlamentaria, que el PRD presida al mismo tiempo al Senado y a la Cámara de Diputados es un notición que no pareciera tener importancia, pero la tiene; que el mismísimo AMLO ande por el país en sendas camionetas Suburban nuevas y seguramente blindadas, decentemente haciendo campaña y organizando su partido político, también es una noticia, después de todos sus antecedentes, claro que tendrá que pasar la prueba de fuego de la institucionalidad cuando deba de alcanzar el 3% de la votación, el cuál mal o bien con una estructura partidista como el PRD fue fácil, ahora ya tendrá su oportunidad de demostrar si el discurso rancio y bajo las nuevas circunstancias puede pegar en una población con rasgos diferentes a los de hace 6 años.

Claro no todo es miel sobre hojuelas para esta administración. Esta institucionalización de la que hablamos, al parecer, se le atragantó al PAN, y acto seguido del informe, lanzó a todos sus soldaditos a criticar férreamente al Presidente bajo el argumento que todo lo que se informó fue logro de ellos, los diputados; ahora los trasnochados y de argumentos rápidos y a destiempo son los panistas, que parecieran que no pueden aguantar que la izquierda se vea mas cuerda y como hermano berrinchudo, no acepta que el otro obtenga los premios de la institucionalización, peleando el lugar que ellos quisieron abandonar por gusto.


Hoy el PAN parece más balcanizado que el mismo PRD y México, mal o bien, lento o no, transita cuidadosamente evadiendo baches, problemas y escándalos, con pequeñas sorpresas que nos guste o no, van sorprendiendo; acabo de escudriñar la obra del aeropuerto y más allá de la resolución política y social, los de Atenco no pueden quejarse, ni quien los toque, el simple hecho de traer al mejor diseñador de aeropuertos del mundo hace ver que México puede tener visión de grandeza, y lo único que se me viene a la mente son dos cosas, la primera, ¡por supuesto que este país se merece una obra así!, y la segunda, ¿Por qué antes a nadie se le había ocurrido?

Circo democrático

Lo que sigue, irremediablemente, son las elecciones. Queramos o no, el camino de las reformas dejó una marca muy importante en el sistema político mexicano: la colaboración entre los grupos políticos.

Todos los partidos, grupos políticos, grupos empresariales, por fin se pudieron poner de acuerdo en algo, que el país necesitaba cambiar lo que hacía mucho tiempo la necedad de los políticos, la ambición de los empresarios y la mentalidad monopólica de todos ellos en conjunto, no habían querido tocar por muchos años, pero no había forma de que el país pudiera salir adelante, y entonces vino la cooperación y el entendimiento para definir un nuevo rumbo, perfecto en lo económico ya quedo el acuerdo ¿y la democracia, apá?

Pues, ahora, ya que se retiran de la mesa los sectores económicos  y se van a componer sus negocios, los partidos políticos se quedan en la mesa de frente a la siguiente elección, tienen de frente una contienda totalmente distinta, con reglas nuevas y con una base de discusión diferente, la de, alguna u otra manera, haber logrado consensos para cambiar las leyes de este país; ante este contexto no queda de otra más que jugar al juego de la democracia.

Ante esto y con miras a crear una izquierda nueva, el PRD se enfrenta al dilema de mostrarse ante la ciudadanía como un partido nuevo más moderno y productivo, pero tiene que seguir pegando de gritos y mostrando su cara de enfrentar al gobierno, para lo cual, en la democracia, el mejor camino es “la consulta popular”, obviamente en contra de la Reforma Energética, y esto sólo previendo que no tengan una desbandada para Morena. En esa misma tónica y por otro sendero, Mancera se lanza con su plan para cambiar el salario mínimo en el DF.

Ya entrados en gastos, el PAN se monta en el mismo circo y propone para la consulta el tema del salario mínimo, lo hace porque quiere recuperar todo el terreno perdido y la caída en picada que tiene el partido.

Y finalmente, el PRI, con los colmillos bien afilados, lanza su propuesta para eliminar el subsidio democrático, reducir los plurinominales, y con eso mata el tema de la consulta y pone en jaque a todos, al parecer con un mensaje de que el circo democrático no va por ahí. Ahorita lo importante es el informe del Presidente, ya después da inicio la verdadera contienda electoral. De todos modos, al parecer ninguna de las tres preguntas y temas serían aceptados por la Suprema Corte, por lo que en este primer round, tenemos knock-out técnico a la consulta popular.

Esto implica que el circo democrático para la siguiente elección deberá tener otro desenlace y buscar nuevas pistas, lo que dependerá, primero, de lo que pase en la elección de la dirigencia del PRD y como resultado si hay desbandada de políticos y militantes hacia otros partidos, todo este circo es una columna de humo para lo que verdaderamente se está cocinando por detrás y que son las alianzas electorales. No hay que perder de vista que en democracia y después de un trabajo colaborativo, el PRD en su nueva faceta puede convertirse en la bisagra electoral, puede ir con tirios y troyanos en las diferentes regiones del país. En algunas partes, el amarillo y azul podrán hacer una opción verde, y en otros el amarillo con rojo podrá ser anaranjado, los que le puede dar más opciones coloridas a nuestra democracia.


Lo que es un hecho es que a la consulta popular de inicio se le desvirtuó, y considero que es necesario rescatarla, la única forma sería que ésta fuera retomada por iniciativa ciudadana y sin manos de los partidos, lo que puede ser muy difícil, pero bueno ahí está la propuesta. Los partidos mal o bien ya se pusieron de acuerdo en algo, ahora le tocaría a la ciudadanía aprender a hacer lo mismo.