jueves, 30 de mayo de 2013

Diálogo de perdedores



La voluntad para el diálogo no es algo habitual en la vida política de México, sin embargo, durante los últimos meses se han dado grandes avances en la materia, pero intentan ser boicoteados por algunas  fracciones partidistas

En México, los políticos tienen la mala costumbre de no dialogar. Esto viene de la naturaleza de nuestro sistema político que, al haber contado con un partido hegemónico en el poder durante muchos años, “el diálogo” era técnicamente unilateral. Esta situación creó a una oposición contestataria, por parte de la derecha, y extremista, por parte de la izquierda, aunque en la geometría política se pueden llegar a juntar los extremos y cada una de estas posiciones tiene, a su vez, alas extremistas.

Esto genera que, en nuestro país, el dialogo sea siempre de arriba hacia abajo, que sea bajo la óptica del «yo estoy en el poder y tu no» y, si a esto le sumamos la cultura del Tlatoani que es exactamente al revés, en dónde el gobernado viene a pedirle siempre al gobernante de abajo para arriba, tenemos una mezcla explosiva que define nuestra cultura política. En este contexto se ubica la posición política que, por naturaleza, tiene la oposición, con una sentimiento extra que, de entrada, plantea «cómo no me van a oír, tengo que golpear para ser escuchado», lo que ha caracterizado a todo grupo disidente, sea grupo político, apolítico, guerrillero o, incluso, partidos políticos. Eso es lo que domina en la lógica del diálogo en nuestro país.

Bajo esta premisa, podríamos aventurarnos a decir que, en México, no ha existido el diálogo político; las únicas veces que se ha llegado a dar, ha sido cuando el país está al borde del abismo y es cuando realmente la voluntad política y la necesidad de salir de las crisis han generado un diálogo productivo. Es el caso de los famosos pactos que se fueron dando en la época de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y, después, con Ernesto Zedillo.

Ahora en el gobierno de Peña Nieto, un grupo de políticos ha propuesto un pacto, una mesa de diálogo que, de manera muy rápida, ha generado consensos que han logrado definir una serie de reformas muy necesarias para la modernidad del país. Este diálogo tomó a todos por sorpresa, inclusive a la población que no acaba de entender o de medir la importancia de esta mesa de negociación.

Pero, como siempre ha pasado en nuestro país, los grupos políticos perdedores, los que no han sido llamados por sus perennes características de corta visión, gran egoísmo o reticencia ideológica para darse cuenta del poder que está generando este dialogo, ya empezaron a buscar la manera de boicotearlo esgrimiendo todo tipo de argumentos democráticos.

Hoy, México necesita ver más hacia la resolución de los problemas económicos; ante un mundo que está entrando en una recesión impresionante, es vital que hagamos todo lo necesario para reformar todo lo que se ha quedado en el pasado. Ésa debe ser la prioridad. Los aspectos políticos hoy no tienen mayor importancia y pueden esperar a que entremos en una normalidad económica mejor y, de ahí, plantear las  reformas necesarias en la parte política y en la parte electoral.

Desafortunadamente, en la lógica de los perdedores y de los que fueron rechazados por los votantes por su mal desempeño, su egoísmo sólo los deja entender a la política actual como el futuro escenario electoral del 2018.
 Los problemas de México y su subsistencia económica en el entorno mundial deben de estar por encima de los problemas electorales. Parte de lo poco que se había visto en este primer dialogo franco entre partidos políticos es que el tema electoral lo habían podido dejar a un lado, cambiando un poco la lógica de la política de los últimos años, en donde el PAN abusó de poner dicho asunto como objetivo principal de todas sus acciones políticas, seguramente viendo que sus preferencias electorales fueron perdiendo seguidores conforme se veían los resultados de su gestión política.

A este grupo de políticos en desgracia se le suman los otros grandes perdedores y, en el pasado, enemigos, una ala del PRD, para anteponer sus intereses electorales, antes que la solución de los problemas económicos. Es una desgracia que sigan queriendo los políticos perdedores anteponer sus intereses a los del país, ojalá el diálogo abierto perdure en contra de la actitud de ciertos políticos que tanto daño le han hecho a México.


Consultor y Analista
Consultor




lunes, 27 de mayo de 2013

¿Cómo promover la competitividad?



Las políticas públicas para promover la competitividad deben contemplar la transparencia, la regulación del mercado, las leyes laborales, el acceso al capital y las leyes comerciales.

La competitividad se puede definir de manera sencilla como la capacidad o características de las organizaciones para competir con sus contrapartes en los mercados nacionales e internacionales. Tiene mucho que ver con la productividad de las empresas, las finanzas, los procesos, la mano de obra, la calidad  y el mercado en la que las empresas desarrollan sus productos.

Pero cuando hablamos de la competitividad a nivel nacional y de cómo promoverla en las empresas mexicanas, no sólo para mejorar el mercado interno sino para poder competir a nivel global, se convierte en un asunto mucho más complicado ya que la elaboración de políticas públicas para la mejora de la competitividad necesita tomar en cuenta cinco factores que, a su vez, son muy complicados: la transparencia, la regulación del mercado, las leyes laborales, el acceso al capital y las leyes comerciales.

En nuestro país es necesario empezar a mejorar la regulación en estos cinco factores, ya que según datos del Estudio Doing Bussines 2013 del Banco Mundial, a pesar de los reportes positivos sobre la facilidad de abrir un negocio existen otros en dónde es necesario mejorar tales como abatir la corrupción, mejorar los indicadores de transparencia, mejorar la información pública para los ciudadanos, disminuir los costos de conflictos y disputas, el registro de la propiedad, promover la innovación en todos los niveles y crear esquemas financieros de apoyo, mejorar las prácticas comerciales, mejorar el acceso a créditos sobre todo para las Pymes, entre otras.

Ahora el gobierno de Peña Nieto está buscando desarrollar estrategias que permitan mejorar la competitividad y la productividad, la buena noticia es que por primera vez se ha atacado el problema de manera integral; por una parte, con la Reforma Financiera se quieren atacar algunos de los problemas de financiamiento y ciertas lagunas en leyes comerciales. Por otra parte, con el Instituto del Emprendedor se trata de promover el crecimiento de las Pymes, en dónde deberán tener especial cuidado en buscar incorporar a la mujer y con la Reforma Laboral se cubren otros aspectos que complementan y dimensionan el problema.

Faltará cerrar la pinza con los aspectos de transparencia en las  dependencias del sector y con la revisión de algunas leyes comerciales. De igual manera, deberían de revisar el fundamento de la Procuraduría Federal del Consumidor para saber si sigue con los mismos programas o, en el entorno del cambio del mercado, se le incorporan nuevas funciones o se le cambia la óptica.

Otro de los aspectos que se deberá de cuidar en todo este esfuerzo, y que se convierte en una gran reto, es la capacitación a las empresas y los entrepreneurs que de alguna manera  al estar al frente de sus empresas y del mercado, se dan cuenta más pronto de las necesidades, frenos y barreras para poder crecer que las mismas autoridades. Sin embargo va a ser necesario hacer un gran trabajo de difusión y convencimiento.

Hoy se instala el Comité Nacional de Productividad, a cargo de la Secretaria del Trabajo, esperemos ver cuál será el plan y como se irá coordinando para que el mercado pueda desarrollarse y la competitividad genere un mejor escenario para el país.


Consultor y Analista
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viernes, 24 de mayo de 2013

Plan Nacional de Desarrollo



El Plan Nacional de Desarrollo de Enrique Peña Nieto dejó de ser un mamotreto no entendible y ahora es un documento con estrategias muy claras.
A principios de semana, opacado por el escándalo del PAN, se dio a conocer, vía el Diario Oficial de la Nación El Plan Nacional de Desarrollo que regirá los destinos estratégicos del país durante los próximos seis años.

El documento está muy bien hecho y su planteamiento con una lógica estratégica muy bien estructurado. Llaman la atención los comentarios que se incluyen, de la consulta que se hiciera con más de 200 mil personas, unos que participaron en las reuniones para tal fin en toda la república y otros por medio de la aplicación vía Internet en la página que ex profeso se creó para la consulta del Plan. Tuve la oportunidad de participar en ambos ejercicios, el primero en la Ciudad de Querétaro en donde participaron más de tres mil personas y, también llene el cuestionario vía internet, una interesante aplicación que al final daba el resultado comparativo de lo que uno había contestado contra el resto de las opiniones. Estos comentarios complementan muy bien el ejercicio de la planeación participativa.

El Plan, como ya lo mencione, está muy bien estructurado ya que, es corto, conciso y sobre todo muy coherente. Con todo lo que se ha vendido negociando en cuestión de las reformas y, los diferentes planes de gobierno, dejó de ser un mamotreto no entendible para convertirse en un documento con estrategias muy claras. He tenido la oportunidad de revisar los planes para tres distintos sectores, por intereses de algunos de mis clientes, y el escrito da una muy buena guía de por donde se desarrollaran los temas y los sectores.

En la semana, encontré unas pocas críticas en algunos medios de comunicación respecto a que El Plan decía los “que´s”, pero no los “cómos”, sin embargo, eso tiene una lógica muy sencilla: se trata de, un plan estratégico, a partir de su publicación, en donde cada una de las dependencias gubernamentales federales, así como las contrapartes estatales, deberán alinear sus planes y acciones a los objetivos del Plan Nacional para que en conjunto todo el país camine hacia la misma meta.

Una característica que tiene el gobierno de Peña Nieto, hasta este momento, guste o no, es que tiene una gran coherencia en sus ejes estratégicos; el discurso de toma de posesión, los conceptos que se tienen y persiguen dentro del pacto y ahora El Plan Nacional de Desarrollo cuentan con una línea muy bien definida. Lástima que el pleito del Plan no permitió la difusión adecuada.

Ahora sólo falta que las entidades en todo el país trabajen para alinear sus planes e ir todos hacia la misma meta



Consultor y Analista

martes, 21 de mayo de 2013

Minucias políticas



El PAN enfrenta uno de sus más relevantes pleitos públicos, en un entorno en que la unidad es clave para tener negociaciones a nivel nacional.

La Constitución Política Mexicana, en su artículo 41, define a los partidos como entidades de interés público y tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional y, como organización de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público. Hoy, vemos en el PAN un gran pleito público que se genera entre su Presidente, Gustavo Madero, y el Senador Cordero por la falta de coordinación entre ellos. Al parecer, el primero piensa que Cordero quiere funcionar fuera de los acuerdos del partido y el segundo piensa que Madero está de entreguista con el Presidente Peña. Mientras, los militantes, el partido, los ciudadanos y el interés público, sólo ven pasar los golpes y mamporros entre los panistas.

En el fondo el PAN sigue pagando los costos de haber llegado al poder y de no haber podido consolidarse ante sus militantes como una opción política a largo plazo. A esto habrá que sumar el pleito por el control del partido entre los Calderonistas y los Maderistas. Será muy interesante ver quién va a sobrevivir y cómo; Cordero encabeza a todos los ex funcionarios de la administración pasada que ahora están en las Cámaras y Madero encabeza todos los desplazados y resentidos por las acciones de los primeros. ¿Quién podrá lograr la mayoría dentro del partido? Hay dos grupos que podrán definir la balanza: uno, es el grupo de gobernadores y algunos ex gobernadores, quienes también tienen la iniciativa de rehacer el partido y, los otros, son todo el grupo que pudiera estar con Josefina Vázquez Mota. ¿Quién ganará?

Cordero estuvo todo el día de ayer dedicado a dar entrevistas con todos los medios de comunicación; en esa parte se puede decir que le ganó a Madero y al Partido, pero él mismo cae en contradicciones al mencionar que no se debió de ventilar este asunto en la opinión pública cuando él fue el primero que se lanzo al ruedo. Esto, al final del pleito, puede generar un gran costo, por lo que su apuesta es muy alta y, si pierde, será muy costoso para todo el grupo.

Y este pleito entre Panistas viene siendo otro más de los saldos del Pacto, causado porque hay un grupo de políticos que sí quieren ponerse de acuerdo para que México avance por lo que dejaron a grupos de los mismos partidos fuera, o, simplemente, será porque hay un grupo de políticos que, definitivamente, no quieren que el Pacto funcione porque fueron desplazados de las negociaciones políticas. Parte de los ataques a Madero en especial, funcionan como una más de las estrategias para dinamitar el Pacto y que Peña no logre sus objetivos.

El juego político es de muy alto nivel y, como ya se mencionó antes, las apuestas están muy altas. Por su parte, el PRD también quiso jugar, pero ellos y sus tribus tienen un flanco abierto muy delicado con el asunto de Morena y, o están muy desesperados o, simple y sencillamente, se dejaron ir con la cargada para subir los costos de las negociaciones, aprovechando la coyuntura.

Mientras estos gritos del PAN llenan la agenda mediática, el Plan Nacional de Desarrollo ya fue publicado en el Diario Oficial y presentado como el camino estratégico a seguir por el gobierno federal. Ya no es un asunto del Pacto, ya es una agenda oficial del gobierno.

Por otra parte, estaremos viendo hoy la implementación de algo así como la prueba piloto del programa integral de seguridad del Gobierno de Peña Nieto, que incluye la entrada del Ejército, la Marina, la PFP, el anuncio de inversiones en infraestructura, tanto económicas como sociales, para rescatar a Michoacán; lo significativo es que será unos días antes del aniversario del Michoacanazo, cuando Calderón, en el 2009, encarceló a 30 presidentes municipales y donde, supuestamente, inició la guerra contra la delincuencia organizada. ¿Coincidencia o sólo una minucia política?




Consultor y Analista