jueves, 31 de mayo de 2012

Mitos geniales

México, en sí, es un mito genial y es increíble que sigamos viviendo de las ficciones que hemos generado a través de nuestra historia en materia política y democrática. En las últimas semanas, se han generado noticias, información, movimientos, chismes y oleadas de odio por twitter, mail y facebook que han vuelto a polarizar al país.

Comentaba aquí mismo que las campañas deberían de haber terminado después del debate, ya que en ese momento se habría cumplido el ciclo de conocimiento de candidatos y, hasta entonces, no había habido tiempo de atacarse entre los aspirantes; hoy todo es odio, golpes y chismes, el conteo de los indecisos y los negativos aumentaron. Pero ¿saben por qué los políticos no quieren disminuir el tiempo?, porque el mito genial es que no les da tiempo de recorrer el país por completo. La pregunta debiera ser simple, ¿para qué, entonces, necesitan a la televisión y el dinero de las campañas?

Otro mito ilustre con el que hoy estamos lidiando es que regrese el malvado PRI; o que siga gobernando el mal PAN; o que suba al poder, por primera vez, el perverso PRD; esto causa que, entonces, todos los candidatos digan que el otro es el malo, el mito en este caso: los políticos son malos y no sirven, y mienten con la verdad porque el que un candidato que tiene cola que le pisen diga lo mismo del otro, es una bajeza y una falta de congruencia. Pero hoy, las campañas están llenas de mentiras reales.

Los políticos son malos y no sirven, ¿mito superlativo?, seamos honestos, hoy no hay político limpio de ningún partido, pero ¿y qué pasa con la sociedad?, ¿la sociedad es buena, somos honestos?, ¿pagamos nuestros impuestos?, ¿no somos parte de la corrupción?, ¿somos civilizados, responsables y buenos contribuyentes? El mito del mito, es que no, somos lo mismo que son nuestros políticos, es como un karma y de ahí sale la máxima que dice: “los pueblos tienen el gobierno que se merecen”, pero es porque los creamos, los toleramos y, lo peor, los aceptamos.

Más mitos…los movimientos estudiantiles nacen solos como un movimiento social en contra de la desigualdad, la represión y por los grandes problemas sociales, pero al día de hoy no se recuerda que en el 68, como hoy, estamos a meses de una elección. ¿Coincidencia?, no lo sé, eso es parte del mito, que nacen de las clases medias que no buscan mayores oportunidades, ni en el 68 ni ahora se ven movimientos proletarios, fueron clases medias y ahora son clases altas que no están defendiendo los verdaderos problemas de los estudiantes de escasos recursos. Ya que lo que pelean son las causas de los sindicatos y los trabajadores, ¿será la primavera mexicana?, ¿será otro mito más que se quiere crear? Y esto es porque en México, no hay dictadores, no hay represión. Lo que realmente quieren, ¿será verano?, el cual ya está bastante cerca, por cierto.

Una cosa que dejaron los movimientos anteriores estudiantiles, fue una oleada de nuevos políticos que se alinearon por sus ideales con la izquierda, revisemos a los actores del 68 y a los de todas las huelgas de la UNAM, ¿en las filas de qué partido están? Claro, algunos quedaron en el PRI pero la mayoría está en el PRD o, finalmente después de disidencia y traiciones, terminaron en la izquierda. Y perdón, eso no es mito, eso sí es una realidad. La otra pregunta para resolver el mito sería, ¿los movimientos nacen de manera independiente, sin ninguna participación ni intromisión de partidos políticos? No, ése es otro gran mito, en esta época todos los partidos invierten mucho dinero en enamorar y acercar a los estudiantes. La novedad es que ahora se fueron sobre los estudiantes de las universidades de paga, un nuevo mito para crear.

El otro mito con el que estamos viviendo es que retorna el PRI dinosáurico, que regresará la represión, los malos manejos y todas esas historias que hoy siguen vigentes y en manos de cualquier político de cualquier partido, desafortunadamente todos son iguales.

Los mitos siguen y siguen, y para cerrar con uno verdaderamente bueno: Don Goyo, el ancestral volcán Popocatépetl, guardián de México según los antiguos aztecas, sigue enojado, mandando mensajes vía sus exhalaciones porque ve que no se están haciendo las cosas bien para el país. Eso sí es un mito genial.

martes, 29 de mayo de 2012

Juego de espejos

El juego de la política cambio el panorama de la opinión pública y los movimientos ciudadanos rompieron el cascarón de las campañas lo que nos hizo ver a los candidatos como son: una Josefina pidiendo perdón, un Peña Nieto sin pasión, un AMLO autoritario y a un Quadri hasta la madre.

En las últimas dos semana de las campañas el escenario de la opinión pública cambió radicalmente, alguien movió las palancas adecuadas y hoy el escenario es otro totalmente diferente. Se juntan las protestas estudiantiles, los sindicatos, sociedad civil y se formaliza un extraño movimiento que crea una nueva conciencia virtual en ataque a los medios de comunicación masiva, es curioso que el movimiento deje de lado los graves problemas estructurales del país y se enfoque solamente en lo electoral.

Es de llamar la atención que este movimiento haga la petición a la Secretaría de Gobernación para que el debate sea transmitido en cadena nacional, pues están tomando la petición de AMLO y, de alguna manera, están metiendo en el proceso al único jugador que se quería mantener fuera de éste: Felipe Calderón.

¿Qué tipo de reacción tendrá el movimiento de “no violencia” cuando el Gobierno Federal le diga que no a sus peticiones?, ¿será esto lo que se está buscando, que una nimiedad genere un accidente o incidente que prenda la mecha?, ¿quién está jugando con fuego, a quién le puede convenir que este movimiento desemboque en algún conflicto?, ¿a alguien le gustaría que no hubiera elecciones a consecuencia de que la inseguridad y estudiantes golpeados pudiera decretar un ambiente no propicio para llevar a cabo elecciones?, mucho se habla del 68, pero también mucho se está olvida el proceso electoral de ese tiempo en México, ¿se está jugando a lo mismo?

Además, entramos en un terreno en donde al puntero Peña Nieto, después del incidente de la Ibero, pareciera que lo “odian generalizadamente”. El pasado fin de semana asistí al cine, y cuando se presentaron los anuncios del partido verde, hubo un intento velado y semi silencioso de una rechifla al candidato. Los opositores de Peña ya lograron el cometido deseado de instalarlo como el malo de la película actual.

Por su parte Peña, en un acto sin precedentes, lanza un manifiesto que da a conocer la visión del PRI que quiere lograr si llega a ser Presidente y que utiliza también como una respuesta a las críticas del movimiento estudiantil. Este manifiesto recuerda la propuesta que hiciera Colosio rumbo a la XIV Asamblea Nacional del PRI.

Por otro lado Josefina Vázquez Mota quien, al parecer, se instala de manera permanente en el tercer lugar, empieza a ver a AMLO a distancia, lo que provoca que siga subiendo el tono para tratar de no despegarse mucho, esto abonando al odio que se genera en contra de Peña Nieto, al único que ayuda es a AMLO.

AMLO, por su parte, ha subido en las encuestas. Su discurso se acomodó de manera extremadamente fácil en la queja estudiantil. Sigue con discursos incendiarios en campaña y con “moderación” ante los medios de comunicación y en entrevistas.

Ayer lunes los cuatro candidatos se enfrentaron a una dura realidad y a los reclamos del movimiento de Víctimas de la Guerra en contra del narcotráfico, un beso de recepción y una hondonada de reclamos de frente, sin tregua ni miramiento, una cruda verdad sobre sus candidaturas y sobre su actuación política, Josefina se conmovió pero no pudo defender a su partido, Peña Nieto endureció las mandíbulas y sólo acepto los errores de Atenco, AMLO no acepto lo expuesto, el quejoso oficial soy yo y no acepto la queja de los demás.

Una buena noticia para concluir, los jóvenes del #yosoy132, están ejerciendo su derecho ciudadano al ir al IFE a registrarse como observadores electorales y están haciendo una campaña para invitar a los ciudadanos a seguirlos. Esto es de lo mejor que nos ha dado el movimiento, se vale la queja siempre y cuando se tomen los causes ciudadanos que existen, en México el problema es la participación y esa es una decisión propia.

El ambiente se enrarece y esto no es sano para la democracia.

viernes, 25 de mayo de 2012

Cultura democrática

México está cambiando, las recientes manifestaciones de estudiantes lo comprueban. La mala noticia es que ante el juego perverso de la alternancia se está jugando con el fuego social, ¿estaremos usando nuestra cultura democrática con inteligencia?

En este año del 2012, el proceso electoral en México está poniendo a prueba a toda la sociedad.


No sólo como el procedimiento natural de cada 3 o 6  años, en donde la ciudadanía tradicionalmente hace la reflexión sobre el rumbo de país, razona sobre los problemas nacionales y contribuye en la elección de sus autoridades, no, en esta ocasión, no solamente en ese aspecto se nos pone a prueba, el verdadero reto al que nos estamos enfrentando es a un cambio de actitud y cultura democrática.

Hoy, la participación en discusiones, pensamiento colectivo, razonamiento de propuestas y rumbo, definición de los problemas y debates entre amigos, colegas, familiares, vecinos y hasta desconocidos en las mismas redes sociales, innegablemente es un ejercicio democrático que está cambiando nuestra cultura democrática.

En mi editorial anterior, hice referencia a que, desafortunadamente, estamos en una fase en donde nuestra cultura democrática se mueve por el chisme, nos estamos dejando llevar por la pasión y la critica fácil, recibimos mails donde se habla mal de los candidatos, no sabemos de dónde viene esa información ni si ésta es cierta, pero la asumimos como una verdad y nos convertimos en difusores de dicha información sin saber si le estamos haciendo el juego a las campañas negativas, los bots o a los ejércitos digitales pagados por alguna de las causas; en el pasado, el rumor, ahora son tuits, mails y/o videos, rumores digitales. Esta situación está retando a nuestra inteligencia democrática.

Al mismo tiempo, si revisamos en los medios digitales las respuestas o los comentarios de los blogs, las columnas, los tuits, las respuestas están llenas de groserías, injurias y agresiones, hay medios en donde ya hasta se anuncia que si los comentarios tienen palabras altisonantes no serán reproducidos y, de pronto, habrá voces que puedan decir: ¿decencia vs libertad de expresión? o ¿manipulación o cerco informativo? Basta ver las recientes manifestaciones de estudiantes de clase media alta que, a decir de ellos mismos, en un despertar a los problemas del país se quejan de que los medios ocultan, transforman y manipulan información, asunto que no es nuevo en ninguna parte del mundo.

Pero, definitivamente, en México algo está cambiando, la buena noticia es que está aumentando la participación, el interés por los problemas del país y el desarrollo de una cultura más democrática; lo malo es que venimos de un ostracismo y conformismo pasivo, lo que nos hace ser una sociedad que sólo sabe quejarse, o entiende, en este instante, la cultura democrática, o el ejercicio de la democracia como el acto fácil de mentarle la madre a cualquier persona que no esté de acuerdo con su postura.

Es posible que el movimiento del cambio democrático, este desplazándose como péndulo, desde un extremo en dónde había un inmovilismo social exacerbado, hacia el otro, en donde la participación está llena de insultos y posiciones extremas.

Puede ser que ante los factores que hoy vive el país, una inseguridad lacerante, un alto número de víctimas, incertidumbre laboral, las crisis mundiales estén creando una empatía social y una transformación en los valores internos de los jóvenes y el resto de la población, con lo cual se generan este tipo de reacciones muy agresivas.

La mala noticia es que, ante el juego perverso de la alternancia y el poder en donde los grupos de poder del mismo bando se pelean la oportunidad de arribar a la cumbre, están jugando con el fuego social, utilizando estos cambios y estas ansias democráticas de la sociedad para atacarse sin ninguna misericordia, poniendo en riesgo al país y a su población.

Si a esto le agregamos la falta de líderes visibles y responsables, se corre el riesgo de que falsos paladines de la democracia encausen movimientos que puedan engañar a personas bien intencionadas y en búsqueda de salidas verdaderamente democráticas, para meterse en situaciones que no llevan a ningún lugar sano.

Hoy solamente vemos a estos débiles líderes llamando a la agresión velada, al embate ilógico de la duda y actuando con un exceso de protagonismo. Es claro que de eso es lo que los jóvenes universitarios están cansados, de la incongruencia en su actuación, esto es aceptable y plausible.

Ahora bien, lo extraño, y más dudoso, es que entre los enunciados de las marchas o movimiento es que utilicen el término “por un manejo equitativo de la información”, y que al que ataquen visiblemente sea a Televisa, y en justicia al duopolio mexicano de los medios, ¿dónde queda TV Azteca?, ¿por qué no lo mencionan si supuestamente realiza las mismas prácticas?, ¿o será que ir al sur de la ciudad no les acomoda?

No debemos de equivocarnos, como ya ha sucedido anteriormente. En estricto, ésta es una de las elecciones más vigiladas y, hoy, hasta los medios están peleando un trato equitativo con la autoridad. Hoy, como nunca antes, hay libertad, campañas negras, todo se dicen y utilizan todos los medios. Lo más libre son las redes sociales y ahí es donde hay más emancipación, es una tsunami de libertinaje, de eso nadie se puede quejar.

En México, todos conocemos a los medios y sus filiaciones a los grupos políticos, igual que en todo el mundo, y la libertad de cada uno de ellos de apostar a sus intereses, ¿no es en la audiencia en dónde debe de encontrarse la inteligencia de discriminar, de buscar y comparar la información? Hace poco, un alumno de una de estas mismas universidades que salen a manifestarse, le decía a sus propios compañeros: “pues si no están de acuerdo, cámbienle de canal; si no es suficiente, lean mas periódicos, hagan contraste de información y formen su criterio”. Al término de su comentario, también fue criticado inmisericordemente por la intolerancia.

Estamos entrando en terrenos de riesgo, y debemos de cuidar no jugar con fuego. Para eso es importante que los verdaderos líderes llamen a la concordia y todos como sociedad utilicemos nuestra cultura democrática con mucha inteligencia. Ojalá los ánimos no se desborden.

martes, 22 de mayo de 2012

La democracia del chisme

Ante una nula oferta política ya nadie se está fijando en las propuestas y nuestra democracia está siendo liderada por el chisme. ¿Es esto lo que nuestra democracia quiere, es esto sano para el país?

 

En un par de excelentes artículos publicados en Mileno Diario, Liébano Sáenz nos lleva de la mano para entender lo que algunos grupos políticos están tratando de generar: una república del odio; a raíz de este artículo otros periodistas como Héctor Aguilar Camín y el mismo Pablo Hiriart fueron presa de ataques de los ejércitos de esa república que les hicieron llegar cientos de mails y tuits con todo tipo de agresiones. Quedó, de ipso facto, demostrado que el artículo tenía mucha razón.

Desafortunadamente, ante una nula oferta política y como último recurso, quieren volver a polarizar a México.

Entramos a una etapa en donde la opinión pública está siendo atacada por todo tipo de estrategias para demostar a los contrincantes; el problema es que se están usando mentiras y falsedades que las sociedades, tanto digital como la real, están aceptando como verdades; y lo peor es que vemos a candidatos usar estas estrategias y quejarse ante los contrincantes porque les aplican la misma regla.

Al parecer, la sociedad ya entró en una etapa en donde todo en nuestra democracia está siendo liderado por el chisme, la gente se levanta y quiere saber de las noticias para enterarse de cuál es el último ataque el cual, si no es trending topic, no vale, si no se han atacado mutuamente, no hay información que valga, todo empieza a ser dominado por el morbo humano de enterarse de la vida íntima y de los golpes entre uno y otro. ¿Es esto lo que nuestra democracia quiere, es esto sano para el país? Es una verdadera desgracia que nuestra mercadotecnia política, a la mexicana, haya tomado este falso camino. Nadie se está fijando en las propuestas, sólo se comentan los spots y “las propuestas fabricadas”; que bueno que ya pasó lo de la tenencia, si no, estaríamos llenos de que todos los candidatos van a quitarla.

Hace 6 años escribí un ensayo llamado “Los efectos de la comunicación en las elecciones del 2006 en México”, este libro fue publicado por la Universidad de la Comunicación y presentado en el IFE; una de las conclusiones de este ensayo fue que las campañas deberían de ser más cortas y, después de muchos foros, se dieron los cambios en la Ley y se acortaron las campañas, muy a pesar de las excusas de los políticos de que no les daría tiempo de recorrer el país.

Hoy, de nuevo es necesario regresar al mismo tema, llevamos 45 días de campaña y, no sé usted, pero yo ya estoy cansado, ya escuché todo lo que era necesario y, bien, las elecciones podrían ser mañana sin ningún problema. Lo que suceda a partir de ahora sólo le hará daño al país, solamente generará encono y polarización, con base en generar chismes, noticias malas, estar buscando lo malo dentro de lo malo para destruirse unos a otros. Josefina Vázquez Mota aún no se repone de la campaña sucia de su oponente en el mismo PAN y, en esta etapa, le ha salido barato que nadie la haya atacado; ahora, los embates van contra Peña Nieto, manifestaciones de niños popis disfrazados de prole prueban la calle, primero en Santa Fe, después el centro y más tarde en Reforma. Pueden hacerlo y están en su derecho, en este mar de chismes nadie sabe quiénes los están manipulando verdaderamente, ojalá sea, realmente, una verdadera expresión propia.


Y antes de que me toque a mí una andanada de ataques, les recuerdo que en este país las marchas callejeras fueron diseñadas y han sido usadas por los políticos para mostrar su músculo y para atacar a sus contrincante, si no les gusta un candidato, simple y sencillamente no voten por él y dejen de afectar los intereses de los demás conciudadanos.

Propongo iniciar la discusión sobre recortar los tiempos de campaña, esto redundará en bajar el costo de la elección en general, somos uno de los países con el costo más alto de elecciones; así también terminar el reino de los spots, las propuestas fáciles y tendrá un efecto dominó sobre todo lo que está alrededor del proceso electoral. Ojalá los consejeros electorales, el presidente del IFE y las demás autoridades tomen conciencia de esto y empiecen a organizarse foros en universidades para discutir el asunto. También, debemos de reducir los tiempos de toma de posesión, es increíble que en lo que han transcurrido nuestro 45 días de suplicio de campañas, en Francia vimos debates, elecciones de primera vuelta, más debates, una segunda elección y la toma de posesión del nuevo presidente, mientras aquí nos divertíamos con el chisme de quién era la edecán del debate y, ahora, los chismes de nuestros candidatos.

Por favor, detengamos la república del odio y la democracia del chisme. No son sanas para México.

jueves, 17 de mayo de 2012

Dilema electoral

La duda más controvertida en los próximos dos meses es y será ¿por quién votar? Para aquellos que ya decidieron, obviamente su candidato es el mejor y lo que estamos viendo en una elección a tercios, es el pleito por convencer o desorientar más a los indecisos.

Habrá que entender que, también, este último grupo está dividido en tercios: los que no van a votar y lo callan, los que van a anular su voto y lo callan y los que, definitivamente, están en la indecisión total y que conforme advierten los pleitos electorales, los chismes y los trending topics, nomás quedan pior de indecisos que antes. Ya hay campañas para convencerlos de votar y hasta de no votar, lo que afianzará lo ya visto en las encuestas, esta será una elección de voto duro.

Pero eso no es lo verdaderamente importante. La gente hoy ve primeramente la imagen del candidato, su copete, su mochería, su amor y/o lo despeinado y, si bien nos va, en segundo término considera la propuesta, si da cupones, si no pacta, si regala todo o si limpia al planeta, aunque a ciencia cierta nadie entienda como pa´que sirve o si es viable.

El verdadero meollo del asunto es cuando empezamos a analizar qué va a pasar con la elección completa y estos serían los escenarios: Si gana el PAN, seguro no va a tener mayoría en el congreso y, además, estaría perdiendo dos gubernaturas, Jalisco y Morelos, por lo que viviríamos lo mismo que hemos tenido en los 12 años del PAN, ninguna reforma y más guerra ya que es casi imposible que gane con mayoría y, desafortunadamente, al parecer no sabrían que hacer con eso.

Si gana el PRD, sería el mismo caso, sin mayoría. Y cosa curiosa, en el DF va a pasar lo contrario, si gana el PRD con los números que trae Mancera, va a ganar y a obtener mayoría, ¿quién los va a detener? Van a hacer con la administración pública de la ciudad lo que quieran y nadie los va a parar. ¿Se imagina a las tribus del PRD sin freno?

Si la gente razona el voto, puede ganar el PRI en dos escenarios, sin mayoría o con mayoría. En el primer caso, por medio de coaliciones puede que pacte de manera fragmentada con algunos integrantes de diferentes partidos, inclusive del PAN, y se empiecen a hacer las reformas necesarias. En el segundo caso, el PRI con mayoría, es probable que se muevan más rápido y, para legitimar su gobierno, empiecen a agilizar las reformas, aunque pueda parecer lo mismo que en el DF con mayoría, a nivel federal es mucho más complejo, está ya que hay que tomar en cuenta la composición del Senado y las composiciones de los congresos locales; eso daría cierto balance.

La gran duda es qué le conviene a México cuando sabemos que sin mayorías, el país no avanza como lo hemos visto en los últimos 12 años: la alternancia ha frenado el desarrollo económico y político del país.

Además habrá que ver los temas que el país necesita afrontar urgentemente en su justa dimensión: la inseguridad es un problema de aplicación y cumplimiento de la justicia combinados con la corrupción, la cual es un asunto de cultura y educación. Trabajo, Hacienda, Energía, son grandes reformas estructurales y de diseño institucional; por lo que corresponde a la Reforma Política y al rompecabezas estructural de la economía, se cae en dos terrenos muy complicados: el primero es ganas de romper monopolios, tanto privados (telefonía, medios de comunicación, etc.) como públicos (los sindicatos tales como Educación, Pemex, IMSS, etc.); el segundo terreno es la voluntad para modificar el status Quo, y cambiar el diseño institucional y el sistema (Reforma Electoral y Política, más los temas tabúes: segunda vuelta, reelección, parlamentarismo y otras tantas más).

Y todo esto va más allá del candidato, son los diputados, son los senadores y, finalmente, es la mayoría. Hoy, el verdadero dilema es votar todo a un solo partido para obtener una visión de estado completa o votar presidencia a un partido y el resto al otro, ése es el verdadero dilema que tenemos como ciudadanos.

Hay que fijarnos en quién está detrás de cada candidato y qué intereses tienen los grupos que tienen detrás. De alguna manera, eso es lo importante de los deslindes políticos que se empiezan a hacer.

martes, 15 de mayo de 2012

Bitácora 6. La nueva fase de las campañas

Estamos en medio de una histeria digital en la que no nos preocupamos por reconfirmar de dónde viene la información y con qué intención sale ésta a las redes sociales. El desprestigio inmediato ha convertido este proceso electoral en un foro romano en el que sólo estamos viendo quién le tira más duro a quién.

Después del debate el escenario de las campañas cambió, el PRD y el PAN entraron en la fase en la que tienen que atacar con todo lo que se encuentren para bajar la intención del voto que tiene el PRI, o por lo menos tratar de aumentar los negativos de éste.

Aunque por el momento pareciera que ambos partidos están en alianza, eso no importa, tienen que frenarlo a como dé lugar, lo que provocará que entre ellos se sigan estorbando uno al otro en el segundo lugar; por su parte el candidato del PANAL, ya entendió que después de su gran exposición en el debate y la subida de sus números, lo que más le reditúa es atacar a la candidata del PAN.

Una gran parte de esta guerra está siendo librada en las redes sociales, hoy por hoy todos los candidatos están jugando a magnificar las mentiras que se dicen entre ellos, para que, por una parte los bots y por otra los ejércitos cibernautas de cada uno, traten de desprestigiar lo más rápido posible a los enemigos y con esto, poder dar notas rápidas a la opinión pública.

Los medios también han caído en el juego y ayudan al trabajo de magnificación de los dimes y diretes, es un juego de todos contra todos. Mientras tanto, los ciudadanos se encuentran satisfechos de que este juego les dé rienda suelta para poder sacar su frustración, basta con ver como las redes sociales se dejan llevar por la marea de ataques entre los candidatos.

Hoy los candidatos que atacan lo hacen con lo que sea, lo que encuentren, aunque al final esto sea un tanto incongruente, ya que en ocasiones, atacan con lo mismo que pueden ser atacados ellos mismos.

Al fin de cuentas, parece ser que la ciudadanía, sin importar la moral, sólo quiere ver que se ataquen sea, cierto o no, lo que se dice en la inmediatez del desprestigio, a nadie le está realmente importando verificar si lo que se dice es verdad o una mentira a medias, como en un circo romano, lo que importa ahora es ver qué se dijo, qué se retwittea qué chiste se manda, qué foto se sube a facebook, etc. Estamos viviendo una histeria digital, que nadie sabe en qué va a terminar.

Mientras, a la agenda nacional, volvieron las noticias sobre muertos en diferentes ciudades, y el problema de los estudiantes en Morelia, todo esto en conjunto empieza a sembrar la discordia nacional.

Ojalá los partidos entiendan que entre ellos pueden sanar sus heridas y negociar pactos, pero: ¿quién va a sanar las que creamos como sociedad?

jueves, 10 de mayo de 2012

La visión de Estado y los debates


Llevamos más de un mes de campañas electorales en el cual hemos visto puros spots con promesas rápidas y fáciles que no permiten apreciar la visión de estado que tienen los candidatos y, para acabarla de amolar, la estrategia de campaña de los candidatos orientada y preparada hacia el debate que acaba de pasar sigue la misma lógica de esas promesas.

Bajo el método lógico de la estrategia de las campañas, cada candidato debe tratar de generar congruencia, consistencia y ser disciplinados al mensaje central de su propuesta; en la lógica de la mercadotecnia política “a la mexicana”, esto ha significado que repitan hasta el cansancio el mismo spot en sus presentaciones, amén de que en cada uno de sus eventos deberían de adecuar el mensaje según el tipo de audiencia a la que se están dirigiendo.

Por ejemplo, si los aspirantes a la presidencia van con los aseguradores, les dicen qué soluciones rápidas van a implementar que les beneficie para que, así, los aseguradores definan cuál de las cuatro propuestas es la mejor para ellos. El efecto de esta diversidad de mensajes en el electorado en general es que al tratar de seguir a través de los medios las actividades de los candidatos, es imposible para el votante lograr una comprensión global de la visión de estado de cada uno de los candidatos.

En esta primera vuelta del ciclo de debates, todos siguieron la misma lógica y la guerra fue temática, las preguntas y los ataques a otros candidatos o las respuestas a los ataques en contra de ellos mismos. Lo malo de esta argumentación para el ciudadano común, se manifiesta en que hoy no encuentra en ninguno de los candidatos una visión de estado y, cuando se les llega a preguntar, todos hablan de los tópicos comunes como el que no haya inseguridad, que exista educación para todos, que disminuya la pobreza y que se dé un mayor crecimiento económico, manifiestos que no aportan nada dado todo ciudadano de este país en su sano juicio quiere eso para sí mismo y su familia.

Pero de un presidente, de un estadista, queremos una visión de estado, una visión a largo plazo y, curiosamente, eso implica algo especial, implica factores muy importantes en el aspirante y que, a mi entender, son los siguientes.

Primero, debe conocer profundamente el país y su historia, no sólo jactarse de haber visitado todos los municipios; el conocimiento viene de la experiencia, del estudio, del análisis, de conocer la problemática y las soluciones que no han funcionado para resolverla, se deben de conocer los datos precisos y contar con la capacidad de tenerlos a la mano. Un ejemplo, el Ex Presidente Uribe, de Colombia, ponía a sufrir a sus ministros porque él se sabía todas las cifras y todos los problemas del país, por lo que era muy difícil engañarlo o inventar cosas ante él.

Segundo, la pasión y el amor a la patria, a nuestro México a quien conoce los problemas y los datos exactos, le otorgan una gran perspectiva y le genera un ímpetu que nace desde adentro.

La conjunción de estos dos elementos son los que hacen a un estadista, es lo que provoca que cuando un candidato se para frente a un auditorio pueda conquistar a su audiencia, enamorarla, pues expone con pasión los problemas y la visión hacia donde quiere llevar al país.

Con mucha tristeza hoy no veo en ninguno de los cuatro candidato esta visión de estado; Peña Nieto dice que tiene pasión por cumplir, Vázquez Mota dice que tiene pasión por que el país vaya bien, AMLO muestra pasión por terminar con un desastre de país, y Quadri quiere que el medio ambiente vaya bien y tengamos buena educación. Todo el resto de su discurso, está lleno de soluciones fáciles, lugares comunes y promesas incumplibles y excesivamente caras.

No encuentro en ninguno de los candidatos la visión ni la pasión del estadista, en ninguno he podido encontrar un ligero atisbo de adónde quieren llevar al país en un futuro lejano, todas las propuestas son a cortísimo plazo, no muestran la creación  de una plataforma para el México del 2027 o más allá.

Eso implica que no hayamos oído discursos memorables, dirigidos hacia el futuro de la patria, no hay pasión, lo que implica también que no son candidatos arriesgados, una de las, también, grandes características de los estadistas. La mercadotecnia política a la mejicana (con jota a propósito) ha matado la pasión de los estadistas o, peor aún, trata de ocultar la falta de visión.

Ojalá para el próximo debate los candidatos, se arriesguen y vengan a discutir frente a los mexicanos una visión de estado y lo hagan con pasión, les aseguro que eso siempre estará por encima de cualquier escote de una edecán, y que también dejen el camino fácil de atacar al contrincante que, como decía mi abuela, si te atacan es porque seguro te tiene miedo y no sabe cómo manejarlo.


martes, 8 de mayo de 2012

Bitácora de Campaña 5 : El drama del debate


Un ejercicio democrático dirigido a los ciudadanos terminó convertido en una torre de Babel, en donde solamente ganaron los que no estaban presentes.

Fue como un mal programa de concurso de la televisión, cada candidato tenía una portería enfrente y debería de meter los más goles posibles; ganaría el que al final pudiera anotar el mayor número de puntos.

El problema es que hubo dos candidatos que se metieron en la portería del favorito para evitar que metiera goles, lo que se convirtió en la regla no implícita del juego por lo que, en cada ocasión de tiro de cada candidato, al que le tocaba el turno tiraba y después iba a estorbar al otro.

En este juego, al cuarto candidato, aquel que nadie le daba importancia, nadie lo molestó y él metió todos los puntos; los demás, por estorbarse, ni ganaron, ni perdieron, sólo hicieron padecer a la nación una mala pasada.  Para los partidarios de cada uno de los contendientes, todo estuvo maravilloso, su candidato fue el mejor, lo que indica que ésta será una elección de “voto duro”

Los saldos son los siguientes: Peña Nieto logro su objetivo, demostró que hasta puede estar sin telepromter y puede accionar algunos ataques, no se despeinó y, dado que el debate es un asunto de percepción y de comunicación, el ejercicio para su campaña empezó con un aparato de información previo y postosterior al debate, en mediante el cual, eficientemente, han llenado todos los espacios habidos y por haber.

En el caso de Josefina Vazquez Mota, ¡por fin hicieron algo bueno con su imagen! Ojalá la mantengan, ahora sí parece una mujer líder y bien presentada. Por lo demás, repitió sus propuestas y siguió en su idea de atacar y atacar, no se deslindó del gobierno actual

AMLO demostró que sigue con su misma estrategia, que huele y suena a vieja, no tocó, ni agredió a Josefina Vázquez Mota, ¿cuidó a la mujer o a la alianza?, se vio cansado y fuera de tiempo, cada intervención era como entrar en una máquina del tiempo, malas remembranzas.

Quadri, fue el ganón: nadie le haría caso, nadie se encargaría de él, va muy abajo en las preferencias y jugó muy bien, dijo lo que quiso y se le escuchó.

Los verdaderos ganadores fueron Calderón al quien nadie lo criticó por su acción de gobierno y, por su parte, la maestra Elba Esther quien ya aseguró el registro para su partido; los demás, perdieron la batalla. ¿Quién ganará la guerra?


Y tan mal estuvo la noche que la única que se la llevó fue la edecán, quien bien funcionó como elemento distractor para el postdebate.

Otros grandes perdedores son los programas de análisis posteriores al debate; en Milenio TV, todos gritaban, no se entendía nada, se acaloraron y no fue constructivo; con López Dóriga, nunca hubo análisis, no podía haberlo, fue una extensión del debate y más bien parcia el programa de “Lo que el candidato quiso decir fue”, ya que los coordinadores terminaron de ampliar la información que minutos antes habían dado sus candidatos. Otras cosas muy significativas que se vieron fueron: la arrogancia del PAN, la ecuanimidad del PRI, la incongruencia del PRD y la frescura del PANAL.

A partir de ahora, entramos en el segundo tercio de la elección, viene la oferta de propuestas, cómo van a resolver los problemas y el posicionamiento de los temas, todos los equipos van a ajustar la estrategia para llegar, finalmente, al segundo debate, en donde cambiará toda la lógica; ya veremos qué pasa en las próximas cuatro semanas, viene el juego de las encuestas, mismas que en dos días darán resultados para saber si hubo movimiento derivados del debate.

Los indecisos seguirán igual, jugando a tercios, los que ya decidieron no votar, los que van a anular y los restantes que se pueden adherir a la causa que sea la favorita, ya veremos qué pasa o, en el peor de los casos, si sube el termómetro de los ataques y descalificaciones, más fácil será que no voten para que el juego quede en voto duro.


jueves, 3 de mayo de 2012

Por arte de magia


Desde que empezaron las campañas, no sé a usted, pero me da la impresión de que por arte de magia se terminó el problema de la inseguridad. Ya no hay esa resonancia que había antes en los medios de comunicación, ahora las noticias todas se refieren a candidatos, campañas, política, y ya se habla muy poco de los incidentes de inseguridad y de la guerra contra el narcotráfico. ¿Dónde quedo la cuenta de los muertos, dónde quedaron las críticas a las policías? Pasamos de los muertos a la atención de victimas y, después de la votación de las nuevas leyes, ya pareciera que todo está solucionado, ¿es así?

Porque entonces queda por definir si el problema de inseguridad y la guerra contra el crimen era una campaña mediática del gobierno para continuar su legitimación o una campaña mediática de los grupos de poder en contra el gobierno.

Ante esto, se pudiera llegar a pensar que entonces, el problema no existe, el aumento de la delincuencia es real, lo que pasa ahora es que ya no es noticia y todo el país está enfocado a tratar de encontrar, unos, el candidato adecuado para ser presidente, otros, un trabajo futuro y, otros más, el negocio prefecto para los próximos seis años. Nuestro país se sigue reinventando cada seis años, olvidándose del pasado y tratando de construir un nuevo futuro.

Por otra parte, si hiciéramos caso a los supuestos diagnósticos que hacen cada uno de los candidatos a través de sus spots, podemos entender por qué el país está tan mal. México siempre se ha movido a través de la percepción,  si la sensación general de la población y la opinión pública es de “estamos en crisis”, entonces todo va mal, si estamos en medio de una guerra, entonces todo va mal; hace alguno años hubo un tiempo en que todo pintaba bien, se habló de bonanzas y, entonces, la economía, los negocios, todo en el país, iban bien.

Ahora, pasamos de la guerra inmisericorde entre bandas delincuenciales y narcotraficantes, del conteo de muerte y del reporte desde el frente de guerra, a el chisme fácil y rápido de las campañas y los candidatos; pasamos de ciudades desiertas y aeropuertos vacíos, a escuchar todos los días en una batería de anuncios consecutivos de todos los candidatos en las estaciones de radio: a escuchar todos los días que México está deshecho, que tenemos una crisis profunda, que la corrupción nos invade, que la pobreza ya nos rebaso; la frase menos ofensiva que he escuchado hasta ahora es una que dice “en los claroscuros de la actual administración”. Y todo esto se ha dado por arte de magia desde hace ya cuatro semanas hasta la fecha actual.


Mientras tanto el Presidente, en foros extranjeros, trata de convencer a todos los inversionistas extranjeros y a los asistentes del G20, que en México vamos bien. Tenemos una realidad mediática de esquizofrenia.

Para acabarla de amolar, localmente se presenta el debate presidencial como la oportunidad de oro para que los candidatos remonten en las encuestas, se ganen a los indecisos, consoliden su posición o se desbarranquen en la histeria de las masas por errores que pueden cometer en dos minutos ante las cámaras.

Y no menos teatral sale a relucir la desventura de la democracia, al debate le ponen un contrincante enfrente, un partido de futbol a la misma hora y en la cadena de enfrente, lo que ocasiona la creación del debate social de la masa, y aplica la máxima shakesperiana:  ver o no ver el debate, ver o no ver el futbol y, puesto sobre la mesa, la culpa democrática es donde se arma el verdadero debate en donde todos opinan con la conciencia social que les favorece y hasta donde la culpa de sus actos y responsabilidades le permite pensar. Y pensar que solo llevamos un mes de campañas.