viernes, 25 de mayo de 2012

Cultura democrática

México está cambiando, las recientes manifestaciones de estudiantes lo comprueban. La mala noticia es que ante el juego perverso de la alternancia se está jugando con el fuego social, ¿estaremos usando nuestra cultura democrática con inteligencia?

En este año del 2012, el proceso electoral en México está poniendo a prueba a toda la sociedad.


No sólo como el procedimiento natural de cada 3 o 6  años, en donde la ciudadanía tradicionalmente hace la reflexión sobre el rumbo de país, razona sobre los problemas nacionales y contribuye en la elección de sus autoridades, no, en esta ocasión, no solamente en ese aspecto se nos pone a prueba, el verdadero reto al que nos estamos enfrentando es a un cambio de actitud y cultura democrática.

Hoy, la participación en discusiones, pensamiento colectivo, razonamiento de propuestas y rumbo, definición de los problemas y debates entre amigos, colegas, familiares, vecinos y hasta desconocidos en las mismas redes sociales, innegablemente es un ejercicio democrático que está cambiando nuestra cultura democrática.

En mi editorial anterior, hice referencia a que, desafortunadamente, estamos en una fase en donde nuestra cultura democrática se mueve por el chisme, nos estamos dejando llevar por la pasión y la critica fácil, recibimos mails donde se habla mal de los candidatos, no sabemos de dónde viene esa información ni si ésta es cierta, pero la asumimos como una verdad y nos convertimos en difusores de dicha información sin saber si le estamos haciendo el juego a las campañas negativas, los bots o a los ejércitos digitales pagados por alguna de las causas; en el pasado, el rumor, ahora son tuits, mails y/o videos, rumores digitales. Esta situación está retando a nuestra inteligencia democrática.

Al mismo tiempo, si revisamos en los medios digitales las respuestas o los comentarios de los blogs, las columnas, los tuits, las respuestas están llenas de groserías, injurias y agresiones, hay medios en donde ya hasta se anuncia que si los comentarios tienen palabras altisonantes no serán reproducidos y, de pronto, habrá voces que puedan decir: ¿decencia vs libertad de expresión? o ¿manipulación o cerco informativo? Basta ver las recientes manifestaciones de estudiantes de clase media alta que, a decir de ellos mismos, en un despertar a los problemas del país se quejan de que los medios ocultan, transforman y manipulan información, asunto que no es nuevo en ninguna parte del mundo.

Pero, definitivamente, en México algo está cambiando, la buena noticia es que está aumentando la participación, el interés por los problemas del país y el desarrollo de una cultura más democrática; lo malo es que venimos de un ostracismo y conformismo pasivo, lo que nos hace ser una sociedad que sólo sabe quejarse, o entiende, en este instante, la cultura democrática, o el ejercicio de la democracia como el acto fácil de mentarle la madre a cualquier persona que no esté de acuerdo con su postura.

Es posible que el movimiento del cambio democrático, este desplazándose como péndulo, desde un extremo en dónde había un inmovilismo social exacerbado, hacia el otro, en donde la participación está llena de insultos y posiciones extremas.

Puede ser que ante los factores que hoy vive el país, una inseguridad lacerante, un alto número de víctimas, incertidumbre laboral, las crisis mundiales estén creando una empatía social y una transformación en los valores internos de los jóvenes y el resto de la población, con lo cual se generan este tipo de reacciones muy agresivas.

La mala noticia es que, ante el juego perverso de la alternancia y el poder en donde los grupos de poder del mismo bando se pelean la oportunidad de arribar a la cumbre, están jugando con el fuego social, utilizando estos cambios y estas ansias democráticas de la sociedad para atacarse sin ninguna misericordia, poniendo en riesgo al país y a su población.

Si a esto le agregamos la falta de líderes visibles y responsables, se corre el riesgo de que falsos paladines de la democracia encausen movimientos que puedan engañar a personas bien intencionadas y en búsqueda de salidas verdaderamente democráticas, para meterse en situaciones que no llevan a ningún lugar sano.

Hoy solamente vemos a estos débiles líderes llamando a la agresión velada, al embate ilógico de la duda y actuando con un exceso de protagonismo. Es claro que de eso es lo que los jóvenes universitarios están cansados, de la incongruencia en su actuación, esto es aceptable y plausible.

Ahora bien, lo extraño, y más dudoso, es que entre los enunciados de las marchas o movimiento es que utilicen el término “por un manejo equitativo de la información”, y que al que ataquen visiblemente sea a Televisa, y en justicia al duopolio mexicano de los medios, ¿dónde queda TV Azteca?, ¿por qué no lo mencionan si supuestamente realiza las mismas prácticas?, ¿o será que ir al sur de la ciudad no les acomoda?

No debemos de equivocarnos, como ya ha sucedido anteriormente. En estricto, ésta es una de las elecciones más vigiladas y, hoy, hasta los medios están peleando un trato equitativo con la autoridad. Hoy, como nunca antes, hay libertad, campañas negras, todo se dicen y utilizan todos los medios. Lo más libre son las redes sociales y ahí es donde hay más emancipación, es una tsunami de libertinaje, de eso nadie se puede quejar.

En México, todos conocemos a los medios y sus filiaciones a los grupos políticos, igual que en todo el mundo, y la libertad de cada uno de ellos de apostar a sus intereses, ¿no es en la audiencia en dónde debe de encontrarse la inteligencia de discriminar, de buscar y comparar la información? Hace poco, un alumno de una de estas mismas universidades que salen a manifestarse, le decía a sus propios compañeros: “pues si no están de acuerdo, cámbienle de canal; si no es suficiente, lean mas periódicos, hagan contraste de información y formen su criterio”. Al término de su comentario, también fue criticado inmisericordemente por la intolerancia.

Estamos entrando en terrenos de riesgo, y debemos de cuidar no jugar con fuego. Para eso es importante que los verdaderos líderes llamen a la concordia y todos como sociedad utilicemos nuestra cultura democrática con mucha inteligencia. Ojalá los ánimos no se desborden.

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