martes, 8 de mayo de 2012

Bitácora de Campaña 5 : El drama del debate


Un ejercicio democrático dirigido a los ciudadanos terminó convertido en una torre de Babel, en donde solamente ganaron los que no estaban presentes.

Fue como un mal programa de concurso de la televisión, cada candidato tenía una portería enfrente y debería de meter los más goles posibles; ganaría el que al final pudiera anotar el mayor número de puntos.

El problema es que hubo dos candidatos que se metieron en la portería del favorito para evitar que metiera goles, lo que se convirtió en la regla no implícita del juego por lo que, en cada ocasión de tiro de cada candidato, al que le tocaba el turno tiraba y después iba a estorbar al otro.

En este juego, al cuarto candidato, aquel que nadie le daba importancia, nadie lo molestó y él metió todos los puntos; los demás, por estorbarse, ni ganaron, ni perdieron, sólo hicieron padecer a la nación una mala pasada.  Para los partidarios de cada uno de los contendientes, todo estuvo maravilloso, su candidato fue el mejor, lo que indica que ésta será una elección de “voto duro”

Los saldos son los siguientes: Peña Nieto logro su objetivo, demostró que hasta puede estar sin telepromter y puede accionar algunos ataques, no se despeinó y, dado que el debate es un asunto de percepción y de comunicación, el ejercicio para su campaña empezó con un aparato de información previo y postosterior al debate, en mediante el cual, eficientemente, han llenado todos los espacios habidos y por haber.

En el caso de Josefina Vazquez Mota, ¡por fin hicieron algo bueno con su imagen! Ojalá la mantengan, ahora sí parece una mujer líder y bien presentada. Por lo demás, repitió sus propuestas y siguió en su idea de atacar y atacar, no se deslindó del gobierno actual

AMLO demostró que sigue con su misma estrategia, que huele y suena a vieja, no tocó, ni agredió a Josefina Vázquez Mota, ¿cuidó a la mujer o a la alianza?, se vio cansado y fuera de tiempo, cada intervención era como entrar en una máquina del tiempo, malas remembranzas.

Quadri, fue el ganón: nadie le haría caso, nadie se encargaría de él, va muy abajo en las preferencias y jugó muy bien, dijo lo que quiso y se le escuchó.

Los verdaderos ganadores fueron Calderón al quien nadie lo criticó por su acción de gobierno y, por su parte, la maestra Elba Esther quien ya aseguró el registro para su partido; los demás, perdieron la batalla. ¿Quién ganará la guerra?


Y tan mal estuvo la noche que la única que se la llevó fue la edecán, quien bien funcionó como elemento distractor para el postdebate.

Otros grandes perdedores son los programas de análisis posteriores al debate; en Milenio TV, todos gritaban, no se entendía nada, se acaloraron y no fue constructivo; con López Dóriga, nunca hubo análisis, no podía haberlo, fue una extensión del debate y más bien parcia el programa de “Lo que el candidato quiso decir fue”, ya que los coordinadores terminaron de ampliar la información que minutos antes habían dado sus candidatos. Otras cosas muy significativas que se vieron fueron: la arrogancia del PAN, la ecuanimidad del PRI, la incongruencia del PRD y la frescura del PANAL.

A partir de ahora, entramos en el segundo tercio de la elección, viene la oferta de propuestas, cómo van a resolver los problemas y el posicionamiento de los temas, todos los equipos van a ajustar la estrategia para llegar, finalmente, al segundo debate, en donde cambiará toda la lógica; ya veremos qué pasa en las próximas cuatro semanas, viene el juego de las encuestas, mismas que en dos días darán resultados para saber si hubo movimiento derivados del debate.

Los indecisos seguirán igual, jugando a tercios, los que ya decidieron no votar, los que van a anular y los restantes que se pueden adherir a la causa que sea la favorita, ya veremos qué pasa o, en el peor de los casos, si sube el termómetro de los ataques y descalificaciones, más fácil será que no voten para que el juego quede en voto duro.


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