jueves, 25 de noviembre de 2010

Antihéroe mexicano

Pocas veces ha existido en México el que exista algún caso de antihéroe, no es común en nuestra cultura. Lo que se permite son héroes que se fabrican desde el poder y como consecuencia, además son los únicos que entran a la historia y a la cultura; influye también el peso que les dan los medios, si el caso les importa para sus fines coyunturales y para presionar, entonces sí les importa, de otra manera simplemente lo desaparecen del mapa.

El héroe, tradicionalmente es personaje con características especiales de fuerza, habilidad o convencimiento propio, que toma, con altos principios morales, una causa en sus manos y lucha incansablemente en combatirla para lograr un bien a la sociedad.

El antihéroe no tiene ninguna de estas características, normalmente es cualquier ciudadano que cansado de ser presionado por circunstancias de denigración, abuso, delincuencia y corrupción, en un momento determinado, cansado y para defender sus bienes personales, se enfrenta a situaciones que parecen imposibles y que normalmente lo supera, pero lo enfrenta con una valentía increíble y desafortunadamente con consecuencias trágicas para su persona, de ahí el mote de antihéroe.

Estas personas hacen actos de una valentía inverosímil y en la mayoría de las veces actúan con más valor y entrega que un héroe mismo, lo que me trae a la mente la película de Clint Eastwood llamada Gran Torino, donde el personaje, entiende que con su muerte es la única forma de hacer que la justicia reaccione favorablemente a la causa que él defiende.

En México acaba de darse el caso de anti heroísmo, un empresario en el norte del país fue presa de criminales que lo asediaban para quitarle su rancho y a través de amenazas de muerte, esperaban que abandonara su rancho y con esto poder quitárselo, como ya lo habían hecho con todos sus vecinos. Don Alejo Garza Tamez, hombre de 77 años, decidió defenderse y sacando a su familia del rancho decidió enfrentar sólo a los criminales, matando a cuatro e hiriendo a dos más, antes de caer abatido y fallecer en la defensa de su propiedad, por el escándalo llegaron las autoridades y no se consumó la toma del rancho.

Este hecho sucedido el sábado pasado, llamó la atención de la sociedad en el ciberespacio y las redes sociales, ha sido muy comentado y estuvo como una gran noticia en algunos medios y hoy una gran parte de la población lo está tomando y declarando como un héroe. Ciro Gomez Leyva, en el periódico Milenio, comentaba que ya le decían el “Héroe del Bicentenario”, y estoy muy de acuerdo con él, aunque la familia niega que haya sido así, obviamente por el dolor de su pérdida, y desde aquí mis respetos a ese gran hombre que fue su padre.

Este asunto tiene varias aristas que debemos analizar, primero en los medios de comunicación se está diluyendo el asunto, lo que demuestra que las mismas autoridades no quieren que se difunda el caso, seguramente por el miedo a que se siga el ejemplo y la gente se arme y tome la ley en sus manos, lo que generaría una ley de la selva. El problema para el Estado es mucho ya que de por sí, no controla a la delincuencia y ahora no controlar a las personas, sería algo grave.

La segunda arista, es el hecho de que los medios de comunicación tampoco le han seguido dando difusión al asunto, y puede ser con petición expresa del gobierno, por lo que prefieren seguir haciendo sus concursos de buenas obras que ahondar en una terrible historia de cansancio e injusticia que se repite en muchos municipios controlados por la delincuencia y en donde la autoridad esta borrada del mapa. Los medios en su afán de usar la delincuencia como ariete para golpear al gobierno, empiezan a ser socios invisibles del ambiente delincuencial, a pesar de tener sus propios casos de heroísmo que han terminado en desafortunadas y deplorables muertes.

Y, si comparamos este caso contra la cultura estadounidense esa es la pequeña gran diferencia, en Estados Unidos, el caso se habría hecho famoso, causas ciudadanas lo habrían extendido como un ejemplo, y Hollywood ya estaría haciendo una película de esta persona, para que en un arranque de indignación social, tratar que la justicia tome cartas en el asunto. La cultura estadounidense adora este tipo de historias, sirven para reciclar a su sociedad y la justicia, las refresca y crea una conciencia social y lo usan como un arma de las guerras corruptas de la sociedad.

En México este tipo de historias nadie las quiere, a nadie le interesan, y lo peor, a nadie le conviene. El status quo del crimen organizado parece que a nadie le conviene resolverlo, lo que fuerza a los que lo sufren diario a tomar solución desesperadas en sus propias manos, con la estúpida consecuencia de perder la vida o que en caso dado a ellos si les sean aplicadas las leyes, por eso se les considera antihéroes.

En su memoria Don Alejo, sí, si es usted un héroe de esta estúpida guerra de corrupción.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El poder de la comunicación

Hace algunos días tuve la oportunidad de dirigir una sesión de planeación estratégica para definir el modelo de negocio de una empresa utilizando técnicas de innovación. En cierta parte del ejercicio, el grupo se dividió en grupos pequeños en donde cada uno trabaja elementos del modelo de negocio y se tomarán decisiones que cambiarían el rumbo de la organización. En una sala de juntas con 14 personas se organizaron cuatro grupos.

Lo curioso es que aunque estaban todos en el mismo salón, cada grupo empezó a tomar decisiones sin avisar o consultar al resto de los participantes. Cuando todos empezaron a reportar su parte del trabajo, se dieron cuenta que por falta de información y nula comunicación, las decisiones tomadas habían sido las equivocadas.

Unos clamaban que nadie les había avisado, otros preguntaban el por qué los demás grupos no habían informado, etcétera, etcétera... Así, surgieron todas las típicas excusas y recriminaciones normales en este tipo de situaciones. Si esto pasa entre un número pequeño de ejecutivos en un salón de juntas, ¿Puede imaginar lo que sucede en una corporación más grande o en una empresa multinacional? Al final, todos los participantes entendieron que, para que los negocios fluyan adecuadamente, debe existir una buena comunicación.

Lo interesante del ejercicio es que se entendió que el principio básico de la comunicación en los negocios empieza en cada una de las personas que laboran en la empresa y que es un problema de voluntad el hecho de comunicar. Es importante tener en cuenta que en este proceso, que supuestamente es natural en el ser humano, se ven involucrados múltiples factores, empezando por la emoción, el olvido, el ego, la flojera y llegando hasta el propósito de no comunicar por una intención determinada.

Hoy, en el mundo de los negocios, este factor humano es uno de los principales frenos o cualidades para el logro de los objetivos empresariales. A este grupo de ejecutivos les quedo muy claro el impacto de la comunicación en el futuro de su negocio, con un simple ejercicio en una pequeña sala de juntas.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La cultura de “el bueno”

En días pasados escuché a un político decir que él no era “el bueno”, refiriéndose a que su candidatura para un puesto determinado no tenía el apoyo del gobernador en turno, pero que iba a luchar para obtener los votos y ganar la contienda. Por otro lado, en un caso que pareciera contrario, otro candidato decía que su candidatura estaba en riesgo, porque los dirigentes del partido central, al parecer, ya habían pactado otra cosa, pero que él iba a ganar porque tenía el apoyo de los ciudadanos.

Esto me hizo recordar que hace algunos años, antes de la alternancia en la Presidencia de la República, participando en una campaña política, me salí a caminar por la calle con la intención simplista de escuchar al vox populi, y cuando preguntaba en la calle a la gente o a los taxistas por quién iban a votar, curiosamente siempre obtuve la misma respuesta. Su voto sería por el candidato que, efectivamente, iba al frente en las preferencias y la sorpresa vino al preguntar el porqué (la respuesta siempre fue la misma): porque es “el bueno”.

Ahora, al escuchar esto de nuevo, en 2010 y de boca de políticos, confieso que me asombró un poco ya que, por alguna razón equivocada, hubiera creído que en el tránsito democrático de México, esta forma de pensar se perdería. Ahora me doy cuenta de que esta cultura sigue muy arraigada en el mexicano, y lo más peligroso, es que sigue arraigada en los políticos mexicanos.

¿Qué implica esta cultura de votar “por el bueno” o “ser el bueno”? Desafortunadamente, nuestra democracia aún no se abre a los verdaderos causes de dar oportunidad a los ciudadanos para participar, no solamente como candidatos a una elección natural, sino que, con el sistema de partidos políticos que tenemos, los puestos de elección popular siguen de la mano del amiguismo y de la componenda, todo motivado por querer seguir anclados al poder por el mayor tiempo posible.

Esto impacta al país en general, ya que otra interpretación que le puedo dar es el hecho de que el mexicano, en el fondo, no le gusta perder y, sin ningún reparo en que si el candidato es bueno o no, simple y sencillamente vota por “el bueno”, para poder decir cuando el candidato gane, “yo sí voté por él” y sentirse partícipe de ese triunfo.

Pero, ¿qué pasa cuando el candidato en cuestión, ya siendo gobernante, falla o empieza a hacer locuras típicas de nuestros políticos y sistema gubernamental? Todos se deslindan de ellos y nadie les hace caso ni se hacen responsables de sus acciones. Recuerdo, también hace algunos años, una campaña de calcomanías en los coches que decían “yo no voté por fulano”, en un afán de deslindarse de cierto político y, de paso, dañar al partido al que pertenecía.

El mexicano sigue siendo un adolecente democrático que no quiere tomar riesgos sobre sus decisiones. A pesar de lo que digan los partidos políticos, la cultura política concebida en la posrevolución por el partido que gobernó a este país por más de setenta años fue la forjadora de las prácticas y costumbres actuales, que no han podido ser erradicadas por el avance democrático.

Por otra parte, nuestros partidos políticos, por lo menos los tres más grandes, los cuales ya gobiernan y participan en las grandes decisiones políticas y democráticas de México, no han mostrado ningún avance en este aspecto. Todos han caído en las viejas y arraigadas prácticas de la política nacional, que no cambia. Hoy, vemos gritos y sombrerazos al viejo estilo revolucionario en las disputas partidistas del PAN, del PRD y qué decir del PRI, que fue la cuna de todo lo que hemos vivido.

Desafortunadamente, ante este panorama, no podemos echarle la culpa solamente al PRI o a los políticos, es un problema de nuestra cultura nacional: nuestra gente no quiere y no está acostumbrada a ejercer sus derechos, ni obligaciones, y aún es una cargada de votos que escuchan las voces de la esperanza que cada elección les ofrecen las sirenas de la política. Salvo sus honrosas excepciones, todavía nos falta mucho para verdaderamente tener una mejor democracia.

Ojalá la próxima vez que usted vote, no lo haga por “el bueno”. Mejor hágalo por quien usted crea que nos puede llevar a enfrentar los retos de un futuro con muchos desafíos y cambios.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Asuntos Públicos

La materia de Asuntos Públicos ha tomado día a día su importancia en el ámbito de los negocios en México. Es preciso decir que existe una clara diferencia entre un área de comunicación corporativa, una de relaciones públicas; a pesar de que en un momento dado asuntos públicos puede conjuntar a las otras dos, pero tiene una función muy especifica.
En México hay una tendencia en la cual las áreas de relaciones gubernamentales, de comunicación corporativa y en algunos casos hasta las jurídicas, se han instituido como de asuntos públicos. Esto es muy importante porque de donde evolucionaron es lo que marca la visión y que es necesaria complementarla, ya que el juego perverso de la política, el gobierno, la sociedad y los medios cada día se complica más, y con la visión de las áreas de donde nacen o provienen, no alcanza para atender los requerimientos.
En algunos casos las empresas deciden crear departamentos de Asuntos Públicos en donde contratan a alguien que trabajó en el gobierno, porque su pensamiento principal es la relación o ventas con las autoridades.
Los asuntos públicos son mucho más que todo esto que acabamos de describir. Son áreas muy especializadas que cuidan el balance entre la empresa, las autoridades y la sociedad. Para desarrollar su función utilizan una serie de herramientas como el análisis político, la planeación estratégica, la administración de proyectos, la prospectiva, la mediación, la negociación, el cabildeo, la comunicación, el manejo de crisis, el control de daños y las relaciones públicas.
Ahora con el caso de los laboratorios que vivimos la semana pasada, se demostró que la perversidad del juego político actual, obliga a que las áreas de Asuntos Públicos deban de ser de especial cuidado, atención e importancia. Y es que según como se reveló, estamos ya en casos de espionaje industrial y por naturaleza son el foco de atención de los medios de comunicación.
Las empresas deben entender además, que esta disciplina es la puerta principal de la ética, transparencia y rendición de cuentas, por lo tanto, los funcionarios que estén al frente, como ven, deben de poseer un perfil muy especializado.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Viejos vs. Jóvenes

En el fondo de nuestro sistema social, económico y político, estamos presenciando un cambio generacional, lo que significa un enfrentamiento entre las viejas generaciones y las nuevas ideas de los jóvenes. Esto es muy significativo dentro del contexto de la situación mundial, ya que es un factor que incide en la lucha por el poder en todos aspectos.

En la política, estamos viendo que en todos los partidos uno de los principales factores es que los jóvenes quieren desplazar a las viejas generaciones, las antiguas mentalidades y, por supuesto, a las viejas prácticas, protocolos y costumbres de poder.

Lo que hoy vemos en el PAN, es parte de ese juego. Las nuevas generaciones, gracias a su dinamismo y más rápida adaptabilidad a las situaciones mediáticas, a las tecnologías de la información y el contacto con los jóvenes ciudadanos a través de las redes sociales, pueden estar ganando en contra de la parsimonia política de los dinosaurios panistas. Curiosamente, en ese partido tenemos que hay casos, como el de los dos últimos presidentes que por exceso en su juventud han cometido algunos errores, pero hoy se repite la historia en un partido en donde la juventud es la que empuja a los más viejos del partido. Aún no se ve quienes son los ganadores al final de la contienda.

En el PRI, qué decir, la nueva ola de la política representada por Peña Nieto, Ivonne Ortega y algunos otros de los nuevos gobernadores que rayan entre los 28 y 35 años, están naturalmente en contra de los grandes dinosaurios como son Salinas, Madrazo, Beltrones y Beatriz Paredes. Al igual que en el PAN, la lucha por el control del partido ya se desató y Moreira, un político de corte juvenil, está logrando más que los grandes tiradores a esa posición como fueron Ulises Ruíz de Oaxaca o Fidel Herrera de Veracruz. El verdadero enfrentamiento se dará si se mantiene Moreira en contra de Emilio Gamboa, otro gran dinosaurio priista de largos y grandes colmillos en la labor partidista.

En el PRD, la situación es parecida, aunque no con el mismo calibre de enfrentamientos. A otro nivel la lucha, de AMLO contra Marcelo Ebrard es otro nivel de edad, aunque Marcelo es más joven, los dos representan a la misma camada política; técnicamente son contemporáneos y pasa lo mismo con Jesús Ortega, todos son coetáneos, políticamente hablando. Para el caso de la Ciudad de México, quien da la batalla por los jóvenes es la Diputada Alejandra Barrales, que se menciona para dirigir el gobierno o para liderar el partido en el DF.

Curiosamente, en el mundo del narcotráfico está pasando lo mismo, parte de lo que estamos viviendo no sólo es un reacomodo en las pandillas por la supuesta guerra, sino que también es un cambio generacional obligado, los viejos capos están dejando los puestos a las nuevas generaciones de narcotraficantes.

En los negocios y en los medios, pasa algo similar. Las nuevas generaciones están desplazando a las cabezas empresariales y a los líderes de opinión y, más que en otras épocas, debido los avances en las tecnologías de la información y a los efectos de esta tercera revolución industrial, las generaciones de personas de mediana edad en adelante están sufriendo un retiro involuntario o un tipo de segregación de la vida, por la velocidad y avance tecnológico.

Hoy, estas generaciones batallan día a día para reaprender de los negocios, la política y la misma vida social, los nuevos códigos que impone la vida moderna y, de alguna u otra manera, son un factor que también está generando presión a la vida social, política y económica.

Las nuevas generaciones están imponiendo a velocidades muy aceleradas y nuevos códigos de actuación en todos los ámbitos, por lo que las viejas generaciones, aún en el poder, pelean por mantener sus tiempos, códigos y viejas prácticas.

Innegablemente, los jóvenes ganarán y en todos los ámbitos, hasta en el de política pública, ya se empieza a percibir que los tiempos de reacción de las generaciones del poder ya no están generando soluciones eficaces a los problemas. Hoy, las decisiones de un Estado moderno para todos los ámbitos, tanto sociales, como económicos, requiere de decisiones y tiempos de respuesta que las antiguas generaciones no están acostumbradas.

En cualquier sucesión de las principales posiciones en una empresa, institución o Estado, hoy se debe de pensar si la persona que va quedar al frente para dirigir y tomar las decisiones para un periodo supuesto del 2012 al 2016, tiene la visión y el entendimiento de los jóvenes de esa época y si está capacitado para enfrentar y entender las situaciones que se vivirán en esos momentos.

Por supuesto, en muchos casos la resistencia de los viejos es muy grande pero, irremediablemente, en esta lucha siempre ganarán los jóvenes.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La reputación del dinero

La revista Forbes ha sido durante muchos años una de las publicaciones más prestigiadas en el mundo del dinero y de los negocios, pero de un tiempo a nuestros días, algo está pasando. Su famoso indicador de la lista de los hombres más poderosos y ricos, en mi opinión, y por lo que he visto en los medios de comunicación, empieza a tener mala reputación. Al leer la noticia de hace algunos días en los periódicos, en donde el encabezado de la nota decía Slim y el Chapo Guzmán. Sí, el narco, en la lista de los hombres más poderosos de México y Latinoamérica. Esto me lleva a pensar que mientras en nuestro país se lucha una guerra en contra el narcotráfico, una revista internacional valida a un delincuente como un hombre poderoso ocupando la posición número 41 de la lista; Slim se encuentra en la primera.

No acabo de entender cómo llega el Chapo a esta lista, cuando nadie sabe en dónde está. Es buscado por todas las policías y, supuestamente, no tiene cuentas bancarias, ni propiedades, ni empresas que sean públicas y por medio de las cuales realmente se pueda calcular su poder, dinero o fortuna.

Desde mi humilde opinión, creo que la revista Forbes, empieza a perder su reputación como medio, ya que, sin ningún dato validado, incluir a este tipo de personas en su lista deja mucho que desear respecto a las formas de hacer su ranking o escoger a las personalidades para incluir. Lo peor de este asunto, es que los humanos nos acostumbremos, por la fama que le está dando un medio, a no distinguir entre lo que es un negocio malo o bueno. Hablamos de una actividad en dónde se involucran asesinatos de personas, no sólo el daño a la salud.

Para ellos, al parecer, solamente les interesa el poder y el dinero, que en una sociedad con tantos problemas y crisis financieras globales, sólo me lleva a pensar que en este nuestro mundo la reputación del dinero, está, en verdad, por los suelos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Revés demócrata

En mi última visita a Estados Unidos, hace algunas semanas, tuve la oportunidad de hablar con varias personas, pero me llamó mucho la atención dos pláticas entabladas con taxistas, uno de origen argentino radicado en la zona urbana de Washington, y el otro, un estadounidense de mediana edad y que vive en una población a una hora de esta ciudad, centro de la democracia estadounidense. Dos visiones distintas, pero que ya en sus comentarios auguraban la debacle del partido demócrata en EU.

El taxista argentino me contaba cómo, en los últimos años, se había incrementado el odio hacia los latinoamericanos en Estados Unidos, esto derivado básicamente de dos cosas: por primera vez los estadounidenses estaban compitiendo por los trabajos a los que antes sólo los latinos aspiraban y, en segundo lugar, y ante este primer efecto, la actitud del inmigrante de hacer gestos en donde quiere replicar el estilo de vida de su ciudad natal y, por ende, no respetar las leyes americanas, ni el all american way, hace que los estadounidenses, hoy más que nunca, aumenten su racismo y odio por todo lo que represente una cultura extranjera.

Me contaba casos de los típicos puestos de comida o carritos de hot dog; ya hasta son mal vistos y agredidos por las mismas comunidades, y no sólo por asuntos de higiene y manejo de alimentos, sino que ante el desempleo, tratan de hacer comida y venderla en las zonas urbanas. Los mismos negocios de comida de la zona se quejan con las autoridades para que los quiten de la calle, ya que les espantan los clientes. Ante la pregunta de cómo pensaba que irían las elecciones, el comentario era demoledor y, con nostalgia afirmaba que seguro los republicanos recuperarán el control de las cámaras.

En el caso del taxista estadounidense, su plática versó sobre lo mal de la situación económica; hombre ya retirado, pero con la necesidad de trabajar, comentaba que él había tenido que vender su casa antes de perderla por la crisis de las hipotecas, pero que le fue muy mal ya que su propiedad valía 500 mil dólares y la había tenido que vender por la mitad. Me comentó casos de otros amigos suyos y de ejemplos de su zona de residencia, vivía en donde las propiedades habían sido abandonadas y, en el peor de los casos, nunca habían sido habitadas nuevamente.

Mientras platicábamos, por la calle se podían ver cosas extremas, por una parte se seguían viendo pequeñas construcciones de zonas habitacionales pero, por otra, efectivamente, me encontré con oficinas de venta de inmuebles no solamente cerradas, sino que con muestra de estar totalmente abandonadas de meses atrás. Ante la pregunta de cómo creía que irían las elecciones, él clamaba por que regresaran los republicanos, ya que antes no pasaba lo que estaban viviendo.

Y, efectivamente, ayer, al cierre de las votaciones, los resultados marcan un revés a los demócratas, un voto de castigo a Obama y su política, algunos dicen de cambio. Yo creo que la expresión correcta sería: la gente apostó por alejarse del status quo y, ahora en la desesperación, quiere regresar a él, quiere regresar a las viejas recetas. Los estadounidenses no habían sentido en carne propia una crisis tan difícil; la de los treinta, es solamente una referencia histórica, no un recuerdo vivo.

El estadounidense ha votado por desesperación y, en el fondo, no importándole que se regrese a las viejas prácticas autoritarias que le han dado grandeza y orgullo a la Unión Americana frente al mundo; ha votado para mitigar su angustia y tener la esperanza de recuperar su capacidad de compra y su empleo, aunque esto sea a costa de una nueva guerra, o de enviar tropas a invadir otros países.

Otra reflexión que cabe hacer ante esta situación es que, al igual que en México y otros países, estamos viendo lo que los sistemas democráticos están generando cuando se da la alternancia, los partidos que pierden el poder hacen hasta lo imposible por no dejar gobernar al que ganó y le apuestan a sus fallos para regresar al control de la política. Este efecto se está repitiendo en la mayoría de las democracias en diferentes países. ¿Qué será lo que está fallando? ¿El sistema político, los políticos como tales, el sistema financiero mundial, o el hombre?

Estamos en un momento crucial para la humanidad y va a ser necesario que revisemos todos los sistemas que nos han hecho llegar a esta situación mundial. De ahí la importancia, las confluencias y expectativas que se están generando para el 2012.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Tendencias

¿Hacia dónde van las tendencias de las RP y de la Comunicación? Una pregunta que siempre se harán los profesionales de estas disciplinas con el objeto de estar siempre preparados. También es importante tratar de saberlo con el fin de medir la temperatura de los ambientes externos que puedan afectar a los negocios u organizaciones.

Durante los años sesenta, las tendencias de la profesión estuvieron marcadas por el boom de la comunicación ante el desarrollo de los medios electrónicos e insertas en un mercado dominado por los monopolios; la poca competencia, y los sistemas políticos únicos. El publirrelacionista no era más que un facilitador de relaciones entre los grupos de poder, políticos y grandes empresarios.

A lo largo de los años posteriores, con el desarrollo de las carreras universitarias de comunicación, orientadas a crear profesionales para trabajar en los medios; el inicio del mercado abierto, y la entrada de la competencia de mercados, las relaciones públicas empiezan a configurar su camino enfocándose más hacia la institucionalidad, el mercado y a absorber la expansión de los medios de comunicación.

Más tarde, la globalización, junto con la explosión de las tecnologías de la información, le imprime un dinamismo inaudito a la profesión, la cual se enfrenta a los retos de una mundialización inmediata, tanto en medios de comunicación, como en el enfrentamiento a individuos, ciudadanos o consumidores más informados. Esto hace que la profesión expanda su visión y campo de trabajo y que rebase sus fronteras al iniciar el manejo diario de variables globales y asimilar la velocidad de la información. A partir de este momento, las relaciones públicas ya no tienen tiempos ni horarios fijos: el reloj global es una constante.

Ahora, los acontecimientos terroristas de inicio del siglo han marcado y caractrerzado una tendencia: la globalización del riesgo mundial. Éste, en conjunto con la digitalización, nos señalan la directriz sobre la cual, durante los próximos años, se moverá la profesión.

Lo anterior implica que, hoy, los factores que están moviendo a la sociedad, los negocios y la política, son la inseguridad, el terrorismo, el crecimiento del narcotráfico, el riesgo financiero, crisis económicas y, por supuesto, los riesgos ambientales. Empresas, individuos y sociedad en general se estarán enfrentando con estos temas por lo menos en la primera parte de este siglo.

Para nuestra profesión, esto implica, en conjunto con el crecimiento de las redes sociales, una mayor demanda de respuestas claras por parte de las organizaciones y de la sociedad. Los temas de sustentabilidad, transparencia, apoyos sociales, respuestas inmediatas y el manejo de crisis permanentes, serán los drivers de nuestra profesión para el futuro inmediato.