lunes, 23 de diciembre de 2013

Ahora sí, fin del primer año



Ahora si, después de haber logrado la autorización inédita de la Reforma Energética con una mayoría en todos los sentidos, en el Senado, en la Cámara de Diputados y por los Congresos Estatales, se ha terminado el primer año de gobierno del Presidente Peña Nieto. Digan lo que digan, este gobierno logró lo que ningún otro había podido hacer en muchos años, lograr lo que se había programado, lo dijeron, lo pactaron, lo operaron y lo lograron, salvo algunos detalles mínimos, pero en este primer año de Gobierno, el Presidente Peña Nieto, cumplió lo que se había propuesto.

Gracias a una excelente operación política, el Pacto por México ha sido el mejor instrumento político en años, logró generar consensos, matizar posturas y el saldo es muy favorable.

La reforma energética, toma el exitoso modelo Noruego, que ha sido replicado en Colombia y Brasil, y crea una verdadera plataforma energética tomando en cuenta todos los recursos y dándole al país una viabilidad hacia el futuro. Esta reforma revolucionará poco a poco la industria energética, a Pemex, y el sistema hacendario que se había mantenido desde hace muchos años.

Termino el año de las reformas y empieza el año de la gobernanza. El próximo año la administración pública tendrá el gran reto de entender, adecuar y bajar a nivel normativo el significado de las reformas, este será un proceso largo y con muchas resistencias. También el próximo año deberá de ser un año de inversión pública y de generación de muchos proyectos de infraestructura, esperemos que se hagan a buena velocidad para que se vaya viendo una buena recuperación económica.

No queda más que esperar a que inicie el año, aunque es interesante ver que después del viernes pasado, donde se llevó a cabo el gran anuncio de la Reforma Energética, ahora los primeros discursos van orientados a dos cosas, a la tolerancia que ha tenido el gobierno con los que no quieren aplicar las reformas y que pudiera entenderse que ya la pueden empezar a no tener, y en segundo término a la seguridad, que la población siente que no se ha resulto en gran medida, lo que indica que estos dos temas, serán los prioritarios para el inicio del año.

Ya veremos cómo inicia el año, por mientras no queda más que desearle que tenga las mejores fiestas en compañía de sus seres queridos y desearles la mejor de las navidades y que el 2014 este lleno de salud y trabajo.

Consultor y Analista Político


jueves, 12 de diciembre de 2013

Crecimiento 2014



México está programado para crecer el doble de lo que se creció en el 2013. Con el inicio de las obras de infraestructura y de la inversión provocada por el ánimo de las reformas, tal vez podamos iniciar un desarrollo económico mejor.

Mucha gente en México piensa que el bajo crecimiento económico de este año se debe solamente a una mala administración durante el primer año del Gobierno de Peña Nieto; olvidan los factores externos y el bajo desempeño de la economía global y, en especial, la de los Estados Unidos que nos arrastró durante este año a un estancamiento en las condiciones económicas.

La CEPAL acaba de publicar su Balance Preliminar de las Economías de America Latina y el Caribe, en donde se prevé, de entrada, que el entorno económico externo será más favorable, pero que seguirá persistiendo una volatilidad financiera y que habrán nuevos desafíos en la política económica de la región. Otro gran desafío que la zona enfrentará será la búsqueda de inversiones extranjeras.

Según este primer Balance, los países  de la región crecerán, en promedio, 3.2%, y Panamá encabeza la lista con el mayor crecimiento con 7%, seguido por Perú y Bolivia con promedios de 5.5%. Nicaragua y República Dominicana crecerán 5%, mientras que Colombia, Haití, Ecuador y Paraguay, crecerán 4.5%. Guatemala, México y Uruguay están en el rango de crecimiento del 3.5%.

Como dato curioso, en el 2013 el país que detonó el crecimiento regional fue Paraguay, con un 13%. Después, Panamá con 7.5% y Bolivia con 6.4%. En la expectativa, Paraguay se contraerá hasta el 4.5% mientras que los otros dos países mantienen su crecimiento.

Como podemos ver, los factores externos serán los que dominaran los mercados. México está programado para crecer el doble de lo que se creció en el 2013 y esperemos que, con el inicio de las obras de infraestructura, adicionado por algo de inversión provocada por el ánimo de las reformas y con el país ya en cierta calma política, ya sin tantos pleitos políticos, podamos iniciar un desarrollo económico mejor.

Estamos a punto de tener una reforma energética autorizada, uno de cuyos impactos es romper los micro monopolios creados dentro del gran monopolio de Pemex, el sindicado, las gasolineras, la distribución, etc. Esperemos que este cambio de paradigma rompa las inercias y se puedan tener las inversiones y el flujo monetario necesarios para generar la confianza y el crecimiento. México es un país en donde la confianza es uno de los principales factores de crecimiento. Ojalá así sea.


Consultor y Analista Político


jueves, 5 de diciembre de 2013

El primer año que aún no termina



Si el primer año de Peña Nieto fue de reformas, el segundo debe ser de gobernanza, que significa fomento de la competitividad, innovación, rendición de cuentas, transparencia, certeza jurídica, que la economía genere trabajo y bajen la pobreza y la desigualdad.

El primer año del gobierno de Peña Nieto no ha terminado aún, como muchos asumen. La tradición siempre ha sido medir el primer año a partir del día de toma de posesión y contando los siguientes 365 días, pero este año es totalmente atípico.

Esto, por la simple y sencilla razón de que este periodo de gobierno no se rigió por los días naturales, sino por los días y tiempos del Pacto por México, el acuerdo político que ha generado la mayor cantidad de cambios y reformas en un “año”, en la historia de nuestro país.

Y para verdaderamente analizar los logros de este primer año del Presidente Peña Nieto, debemos de tomar en cuenta que los tiempos del Pacto han sido totalmente irregulares y se han detenido en varias ocasiones por haber sido saboteado, golpeado, vituperado, desacreditado, abandonado, vuelto a abandonar, traicionado, reingresado, dejado y demás acciones para desbaratarlo, acciones mismas provenientes de políticos, grupos, partidos, fuego amigo, real politik, empresarios, ciudadanos y demás.

Otro factor y elemento de tiempo importantísimo para conformar la evaluación de este ciclo, por supuesto es el de los tiempos legislativos, cuyo segundo período puede terminar hasta el día 31 de diciembre y que, de alguna manera, si se logra hacer alguna reforma energética como proceso final del Pacto, ahí es dónde deberemos de evaluar, utilizando, por supuesto, una lógica diferente aplicable a este primer año.

Esa lógica de evaluación no debe ser la tradicional, debe concretarse entendiendo que, en el plan de gobierno de Peña Nieto, el primer año debía de buscar las reformas estructurales “tan necesarias para el país”. Pero, ¿qué creen?, a muchos de los que trataron de boicotear al Pacto ya que, por supuesto, las reformas no les acomodaban porque rompen el Status Quo conformado por una serie de beneficios que reciben por estar el modelo de país bajo las eternas reglas, que permiten monopolios, sindicatos, prebendas, ahorros de impuestos, etc., etc., etc. Irremediablemente, en el jaloneo de las negociaciones, vimos mini devaluaciones, fuga de capitales, estancamiento económico y demás presiones para no pagar más impuesto y no perder los beneficios logrados por la revolución y las privatizaciones. Los presidentes más reformadores nunca son los más populares porque rompen con los paradigmas de los grupos de poder.

Si revisamos los cambios que se han logrado, simplemente en la Reforma Política, es inaudito, pensar que se aprobó casi la reelección, entre otras cosas, y que los que supuestamente hicieron una Revolución con la frase: “Sufragio Efectivo, no reelección”, 104 años después, los Panistas fueron los más animados anunciando el gran logro de la reelección y, así, muchas más reformas que habría que evaluarlas cuando se termine el período legislativo, aunque quedarán para el segundo año las leyes secundarias, que serán las que le den operatividad a las reformas.

Partiendo de ahí, habría que proyectar el segundo año que, así como el primero fue de reformas, el segundo será verdaderamente de gobernanza, de llevar de la mano a todo el gobierno, federal y a los otros dos niveles de gobierno a trabajar en absorber las reformas y sus efectos, en donde la administración pública deberá de actuar bajo nuevas reglas, y que será necesario crear un nuevo modelo de funcionarios de la administración pública.

Además, la gobernanza  significa fomento de la competitividad, la innovación, la rendición de cuentas, la transparencia, un gobierno moderno, certeza jurídica y que la economía genere trabajo y baje la pobreza y la desigualdad, además de que baje la inseguridad.

Primero, reformas,  que se han logrado muchas en el aun no terminado primer año, y, segundo año, gobernanza ¿Cuál será más difícil?


Consultor y Analista Político


martes, 3 de diciembre de 2013

Una lección de izquierda moderna



Después de la experiencia del Pacto por México, queda claro que una izquierda moderna con ganas de hacer crecer al país puede lograr un verdadero cambio en el sistema político.

En México, en los últimos años ser partido de oposición ha sido muy fácil, sólo hay que gritar, quejarse, ir en contra de lo que el partido en el poder dice, propone y trata de hacer; en esencia, ir en contra de todo lo establecido. Esta actitud, en un país con tanta marginalidad y diferencias sociales, es el camino fácil que llena plazas, calles, periódicos y da argumentos de lucha en todos sentidos.

Es cierto que para haberse configurado como partido de oposición en un régimen como el nuestro, en donde tuvimos un solo partido en el poder durante 80 años continuos, definitivamente no ha sido fácil, pero el contexto en los últimos años ha cambiado radicalmente y, más, en este primer año del Gobierno de Peña Nieto.

El ser de “oposición” en nuestros sistema político ha generado, además, muy buenos resultados económicos para las personalidades de estos grupos políticos; el golpeteo al sistema, por naturaleza, genera en las negociaciones beneficios económicos, por lo que mover a las masas en la calle para estar en contra de alguna disposición, obliga a negociaciones que se terminan regateando con grandes cantidades del recurso público, por lo que, al final del día, siempre ha sido buen negocio para los políticos opositores. Y no vaya usted a pensar que estamos hablando solamente de la izquierda, a cualquier partido opositor al gobierno le ha funcionado esta estrategia, es un mal que ha generado nuestro sistema político.

En el último año, es bien sabido que el grupo de los llamados “Chuchos” en la izquierda mexicana fue el que planteó el famoso esquema del Pacto, mismo que le ha dado a nuestro sistema una sólida plataforma política para lograr las reformas estructúrales que se necesitaban. Durante todo este tiempo, hemos visto cómo los grupos políticos dentro de los mismos partidos, los Diputados, los Senadores y todo tipo de grupos de presión, han tratado de destruir, eliminar y boicotear las resoluciones de este acuerdo político. Al final del día, no se ha podido.

Las grandes lecciones que esta iniciativa deja son varias y memorables; uno, una izquierda moderna con ganas de hacer crecer al país puede lograr un verdadero cambio en el sistema político; dos, la solución de los problemas no es cuestión de ideología, es cuestión de propuesta y negociación; tres, la izquierda, cuando tiene voluntad y conocimiento, puede pactar para avanzar; y, cuatro, cuando no se puede estar de acuerdo, es mejor retirarse sin causar daño a las iniciativas progresistas que se han presentado.

Por tanto, a pesar de que el PRD se haya retirado del Pacto, lo que en lo personal creo que es momentáneo y coyuntural, en retrospectiva el grupo que está en la dirigencia de ese partido le ha dado la mejor lección a México, al sistema político, a los políticos y a la misma ciudadanía de lo que una izquierda inteligente puede lograr por su país.

No debemos perdernos en las viejas prácticas y presiones clientelares de los antiguos políticos de la izquierda tradicional y chantajista (por cierto en su mayoría tránsfugas del PRI), ya que si analizamos su discurso, lo que piden y dicen hoy es tan discordante e incoherente como en el viejo modelo de oposición.

Que sirva de ejemplo al país esta izquierda que nos ha dado una lección de grandeza política la cual, como país, debemos de reconocerlo ya que será la mejor forma de poder crecer en un sistema partidista democrático e ir, poco a poco, dejando atrás las oposiciones retrogradas y solamente clientelares que luchan solamente por el poder.

Bien diría el dicho popular que “para que exista PRI en el poder, se necesita comparsa que lo aguante y, más, durante mucho tiempo”.

Aprendamos la lección de una izquierda que apostó y ganó por México.


Consultor y Analista Político