miércoles, 26 de febrero de 2014

Razón de estado vs incredulidad ciudadana



Es innegable que la detención del famoso delincuente conocido como el “Chapo” implicó un sinnúmero de razones de estado; en los últimos días se pueden leer todo tipo de interpretaciones, tanto de políticos como de especialistas, columnistas y, que decir, del ahora nuevo vox populi, las redes sociales que, en situaciones como éstas, generan más zozobra que certeza por la cantidad de interpretaciones y diferentes versiones que se generan al vapor.

El hecho es que el Chapo está en la cárcel y, más allá del operativo, sus detalles, si hubo o no coordinación con los americanos y todas las demás parafernalias que hoy se discuten alrededor del caso, estamos viendo la voluntad de un gobierno por actuar, ya que en cualquiera de las circunstancias hubiera sido más cómodo que siguiera libre e inalcanzable como lo manejaron los dos ex presidentes de México, Fox y Calderón, pertenecientes al PAN.

Hoy, el Estado Mexicano, con Peña Nieto al frente, tiene que lidiar con tres temas de vital importancia: uno, que no se escape; dos, la decisión de juzgarlo aquí o extradítalo, y ahí hay un tema en donde se estaría jugando la credibilidad y fortaleza del Estado ante la ciudadanía y el mundo; y, tres, que no es menos importante y mas allá de poder tener información de los cómplices y las redes de distribución, el hecho de que todas las autoridades que, de alguna manera, simulaban no verlo para no capturarlo, hoy quedan en entredicho y en posiciones de gran debilidad. Este simple hecho le estaría dando al Estado, al gabinete y al Presidente Peña, una posición privilegiada con la cual podrá tener gobernabilidad y crear confianza en la ciudadanía.

Cabe destacar que el Estado tiene que dar la cara a un ciudadano morboso e incrédulo por naturaleza. Lo morboso se demuestra, simplemente, por la cantidad de curiosos que visitaron el malecón de Mazatlán después de la detención, sólo por la curiosidad de ir a ver el lugar en donde vivía el mencionado delincuente. Lo incrédulo del mexicano lo podemos ver reflejado en la encuesta de El Universal, en donde el 46% de los encuestados consideran que el delincuente debe ser extraditado y el 41% dicen que no, y esto pudiera estar derivado de la desconfianza de que las autoridades no puedan impedir que se  vuelva a escapar.

Ardua tarea tiene el gobierno de Peña Nieto para construir la credibilidad ante la incredulidad natural del mexicano. Lo que es real es que la maestra Gordillo tiene un año en la cárcel, se detuvo al Chapo, se lanzaron órdenes de aprehensión contra Gastón Azcárraga, y ahí está el dictamen de la Auditoria Mayor de Hacienda con las irregularidades de funcionarios panistas. ¿Estaremos transitando por el camino correcto?

Consultor y Analista Político

miércoles, 19 de febrero de 2014

Mismos actores 20 años después



México se está moviendo y los viejos actores políticos quieren salir en la foto otra vez. Pero los ex presidentes y los jugadores políticos de hace 20 años ya se ven viejos y quieren seguir haciendo política como si estuviéramos en 1994.

Ante la celebración de los 20 años del TLCAN y toda la debacle política mexicana en ese fatídico 1994, hoy vemos a los mismo actores peleándose públicamente, Salinas, Zedillo, Camacho y otros más, entrevistas van, cartas vienen, mensajes de explicación y mensajes de “lo que el ex presidente quiso decir fue…”, al puro estilo Fox. Y para acabarla, los panistas no se quedan callados: Calderón anuncia su fundación y Fox convierte en asilo de viejos políticos su famoso rancho. No cabe duda que México se está moviendo y los viejos actores quieren salir en la foto.

Es curioso que todo esto se dé en el marco del inicio de las discusiones de las reformas secundarias y en donde vemos que, en conferencia de prensa, el presidente de la junta de coordinación política, Jorge Luis Preciado, anuncia que junto con las bancadas del PRI y PRD, Acción Nacional llegaron a un pacto para trabajar en cuatro reformas reglamentarias como son telecomunicaciones, competencia económica, reforma energética y política-electoral, además de la reforma al Distrito Federal.

Comentando esta coincidencia con un amigo, éste me hizo favor de recordarme algunos hechos históricos que son muy importantes; me decía: “Cuándo México inició un paso reformador durante la administración de Miguel de la Madrid, las condiciones del país, política y económicamente, eran sumamente complicadas, el modelo económico proteccionista y estatista había hecho agua, en lo político, las demandas crecían y la oposición se consolidaba frente a un PRI que se debatía entre la vieja guardia y los jóvenes que tenían una perspectiva muy diferente para el país. El Presidente de la Madrid entendió que tenía que hacer cambios fundamentales e inició un proceso reformador que se logró sólo a través de la convocatoria de todas las fuerzas políticas a través de los llamados pactos; de esa manera, se inicio la época reformadora.

Más tarde, en el periodo del Presidente Salinas, el mecanismo de los pactos se cambió por las famosas concertasesiones, que no fueron otra cosa que imponer reformas y ritmos de éstas con concesiones otorgadas al PAN con la intención de minimizar a un naciente PRD. Si bien se dieron muchas y algunas importantes reformas, el costo antidemocrático de cómo se llevaron a cabo fue muy alto, en lo económico, con la crisis que reventó en diciembre de 1994 y, en lo político, con diversos magnicidios, levantamientos guerrilleros y un rompimiento de la disciplina priísta. Una vez más, la guerra entre viejos y jóvenes priistas.

Posteriormente, en la administración del Presidente Zedillo, se retomó el proceso reformador a través de buscar la participación de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión, dando como resultado lo que se dio por llamar la normalidad democrática, dejando de lado, por una parte, los conflictos postelectorales y, por la otra, las crisis económicas recurrentes.


La historia de las administraciones del PAN es más complicada. Para empezar, ya no hubo pactos, ni talentos reformadores, no se pudieron lograr compromisos ni acuerdos, lo que dio, como uno de tantos resultados, la consolidación de los mesías políticos como López Obrador.”

Hoy, nos enfrentamos al regreso de los pactos; en la administración del Presidente, hemos visto que los acuerdos políticos se pudieron traducir en un mecanismo democrático que permitió la participación racional de las fuerzas políticas para retomar el camino reformador de México, de cara a un cambio de paradigma que se está dando en el mundo.

De esta manera, hay algunas cosas que vuelven a su lugar natural como, por ejemplo, los liderazgos mesiánicos como el de Andrés Manuel López Obrador han sido avasallados. No se han necesitado de campañas de desprestigio, de grandes debates ideológicos y/o programáticos, simples pactos políticos para dar rumbo al país.

Lo que sí es un hecho es que los ex presidentes y los jugadores políticos de hace 20 años ya se ven viejos, quieren seguir haciendo política como si estuviéramos en 1994 y no se dan cuenta que ya existen las redes sociales, que los mensajes cifrados en entrevistas e intercambios de cartas epistolares del pasado ya no divierten ni asustan a nadie y, menos, a un nuevo gobierno con una visión diferente de la política.

Modernizarse o Morir.


Consultor y Analista Político




martes, 11 de febrero de 2014

20 años



1994, un año que México no puede olvidar. El año inició con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pero, al mismo tiempo, el primero de enero rebeldes zapatistas se levantaron en armas y declararon una guerra al Estado Mexicano y al Presidente Salinas, una guerra que, según los datos, sigue vigente.

Este agitado inicio de año hace que la política se enrarezca y todos los actores políticos empiecen a jugar el perverso juego del poder y la sucesión presidencial, Manuel Camacho pide ser Comisionado por la Paz y, más tarde, se apuntaba como candidato sustituto. En ese mismo enero, Luis Donaldo Colosio inicia su campaña electoral en Querétaro. En un intento por controlar la situación de zozobra política creada a la campaña electoral por el conflicto zapatista, Salinas dice una de sus más  celebres frases, “No se hagan Bolas, el candidato es Colosio”. Dos meses después, con el estridente son de la “La Culebra” como música de fondo, Colosio caería cobardemente asesinado en Lomas Taurinas, diez días después del secuestro de Alfredo Harp Helú y un mes antes del secuestro de Ángel Lozada.

20 años de mucha historia nos acechan en este 2014; aniversarios de la autorización en el Congreso de la autonomía del IFE, del ingreso de México a la OCDE, del famoso debate electoral entre Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Ceballos (que desaparece después de ganar el debate) y la aparición del Grupo San Ángel con Elba Esther Gordillo, Jorge Castañeda y Reyes Heroles, entre otros. Asimismo, en septiembre asesinan a José Francisco Ruiz Massieu, se lanza el satélite Solidaridad II, se inaugura el WTC, muere Diana Laura Riojas, viuda de Colosio, Zedillo toma posesión como Presidente de la República, se vive el llamado “error de diciembre”, con fuga de capitales, caída de la Bolsa Mexicana de Valores y una gran devaluación. Y, finalmente, se cumplen 20 años del anuncio del rescate financiero a México por los EU y el G7.

Hoy, 20 años después, celebramos el vigésimo aniversario de la entrada en vigor del TLCAN y México cambia, estamos viendo reformas inauditas, entre ellas la política, que cierra los 20 años de autonomía del IFE al convertirlo en un nuevo instituto electoral; ¿coincidencia o muerte anunciada? El PRI reforma sus estatutos, ¿estará retomando algunos principios de la filosofía de Colosio? La maestra Gordillo ya no está en el SNTE. Cuauhtémoc Cárdenas quiere regresar a dirigir al PRD. Manuel Camacho es Senador de la República por la izquierda mexicana. Regresamos a una presidencia del PRI, después de 12 años de dos periodos presidenciales del PAN.

Y, en la última semana, renuncia Francisco Rojas a la CFE, hace 20 años salía de Pemex;  Esteban Moctezuma, a 20 años de ser nombrado Secretario de Gobernación, escribe sus verdades de la época en contra de Zedillo; y Carlos Salinas defiende el final de su Presidencia en una entrevista con el periodista Rogelio Cárdenas, a 20 años de haber entregado el poder. Puras y simples coincidencias.

20 años… ¿Qué ha cambiado? Casi todo, pero algunos insisten en que casi nada.




Consultor y Analista Político