miércoles, 12 de noviembre de 2014

La gran oportunidad de México

Leyendo la columna de Líbano Sáenz el sábado pasado, me vino a la mente que como consecuencia de los hechos de Ayotzinapa, sea cual fuere la conclusión de estos, en México debemos de aprovechar para cambiar la situación que hemos estado viviendo. Es muy claro que ante la descomposición del país, podemos, desafortunadamente, concluir que la política se convirtió en un arma para generar beneficios personales, pasando por encima de las leyes y la sociedad, y lo peor es que pareciera que nuestro destino está en manos de los malos políticos que tenemos y que como sociedad no tenemos ningún peso en las decisiones del país.

 Desafortunadamente, la falta de valores éticos que como sociedad hemos venido perdiendo, aunado a la ambición desmedida de los que están en puestos públicos y al contubernio ciudadano por omisión o desinterés, nos tiene metidos en esta sensación de que todo parece mal y la política no sirve; cuando todo funcionario público, desde el que atiende en una ventanilla o el policía, o el regidor, o el presidente municipal, el ministro, el gobernador, el legislador o el presidente, debe usar la política para ofrecer un servicio al ciudadano y para llevar al país a la creación de un mejor futuro y desarrollo.

Ante esto se me viene una simple y sencilla pregunta ¿qué podrá cambiar esta terrible tendencia? ¿Dónde nos quedó la moral?

La crisis de Ayotzinapa, pareciera que causó cierta conciencia, pero ¿salir a la calle significa avanzar? Hay algunos sectores que tienen hambre de vivir una “primavera mexicana” como la que vivieron algunos países árabes o como los movimientos en Hong Kong, pero aquí, el camino ha sido salir a robar, despedazar las ciudades y todo lo que se encuentra al paso de los manifestantes. Leía en un artículo escrito por Manuel Díaz que establece  que mientras que en Hong Kong los manifestantes, al mes de estar en la calle, abrieron paraguas, en México, pseudo-estudiantes, con la cara encubierta (un delito según nuestras leyes), roban tiendas de conveniencia y supermercados y destruyen ciudades. Ello hace pensar que en esta crisis hay mano negra de movimientos políticos por detrás, y nos regresa a ser una sociedad manipulada. Es claro que estas actitudes no llevan a un buen término las propuestas ni las quejas sociales.

Considero que es hora de un verdadero cambio, un cambio que se debe  dar en todo el país, en todos los ciudadanos, autoridades, funcionarios públicos, políticos y partidos políticos. Es urgente que nos entre la civilidad, debemos de entender para qué sirve la política y usarla en conjunto para el desarrollo del futuro de México, no para detenerlo o deteriorarlo.

Desde aquí lanzó un humilde llamado a organización políticas, a los jóvenes, a los estudiantes y todos los ciudadanos a demostrar la buena calidad humana y cívica que existe en nuestra cultura mexicana, pasemos de la crítica egoísta a la acción ciudadana y a la política enfocada para recuperar valores, si no lo hacemos, entraremos en una espiral de violencia y enfrentamiento estéril que será campo fértil para delincuentes y malos políticos. De continuar así, seguiremos dando pie a un círculo vicioso extremadamente benéfico para las malas prácticas y una mayor pérdida de valores.

El gobierno acaba de anunciar que va a lanzar nuevo Pacto para fortalecer las instituciones y asegurar la vigencia del Estado de Derecho ¡perfecto! Esa es la iniciativa del gobierno, a la que ya se están sumando los gobernadores y deberán de sumarse partidos políticos y la sociedad organizada. Aunado a esto, se deberá de revisar el marco legal del Pacto Federal, pero al unísono la sociedad debe también hacer su parte, ya basta de la queja fácil y la posición cómoda de ser cómplices de las malas acciones.

Es la gran oportunidad de México de verdaderamente definir y construir el gran futuro al cual siempre hemos estado destinados.


Consultor y Analista Político


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