Una de las cosas que diferencia a las relaciones públicas (RP) de la publicidad es el enfoque que se tiene sobre la comunicación y la imagen de la empresa. Mientras que la publicidad sólo busca satisfacer los gustos del consumidor para convencerlo y vender, las RP se dirigen a que toda la comunicación de la empresa sea cuidadosa y, además, consistente con la filosofía de la compañía. Tal vez por eso a los publicistas no les gusta el enfoque de las RP, porque siempre ve riesgos en todo.
Pero en un mundo tan globalizado y con tanto problema, la famosa Licencia creativa debe orientarse más a cuidar el entorno de la empresa, su reputación y a vigilar, sobre todo, el aumento de la sensibilidad que está teniendo el prosumer (término que describe al nuevo consumidor que al mismo tiempo es productor de sus propios contenidos en web). Al parecer, este año nuevamente algunos creativos, en el ámbito mundial, han hecho de las suyas y metido a sus clientes en riesgos reputacionales por exceso en la creatividad en sus anuncios.
Curiosamente, algunos de estos casos involucraron la imagen de México, la cual se vio dañada por acciones xenofóbicas hacia nuestra raza; por ataques a la imagen de nuestra bandera. Hay alguno otro que habla de aspectos históricos que llegaron hasta desatar una queja internacional de nuestro país, vía uno de nuestros embajadores. Existen otros casos en donde las compañías no salen bien libradas con sus excesos en creatividad y que les ha merecido ser duramente criticados, incluso, en algunos casos, las quejas vienen de los mismos consumidores y autoridades.
No cabe duda, ya pasó el tiempo en donde los creativos, por un chispazo de creatividad, hacían un anuncio chistoso, generaban una sonrisa y listo. Hoy, la crisis por la que atraviesa el mundo y los problemas globales hacen que todo aquel que se dedica a la comunicación, tenga que entender el entorno en donde se mueve su cliente e, inclusive, estudie los riesgos políticos y sociales en los que están éstos situados, con el fin de evitar que los califiquen como los grandes errores de la publicidad.
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