México se metió de pronto en un momento político muy grave. El asunto de la reforma política ha dado al traste con todos los supuestos acuerdos o, en el mejor de los casos, con la armonía entre la clase política nacional. De pronto surgió una guerra de todos contra todos.
El tema de las alianzas fue la cereza del pastel de esta guerra política, y lo peor es que el presidente Calderón quedó en medio de todos los fuegos: PRI como el receptor principal, una parte del PRD, la chiquillada partidista y hasta una parte de su propio partido. Basta oír la declaración del mismísimo Diego Fernández de Ceballos el día de ayer.
Por otra parte las candidaturas ciudadanas han causado que todos los partidos riñan a nivel discurso por la titularidad y/o alianza con los poderes fácticos del país, aunque estos mismos nieguen públicamente su existencia, y en lo único que están de acuerdo es en que esas candidaturas dejarían abierto el espacio de la política y del poder a estos mismos poderes fácticos, asunto inaceptable para ellos, pues consideran que los partidos son los únicos que deben ejercer el monopolio de la política en el país. Ésta es la verdadera real politik o política ficción a que alguna vez se refirió Carlos Salinas.
Y analicemos un ejemplo: si en nuestro sistema mexicano, a alguien se le ocurriera entrar a la política y hacer su candidatura solo y con dinero de su bolsillo, pues es seguro que jamás podría llegar ni siquiera al registro.
Supongo que por eso ni Cantinflas, el ídolo nacional, con todo el apoyo de la población y los votos registrados en las boletas, nunca quiso gobernar el país, o ¿usted cree que si viviera y tuviera la popularidad, como en esa época, los políticos lo dejarían llegar? Jamás.
Por tanto, quién en su sano juicio quisiera ir solo a una candidatura ciudadana sin ningún poder de su lado. Si así el PAN lleva dos sexenios y, con o sin mayoría, ha estado maniatado, cómo podemos creer que un candidato solo puede lograr un consenso nacional. Imposible.
Hoy todos los actores políticos hablan de una parálisis en el gobierno, y con todo este pleito, para el PRI, que tiene mayoría en la Cámara de Diputados, está muy claro que el camino a seguir es como lo dicen en sus últimos mensajes: “vamos a hacer las leyes que nos competen y que creemos que son las necesarias”, y entonces el PAN y demás partidos se pueden quedar fuera de las grandes decisiones, y así el Poder Ejecutivo ejecutará lo poco que le permita el Congreso. Ahí es donde estaría la parálisis.
Lo más curioso de todo este asunto es que esta situación ha unido al PRI y de repente han olvidado todas sus diferencias de los distintos grupos, y seguramente, con el camino abierto y sin nada que les estorbe, van a tratar de hacer las reformas que los lleven a la Presidencia y van a luchar juntos por todas las gubernaturas en 2010 y 2011.Ya en este último año, se volverán a pelear los grupos internos para ver quién va a ser el candidato.
En el PAN, todo este asunto está acabando de desunirlos completamente. Las brechas y diferencias que se han venido dando en el seno del partido, hoy están abiertas a todo lo que dan, y es posible que el desgaste generado por muchos frentes abiertos les cause una debacle electoral.
No vemos a algún personaje del panismo tradicional que pudiera hacer la famosa operación cicatriz, por lo que corren un gran riesgo de perder la cabeza en estos años y quién sabe bajo qué condiciones lleguen a la contienda en 2012.
Por su parte, en el PRD no cambia nada, las mismas incongruencias de siempre, bandazos por aquí y bandazos por allá, pleitos de todos contra todos, haciendo alianzas al por mayor con el fin de mantener su porcentaje de votos. Si a esto le sumamos la desbandada de los disidentes, más los amloístas, no va a quedar nada de este partido. El que está muy calladito viendo como se despedazan entre todos y sólo “milando” como el chinito, es Marcelo Ebrard.
Ahora que si nos ponemos en el plan de las especulaciones ante las increíbles alianzas políticas que estamos viendo, sólo nos faltaría que Ebrard, al darse cuenta de que tiene un partido débil y destrozado con sus típicos caudillos peleando la eternidad de las candidaturas, se aliara con su viejo partido, el PRI, para contender o de plano para poder tener acceder a un puesto que en un futuro lo lleve a la Presidencia. ¿O usted qué opina?, ¿sería capaz? Hoy todo pareciera que es posible.
Mientras los ciudadanos no creemos lo que vemos, los eternos enemigos van juntos en contra del PRI, con el simple objetivo de sacarlo de los gobiernos estatales. ¿Y las reformas que se necesitan para hacer al país más competitivo? Bien, gracias.
Es un momento inaudito en la historia de México. El asunto va mas allá de una parálisis; es un verdadero enfrentamiento de poderes de todos tipos y colores, partidos contra partidos, grupos políticos contra grupos políticos del mismo bando y poderes fácticos contra poderes fácticos.
En fin, en medio la crisis económica, deambulan las reformas propuestas que no llegarán, la inseguridad y la guerra contra el crimen organizado en su apogeo. ¿Y el bicentenario, apá? De ése, mijo, ya nadie se acuerda por el grave momento que estamos viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario