jueves, 30 de septiembre de 2010

Política fallida

En los últimos meses ha existido un gran dilema sobre si México, el Estado o el gobierno, son fallidos; considero que la polémica seguirá por mucho tiempo. Lo que sí se puede declarar fallida, es la política en México.

Aristóteles definió la política como “el arte de lo posible”, pero también entendía la política como la “búsqueda del bien común”. Tomando en cuenta este principio, en México nuestros políticos no hacen ni la una, ni la otra, por lo tanto los podemos declarar fallidos.

Hoy, en nuestro país la política “debería de hacer posible que hubiera acuerdos logrando con ello las reformas que le darían certidumbre a nuestra economía”; no es posible porque nadie se pone de acuerdo, los políticos no tienen voluntad para hacerlo, están fallando.

La política debería “estar haciendo posible que los partidos políticos se pusieran de acuerdo en políticas públicas para desarrollar un nuevo modelo político, con visión de Estado para asegurar el crecimiento democrático del país”; la política no ha podido lograr más que desacuerdos, divisiones profundas entre grupos y partidos, y polarización.

La política debería “estar haciendo posible el diálogo entre los diferentes grupos políticos para luchar, en conjunto, contra la inseguridad, definir leyes que protejan a la sociedad civil”; los políticos sólo ven para sus propios intereses.

Se debería de “estar haciendo posible que la misma política tuviera el respeto y reconocimiento de toda la población, por el hecho de ser el arte de lo posible”; hoy, ya ser político no tiene ninguna seguridad, a tal grado que, sin ningún respeto, empiezan a asesinar políticos.

También ese arte de hacer lo posible debería “estar logrando una adecuada participación y comunicación de y con la ciudadanía”; desafortunadamente, cada día está más lejos de la ficción de cualquier grupo social.

Bueno, el colmo más grande es ver que, cómo antítesis de ella misma, la política no puede ni siquiera hacer posible el entendimiento de los mismos integrantes de los partidos políticos. Hoy, los políticos que no logran la candidatura de su partido, son capaces de brincar sin ningún descaro de un partido a otro.

El otro de los colmos, que reafirma ésta situación fallida de la política en México, es el simple hecho de que se dan alianzas que parecieran ser imposibles, se podría pensar que, al contrario, esto es parte de ese logro de la política de hacer posible lo imposible, pero en este caso, eso imposible que en México sí se dio, hoy representa la incongruencia y el problema político más grande que haya existido; contra el tiempo, quedará demostrado.

Un ejemplo más de la política fallida en nuestro país, es el hecho de que hoy vemos una hondonada de expulsiones y, valga el silogismo, de no expulsiones, en los diferentes partidos políticos. En el PAN expulsan a Espino, ex dirigente de ese partido y que seguramente se refugiará en algún otro con diferente ideología, pero no expulsan al ex presidente Fox por sus últimas declaraciones. Por otra parte, a AMLO no lo han querido ni tocar, cuando él opera flagrante y abiertamente en otro partido, rompiendo todas las reglas habidas.

Muchos ejemplos tenemos todos los días, sólo basta leer la prensa nacional y ver que, hoy, los políticos mexicanos son el animal político más fallido de la tierra.

Lo malo es que si siguiéramos la lógica de que unos son de la generación perdida y de la famosa generación del NO, los políticos jóvenes no estarían haciendo esas cosas pero, desafortunadamente, vemos a diario también que son pocos de la nueva generación que no están contaminados por este efecto fallido de la política nacional.

Y ahora, con motivo del Bicentenario y los valores que queremos rescatar de nuestra historia y con los anuncios y promociones de que vamos a hacer los valores de nuestros héroes, desafortunadamente nos damos cuenta de que poco podemos hacer los ciudadanos, ya que nuestros políticos sólo saben tomar las cosas malas, como son las traiciones y la búsqueda de los intereses personales, contra los valores verdaderos de buscar el bien de común.

Por esto, sí podemos declarar fallida la política en México.

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