Revisando el tema de la ética en las Relaciones Públicas, es importante entender que la nueva revolución en los medios digitales, ha generado un nuevo balance en los asuntos de éste tema en la sociedad y en nuestra profesión.
Hace diez años, cuando el trabajo de las relaciones públicas estaba concentrado exclusivamente entre los practicantes y los medios, el asunto de la ética se encontraba más dirigido a cuidar que fuera hecho por profesionales y expertos. Asimismo, por cuidar que la información proporcionada a los medios fuera cierta y que no se generarán acuerdos económicos fuera de lo "honorable".
A partir de que la sociedad y el consumidor han creado sus propias redes sociales para generar sus contenidos y "son más dueños" de parte de la información, la balanza de los cuidados de la ética se han transportado a otras acciones de la práctica de las relaciones públicas. El foco ya no es la relación con los medios, ahora está volcado directamente a las acciones de responsabilidad social de las empresas. Hoy, se cuida que las acciones que se hagan por parte de las compañías y que están dirigidas directamente a los consumidores, sean verdaderas y no solo sea un gancho para generar más consumo.
Ciertamente en esta época y con el poder de las redes sociales, este tipo de situaciones es más difícil que la gente no se de cuenta, o que en caso de suceder, sean denunciadas públicamente. Pero al mismo tiempo, entramos en tiempos en dónde los publirrelacionistas deberemos de tener más cuidado; los profesionistas de las relaciones, tenemos códigos de conducta y asociaciones que vigilamos la integridad de la profesión y del gremio, pero al haberse trasladado esa responsabilidad, ¿Quién cuida ese sector?
Ya empezamos a ver casos en Twitter. Por ejemplo, que se lanza información que después no es cierta, o rumores que hacen mucho daño a las compañías por comentarios fáciles de gente que no mide lo que sus palabras pueden causar.
Finalmente, esto nos lleva a entender que debemos de luchar por mantener la ética en las acciones de comunicación de las empresas, así como en los practicantes de nuestra profesión. Pero al mismo tiempo, buscar que estos conceptos lleguen a la sociedad en general, solo queda regresar a los valores básicos del buen comportamiento humano, que en un México con la delincuencia a nuestro alrededor, no debemos ceder a la tentación de hacer la tarea por el camino fácil.
Ahora más que nunca debemos de cuidar nuestra ética personal, de la profesión, del negocio.
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