Tuve la oportunidad de impartir un curso sobre liderazgo social a estudiantes de una universidad pública, en el interior de la república. En un taller de este tipo, siempre se habla de comunicación, como un elemento fundamental de cómo un líder debe expresarse y conectarse con la demás gente; la comunicación, en este caso, por su orientación de visón social, adquiere características especiales.
Estas implican que el líder social deba primero, de escuchar con empatía: segundo, de hablar con autenticidad; y en tercer lugar, de controlar la ansiedad de responder.
Si analizamos cada una a detalle, en la primera encontramos que hoy es obligado escuchar las demandas sociales de la población. La digitalización de la comunicación y las redes sociales, nos obligan a todos, individuos, empresas, gobiernos y medios masivos, a escuchar con apertura y sensibilidad, los problemas de nuestros empleados o amigos, clientes, gobernados o lectores.
En el segundo caso, hoy con la información que se tiene corriendo a toda velocidad en medios o redes sociales, da la facilidad a miles de ojos, de ver las actuaciones de cualquier empresa, autoridad o persona, en línea, las veinticuatro horas de los trescientos sesenta y cinco días del año. Diariamente se hace más pequeña la ventana de los que se atreven a engañar al público.
Respecto al tercer concepto, que se refiere a controlar la ansiedad de responder, hoy implica escuchar todas las demandas sociales; tener la información completa de cada caso y pensar muy bien lo que se deba contestar. Además, también interpreto, que hoy más que nunca las promesas fáciles y espontáneas, no sirven de nada. Ya es necesario contestar con acciones claras y contundentes, más que con bonitas declaraciones huecas.
Haciendo un paralelismo entre este tipo de comunicación de liderazgo social, con la que deben de tener las empresas y los gobiernos, creo que no debe de existir ninguna diferencia. Es obligado que cada día, los comunicadores privados, sociales o gubernamentales, aprendan de este tipo de comunicación, para fomentar el liderazgo social institucional que tanto nos está demanda la sociedad.
Esta comunicación se convierte, también, en una herramienta elemental para los publirrelacionistas en su actuar diario, para complementar la parte práctica y ética de la profesión.
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