Nuestros jóvenes tienen frente a si un futuro incierto. A nivel educativo, ya no está siendo suficiente el hecho de terminar una carrera. El crecimiento exponencial del conocimiento y los cambios en la ciencia y la cultura hacen que las Universidades ayuden a encauzar en una etapa final de la educación formal a los jóvenes, sin embargo la actualización será permanente para el resto de sus vidas. En el ámbito laborar, la exigencia de una maestría u otros tipos de especialización va en aumento.
Otro escenario al que se enfrentan es que, desafortunadamente, hay muy poca oferta laboral, el país no está generando la cantidad de empleos suficientes para satisfacer la demanda de las nuevas generaciones. Además de esta situación, tenemos que reconocer que el sistema tradicional de generación de empleos en el mundo ya está llegando a su límite, que el antiguo sistema de creación de empleos, anclado al de planes de beneficios sociales, ya nunca será el mismo y que un nuevo paradigma apenas empieza a desarrollarse poco a poco: el sistema de generación de emprendedores, que dará cabida a una nueva forma de autoempleo. El problema es que este movimiento apenas inicia y todo el modelo económico y educativo aún no está reaccionando con la velocidad que debiera.
En algunos países ya existen ciertos foros que empiezan a presionar a los gobiernos para cambiar tanto las estructuras sociales, como las económicas para dar cabida al nuevo tipo de emprendedor, llamado social, el cual necesita de un marco económico-financiero-social, que hoy no se tiene desarrollado. Nuestra economía está dedicada al cien por ciento al mundo del empleador-empleado, junto con un sistema de beneficio social (insuficiente y quebrado, por cierto). Existen y se reconoce que ahora las Pymes empiezan a crecer, pero aún los planes desarrollados en la Secretaría de Economía no despegan de manera que ayuden al país a generar una nueva generación de emprendedores en estos miles de estudiantes que están saliendo al mercado laboral año por año.
Es más, el mismo sistema educativo actual, aún no cambia lo suficientemente rápido para darse cuenta que, en la actualidad, están generando profesionistas para ser generalmente empleados, por una parte, o profesionistas para hacerse millonarios. Parte de este paradigma tradicional de nuestra educación es que en las universidades públicas al parecer es un gran pecado hablar de hacer negocios, así como en las universidades privadas el pecado es hablar de ser responsables con la sociedad. Lo curioso es que en ninguna de las dos se les enseña a los jóvenes a ser emprendedores con una visión social. Eso solamente lo están haciendo las escuelas con altas especialidades de negocios.
El asunto es importante por la coyuntura que estamos viviendo y por las circunstancias del país. Es extremadamente importante que las autoridades educativas pongan especial atención en este sector, ya que tenemos que cuidar tanto a los estudiantes de las universidades públicas como a los de las privadas.
En los últimos días se han suscitado circunstancias que se tendrán que analizar de manera importante y minuciosa, primero las declaraciones del Rector Rangel Sostman, del Tecnológico de Monterrey, con motivo de la marcha en contra de la inseguridad, que generan un cambio de mentalidad en la educación de las universidades privadas:
“Los invito pues a que tomemos conciencia de nuestra realidad, y que aceptemos todos, que todos somos parte del problema, y que todos hemos contribuido a que se genere la situación de inseguridad en la que vivimos el día de hoy. (…) Recuperemos la cultura del esfuerzo y el amor por el trabajo, fortalezcamos una clase empresarial que invierta, que tenga confianza en México, y que genere los empleos que el país tanto requiere. Exijamos una clase política que represente la sociedad, que se oriente a resolver los problemas que aquejan al país. (…) Fortalezcamos nuestra cultura de honestidad y la denuncia, construyamos universidades que preparen ciudadanos con gran responsabilidad social y no solamente profesionistas exitosos.”
En otro escenario, el político, se publica un desplegado por parte de Dante Delgado, candidato a la gubernatura a Veracruz, pidiendo al Rector de la Universidad Autónoma del Estado, que se abra la universidad para un debate entre candidatos. Sabemos que en época de elecciones los candidatos urgen a tratar de estar presentes en las universidades, sobre todo las públicas, por su gran población, para obtener de manera fácil los votos de los jóvenes.
Hoy se juntan detonadores peligrosos para nuestra población juvenil, inseguridad que atenta contra sus vidas, falta de empleo que no da certidumbre para un futuro, la desesperación de ver que no tienen elementos nuevos para poder empezar una empresa como otra opción y, para acabar de complicar el asunto, los políticos quieren entrar a hacer campañas políticas para atraer los votos que necesitan.
Todas estas presiones, de manera natural los están organizando y forzando a salir a las calles a manifestarse, hoy con motivo de la inseguridad, pero ante los problemas que están viviendo pueden empezar a organizarse para también buscar nuevas y mejores opciones.
Hoy, más que nunca y debido a los escenarios que tenemos enfrente y camino al 2012, debemos de blindar sus actividades y cuidarlos de la rapiña electoral.
También es extremadamente importante empezar a instrumentar programas para emprendedores sociales, con el fin de ofrecerles herramientas para iniciar negocios que ayuden a crear un país más sustentable. Como bien decía el Rector Rangel Sostman, necesitamos profesionistas con mayor responsabilidad social y con capacidad de buscar oportunidades y transformarlas, con mucha pasión, en actividades productivas.
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