En el Foro Mundial de Relaciones Públicas que se llevó a cabo en Estocolmo, participamos 400 profesionales para discutir la situación de las relaciones públicas en el ámbito mundial y la visión de las redes sociales y su impacto en los negocios.
Es curioso que, en todo el mundo, los publirrelacionistas siempre tengamos los mismos problemas, pero que lleguemos a ellos por distintos caminos. Falta de entrenamiento en negocios, poco entendimiento por parte de la corporación sobre los temas y la complejidad en la comunicación. Esto nos lleva siempre a tratar de elevar la capacidad y la visión de los practicantes de las relaciones públicas.
En esta reunión, llamaron la atención un par de economistas que nos dieron una visión de lo que será el futuro de los negocios y de las redes sociales. Y, además, sendas recomendaciones muy buenas y enfocadas. Sobre estos estudios se basó la creación de los Acuerdos de Estocolmo.
Lo anterior nos llevaría a pensar que llegó el momento para que nuestro sistema educativo cambie los planes de estudio de las carreras de Comunicación, ya que los actuales, vigentes desde los últimos veinte años, fueron realizados con base en el poder y el crecimiento de los medios de comunicación, y eso ya no es válido para este momento, y menos para el futuro.
Las carreras de Relaciones Públicas y Comunicación deben de cambiar a una base orientada a tres ejes específicos: el desarrollo de los negocios, el entendimiento social y, obviamente, las bases de la comunicación, pero estratégica, no la general y de medios a la que está enfocada. Ya no alcanza, solamente, incluir material de medios digitales. Los publirrelacionistas del futuro necesitan estudiar Sociología y Psicología social, materias de entrepreneur y liderazgo social, una fuerte base económica y matemática.
Estamos enfrentando una nueva y tercera revolución industrial, cuya gestación obedece no sólo a que el mundo está extremadamente interconectado y en crisis. Sino, también, a la cantidad de información que se genera; al crecimiento de la tecnología, y a los cambios drásticos en el ambiente. Ello cambiará, radicalmente, el futuro del mundo, los negocios y la comunicación.
Las carreras de Relaciones Públicas y de Comunicación no deben morir, como puede pasar con los medios tradicionales que se nieguen a cambiar.
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