“El año que vivimos en peligro; lo bueno es que ya terminó”, fueron las expresiones que usó el presidente Calderón al referirse a 2009. Manlio Fabio Beltrones, afirmó, “en efecto ya se acabó, pero al 2010, le faltan tres años”. En medio, los ciudadanos, que lo único que alcanzábamos a esbozar es “ya casi termina”, el como “ya no importa”. El 2009 fue para México como una montaña rusa, aflojamos cuerpo porque sentimos que ya comenzaba a transcurrir su parte final, con la celebración del día 12 y el inicio del tradicional puente Guadalupe-Reyes, pero no, era demasiada belleza.
El presidente Calderón lanza su iniciativa de reforma política y, como en parque de diversiones sin gente, el operador nos regala gratis otra vuelta en la montaña rusa.
No se puede negar que la iniciativa es buena. Todo lo que apoye al fortalecimiento de la democracia y a generar un balance entre el poder político y el ciudadano, siempre será bueno. Opino que en México no podemos seguir pensando que por una situación histórica generada en 1910, repetida por decreto en toda la comunicación del Estado, ese famoso y lacónico “sufragio efectivo, no reelección”, no podamos transitar en la búsqueda de un Estado más moderno y democrático. Ya que la iniciativa sea pública, deberemos de hacer el análisis de sus alcances y encontrar sus ventajas o imperfecciones.
En general, se celebra su propuesta, lo que no puedo entender son los tiempos. Por más que busco una razón, no la encuentro. Solamente que obedezca a una negociación con alguna de las fuerzas políticas y, sobre todo, la razón por la cual la manda antes de reformas de corte económico. Por la celeridad de la propuesta, los tiempos políticos y la temporada, es muy pronto para conocer los alcances de la iniciativa. Lo único que queda es tratar de poner en contexto de dónde sale y las reacciones inmediatas para, con esto crear” frente a 2010, como un “pasiflorine, un posible escenario.
Por una parte, la iniciativa sine qua non recoge el sentir que la sociedad, la opinión pública, investigadores y algunos políticos han expresado. Para los ciudadanos la alternancia en el poder (o sea, la democracia) solamente ha complicado la vida política en los últimos años y, como se puede ver en una encuesta publicada hace poco, la mayoría de la población ya no cree en la democracia porque es ineficaz; y en este año en México, además, quedó muy claro que la partidocracia sólo busca su beneficio personal. Este sistema ha generado disputas en el poder y, como consecuencia, ha generado mayor pobreza, menos empleo e inestabilidad económica.
Por la otra, el Estado está paralizado por falta de acuerdos y trabajo político, consecuencia también de la alternancia y la democracia. Enfrentamiento, cotos de poder y monopolios públicos y privados conglomeran poder en una clase empresarial y política que hace del país lo que se les da la gana en un gran contubernio público.
Bajo estos hechos, la iniciativa impacta en el centro de esta intriga, tratando de ofrecer esperanza y aire a la queja y molestia ciudadana. Además, muestra al que la propone con voluntad política para reformar, pero, al mismo tiempo, con el peligro de cargar los costos políticos. ¿O es un tiro de carambola de varias bandas, que pretende ser cuña para empujar otras reformas que estaban propuestas por ahí y que desnuda, ante la opinión pública, las verdaderas intenciones de algunos pre candidatos para 2012, poniendo contra la pared a partidos políticos que se dicen democráticos y que han pedido a gritos una reforma política, pero cuando alguien más la propone, ya no les acomoda? Pudiera ser, eso es lo único que podría justificar el boleto gratis para seguir en la montaña rusa.
Obviamente, las reacciones fueron inmediatas. La iniciativa privada está de acuerdo y la apoya. Las autoridades del IFE, alineadas al Senado, ponen a la disposición toda la información necesaria para apoyar su discusión. En contra se proyecta el PRI de Peña Nieto, que lanza un decálogo de preguntas mostrando su inconformidad y tratando de desprestigiar la iniciativa; el mismo Peña Nieto, desde Roma (en visita Papal, ¿para algún permiso especial, será?), arroja, como antiguo revolucionario, una negativa rotunda ante la reelección. Por su parte, el PRD tilda la iniciativa de insuficiente y, hasta la hora de cerrar esta colaboración, sólo silencio de AMLO, Manuel Camacho y del mismo Marcelo Ebrard, más preocupado por aparecer como un gran ecologista ante las huestes de Copenhague, lanzando incongruentes amenazas de aumento de impuestos a los habitantes del DF, cuando se quejó amargamente del aumento del paquete fiscal.
No sabemos a ciencia cierta qué pueda pasar en 2010 con esta reforma. Lo que sí es seguro es que enfrentará a los dos grupos políticos dentro del PRI, ya lo palpamos en estas primeras reacciones.
Lo único malo es que esta iniciativa se convierte en uno de los principales detonadores para complicar las cosas en 2010. Se ha hablado de que el próximo año hay peligro de quejas sociales y hasta levantamientos con motivo del bicentenario. Para estos efectos, éste es uno de los casos en que el posible remedio puede terminar convirtiéndose en el gran detonador de todo, irremediablemente. Cualquier grupo político que quiera que algo cambie o le favorezca en 2012, para acabarla de amolar deberá de empezar a ponerlo en marcha 2010, por lo que ese año estará cargado de actividad.
Por otra parte, termina la triste historia de Juanito, crucificado por sus propios impulsores; demostró no ser muy diferente de cualquier otro político mexicano, sus únicos problemas eran el ser pobre e impulsivo.
Por este año sólo resta agradecer a los lectores su atención y desearles que esta temporada esté colmada de felicidad y bendiciones y, para el año próximo, mis mejores deseos de éxito y salud. Felicidades a todos.
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