Mucho se ha dicho sobre el discurso de Obama en su toma de posesión, y mucho de éste no podría entenderse sin comprender el llamado liderazgo social o humanista, que tiene cinco características: la primera, ser una persona normal, común y corriente… la diferencia es que hace su trabajo de una manera extraordinaria, se sale de lo habitual, tiene un alto grado de autoconciencia, se conocen muy bien, conoce sus alcances y limitaciones, además añade tres “h” del liderazgo: humildad, humor, humanismo; la segunda, con capacidad de enseñar a los demás; la tercera es el talento de ilusionar a los demás; la cuarta, la aptitud para el cambio, para ir adelante, para mejorar; la quinta y última es el hecho de saberse prescindible.
Además, existen siete claves fundamentales del liderazgo social o humanista, que son: la coherencia, la convicción, la credibilidad, la confianza, la comunicación, el compromiso y la conciencia. Obama cumple con este perfil, lo cumplió en su campaña y en su discurso.
Al termino de la era Bush, se concluyó un liderazgo errático, sin coherencia, que generó miedo en vez de confianza, con una pésima comunicación, con un compromiso a las grandes causas de los grupos de poder estadounidenses y a los viejos atavismos de la guerra, los valores sobre el miedo y el terror, con una visión mercantilista de las cosas; este liderazgo genera la política especulativa que volteó al mundo de cabeza el año pasado.
Y Obama inicia su presidencia con un discurso que, según algunos líderes de opinión, no tiene frases llamativas o de recordar; tal vez no es el “I Have a Dream” de Martín Luther King, ni el “no preguntes lo que tu país puedes hacer por ti, pregúntate lo que puedes hacer tu por tu país” de Kennedy. Pero el mismo, en su apertura habla de que ya se ha dicho casi todo en ese mismo lugar, muchas veces con anterioridad.
Lo importante del discurso es lo sencillo y crudo que es. Lo sencillo, porque llama con palabras simples las cosas complejas, habla de especuladores, de codicia, de irresponsables, de cínicos, de las falsas promesas que no se han cumplido, de poderes reales que no quieren entender que no se pueden seguir haciendo las cosas como antes. Menciona los dogmas que estrangulan la política.
El discurso es crudo, porque reconoce un grave problema económico, menciona que próximas generaciones van a tener que bajar sus expectativas, critica a los que sólo buscan los placeres de la fama y la fortuna. Reconoce también que el mundo está cambiando, que Estados Unidos tiene que entender esta situación y adaptarse; acepta que hay una nueva era y que hay un problema ecológico que tiene que enfrentarse con humildad. Reconoce públicamente también la existencia de fuerzas internas que no están de acuerdo con su política y que tienen corta memoria.
En pocas palabras, define un rumbo totalmente opuesto al que Bush llevó en los últimos ocho años, se aleja del discurso del terror, ofrece una mano de amistad, para el que la quiera abrir y estrechar. No habla de inmigrantes, acepta la diversidad de razas, pero deja atrás el viejo discurso de una Unión Americana de inmigrantes. También puede decirse que se aleja del concepto de policía del mundo y manda un mensaje al mundo árabe muy claro, puede haber relación con base en intereses y respeto.
Un asunto que llama mucho la atención es que en todos sus últimos discursos, menciona a los padres fundadores, está retomando la idea de volver a los principios democráticos con los que se instauró Estados Unidos, hasta podría decirse que en el fondo de sus palabras está pensando en una refundación como en la creación de una “nueva república”.
Para el cambio y el crecimiento a futuro, cambia el antiguo concepto de las armas, por el desarrollo tecnológico; les pide a los estadounidenses unirse y respetarse, con base en los viejos y tradicionales valores de honestidad, trabajo, coraje y justicia en el terreno de juego, valores que con el mundo de la especulación se han olvidado.
Como héroes de guerra reconoce a los que lucharon en todas las guerras internas, a los de Normandía y hasta la guerra de Corea y Vietnam, y de final, sin decirlo se reconoce como un estadounidense más, se reconoce como pueblo (Bush nunca lo hubiera dicho), para trabajar para el pueblo y con el pueblo.
Éste es el discurso que dicen que no tiene frases célebres; el mundo ha cambiado y no nos damos cuenta. Mientras aquí debemos aprender tantas cosas. Cuando alguien se atrevió a dar un discurso que dejó ver las realidades del país, puso en jaque al real politik y terminó asesinado.
Y del dicho al hecho…. En una semana ha cumplido con dos promesas, deja la base de Guantánamo y anuncia un plan ambiental, que se acerca más al tratado de Kioto. Por sólo estos hechos las cosas están cambiando, Obama es un líder social y humanista.
Además, existen siete claves fundamentales del liderazgo social o humanista, que son: la coherencia, la convicción, la credibilidad, la confianza, la comunicación, el compromiso y la conciencia. Obama cumple con este perfil, lo cumplió en su campaña y en su discurso.
Al termino de la era Bush, se concluyó un liderazgo errático, sin coherencia, que generó miedo en vez de confianza, con una pésima comunicación, con un compromiso a las grandes causas de los grupos de poder estadounidenses y a los viejos atavismos de la guerra, los valores sobre el miedo y el terror, con una visión mercantilista de las cosas; este liderazgo genera la política especulativa que volteó al mundo de cabeza el año pasado.
Y Obama inicia su presidencia con un discurso que, según algunos líderes de opinión, no tiene frases llamativas o de recordar; tal vez no es el “I Have a Dream” de Martín Luther King, ni el “no preguntes lo que tu país puedes hacer por ti, pregúntate lo que puedes hacer tu por tu país” de Kennedy. Pero el mismo, en su apertura habla de que ya se ha dicho casi todo en ese mismo lugar, muchas veces con anterioridad.
Lo importante del discurso es lo sencillo y crudo que es. Lo sencillo, porque llama con palabras simples las cosas complejas, habla de especuladores, de codicia, de irresponsables, de cínicos, de las falsas promesas que no se han cumplido, de poderes reales que no quieren entender que no se pueden seguir haciendo las cosas como antes. Menciona los dogmas que estrangulan la política.
El discurso es crudo, porque reconoce un grave problema económico, menciona que próximas generaciones van a tener que bajar sus expectativas, critica a los que sólo buscan los placeres de la fama y la fortuna. Reconoce también que el mundo está cambiando, que Estados Unidos tiene que entender esta situación y adaptarse; acepta que hay una nueva era y que hay un problema ecológico que tiene que enfrentarse con humildad. Reconoce públicamente también la existencia de fuerzas internas que no están de acuerdo con su política y que tienen corta memoria.
En pocas palabras, define un rumbo totalmente opuesto al que Bush llevó en los últimos ocho años, se aleja del discurso del terror, ofrece una mano de amistad, para el que la quiera abrir y estrechar. No habla de inmigrantes, acepta la diversidad de razas, pero deja atrás el viejo discurso de una Unión Americana de inmigrantes. También puede decirse que se aleja del concepto de policía del mundo y manda un mensaje al mundo árabe muy claro, puede haber relación con base en intereses y respeto.
Un asunto que llama mucho la atención es que en todos sus últimos discursos, menciona a los padres fundadores, está retomando la idea de volver a los principios democráticos con los que se instauró Estados Unidos, hasta podría decirse que en el fondo de sus palabras está pensando en una refundación como en la creación de una “nueva república”.
Para el cambio y el crecimiento a futuro, cambia el antiguo concepto de las armas, por el desarrollo tecnológico; les pide a los estadounidenses unirse y respetarse, con base en los viejos y tradicionales valores de honestidad, trabajo, coraje y justicia en el terreno de juego, valores que con el mundo de la especulación se han olvidado.
Como héroes de guerra reconoce a los que lucharon en todas las guerras internas, a los de Normandía y hasta la guerra de Corea y Vietnam, y de final, sin decirlo se reconoce como un estadounidense más, se reconoce como pueblo (Bush nunca lo hubiera dicho), para trabajar para el pueblo y con el pueblo.
Éste es el discurso que dicen que no tiene frases célebres; el mundo ha cambiado y no nos damos cuenta. Mientras aquí debemos aprender tantas cosas. Cuando alguien se atrevió a dar un discurso que dejó ver las realidades del país, puso en jaque al real politik y terminó asesinado.
Y del dicho al hecho…. En una semana ha cumplido con dos promesas, deja la base de Guantánamo y anuncia un plan ambiental, que se acerca más al tratado de Kioto. Por sólo estos hechos las cosas están cambiando, Obama es un líder social y humanista.
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