Barack Obama es un fenómeno de nuestros tiempos. Hace una campaña electoral inaudita, marcando con esto el futuro de cómo se debe de manejar las nuevas herramientas tecnológicas para comunicarse con la gente, también, marca un hito en la comunicación política, al manejar con limpieza y sencillez sus discursos y mensajes, los cuales se han convertido en piezas de análisis detallado; y finalmente su liderazgo es de corte social, nacido de las teorías de Harvard.
Sin entender todo esto, y sobre todo, lo que significa el liderazgo social, puede ser ocioso el análisis de su discurso de toma de posesión de la presidencia. He oído todo tipo de comentarios sobre este discurso, pero la constante es de no entenderlo en su totalidad, esto nace de la característica humana de querer ante una crisis de las magnitudes que estamos viviendo, la necesidad de encontrar respuestas a los problemas de cada país, de cada ciudad y hasta la resolución de problemas personales.
En México y el mundo, al parecer estaban esperando el día de la toma de posesión para oír en el discurso de Obama, la solución a la crisis mundial, de ahí se creó la expectativa de que en ese discurso inaugural se encontrarían todas las respuestas y caminos que se deberán de seguir. Pero a simple vista no se encontraron; las bolsas se cayeron y la realidad siguió su camino.
Creo que el mundo está acostumbrado, para mal, a los discursos incendiarios de los últimos ocho años de Bush y de un liderazgo de problemas del siglo XX para atrás. No estamos tomando conciencia de que este es el primer presidente de los Estados Unidos del siglo XXI, es afroamericano, nace del pueblo, no vienen de una dinastía de tradición política, ni de familia poderosa. Es una persona extremadamente educada y con una visión del mundo global.
Otro detalle curioso a entender es que Obama no es de la generación de la guerra, a Obama no le pueden achacar ni que es héroe de guerra, ni que es pacifista negado a enrolarse en el ejército, simple y sencillamente por su edad y circunstancia, ya no le tocó jugar ese papel tradicional en la unión americana de ser héroe de guerra, es más, no está en su vocabulario. Este es un tema que reconoce, pero lo trata más desde el punto de vista de la fundación de la nación americana, que el recordatorio heroico de Vietnam o las últimas guerras en Asia.
Es por eso que considero que la mayoría de la gente afuera de los Estados Unidos no entendió el discurso de Obama, de ahí puede venir el desencanto ante su figura, pero que de alguna manera en su estrategia logró dos cosas: detuvo la expectativa exagerada a su persona y el asunto más importante a mi parecer, el conectarse con sus electores, a quien se debe y de donde él viene, eso definitivamente si lo logró. El impresionante número de personas que reunió enfrente del Capitolio, una muchedumbre ordenada y silenciosa, esa que es el pueblo, esa masa invisible que ningún político quiere ver enojada o levantada en armas, fue fiel acompañante de su líder, desde que los convenció poco a poco a través de su discurso humanista, de su visión de los problemas, los que les pidió apoyo y dinero por internet, esa muchedumbre virtual se fue haciendo real el día de la votación y que terminó acompañando a su líder en la toma de posesión, porque quería ver lo inaudito: un presidente afroamericano tomando la protesta para romper el más alto mito racista de América, que un afroamericano ocupe la Casa Blanca.
Con esa su gente, a ese su pueblo, estuvo dirigido su discurso, a los especuladores, los grandes poderosos, los enemigos del estado americano y al resto del mundo, les dedicó algunos párrafos muy claros y contundentes, de una sencillez que analizándolo en este contexto da miedo. Es claro, contundente, sin retorica ni bravuconadas de un texano con botas y pistola al cinto. Un mensaje claro que pone límites, que ofrece paz y amistad, para el que la quiera.
Considero que el discurso más que no gustar, no fue plenamente entendido, en el fondo está procediendo bajo el más antiguo de los principios americanos que dice “back to basics”, regresar a lo básico, pero con una buena visión de un futuro y con una claridad en el procedimiento. Dos cosas son de llamar la atención, el que se puede interpretar mal o bien, y que habla de una refundación del estado americano, de crear un nuevo sueño americano con una visión de futuro. Y en segundo lugar, el hecho de aceptar que el mundo está cambiando, a lo que se puede inferir que él en lo personal lo acepta y quiere hacer entender a su pueblo que así es. Por tradición el americano considera que el mundo son ellos y que el mundo vive su misma realidad, si juntamos esas dos cosas, refundación y entender que el mundo está cambiando, puede implicar que ahí es el cambio de fondo que Obama quiere generar.
El discurso merece más análisis bajo esta óptica y tendrá que ser releído y releído, efectivamente hoy no hay frases que pasen a los anales de la historia, como algunos líderes de opinión y analistas buscan desesperadamente, con los hechos, con la transformación de las cosas poco a poco las palabras irán tomando su curso adecuado. Al final del día lo más importante es que fue un discurso dirigido a la conciencia de las personas del mundo, habrá que analizar qué nivel de conciencia tiene cada individuo, su pueblo, sus electores, a quién él se debe, entendió perfectamente el mensaje, los demás poco a poco lo entenderán.
Seguiremos el análisis en próximas colaboraciones.
Sin entender todo esto, y sobre todo, lo que significa el liderazgo social, puede ser ocioso el análisis de su discurso de toma de posesión de la presidencia. He oído todo tipo de comentarios sobre este discurso, pero la constante es de no entenderlo en su totalidad, esto nace de la característica humana de querer ante una crisis de las magnitudes que estamos viviendo, la necesidad de encontrar respuestas a los problemas de cada país, de cada ciudad y hasta la resolución de problemas personales.
En México y el mundo, al parecer estaban esperando el día de la toma de posesión para oír en el discurso de Obama, la solución a la crisis mundial, de ahí se creó la expectativa de que en ese discurso inaugural se encontrarían todas las respuestas y caminos que se deberán de seguir. Pero a simple vista no se encontraron; las bolsas se cayeron y la realidad siguió su camino.
Creo que el mundo está acostumbrado, para mal, a los discursos incendiarios de los últimos ocho años de Bush y de un liderazgo de problemas del siglo XX para atrás. No estamos tomando conciencia de que este es el primer presidente de los Estados Unidos del siglo XXI, es afroamericano, nace del pueblo, no vienen de una dinastía de tradición política, ni de familia poderosa. Es una persona extremadamente educada y con una visión del mundo global.
Otro detalle curioso a entender es que Obama no es de la generación de la guerra, a Obama no le pueden achacar ni que es héroe de guerra, ni que es pacifista negado a enrolarse en el ejército, simple y sencillamente por su edad y circunstancia, ya no le tocó jugar ese papel tradicional en la unión americana de ser héroe de guerra, es más, no está en su vocabulario. Este es un tema que reconoce, pero lo trata más desde el punto de vista de la fundación de la nación americana, que el recordatorio heroico de Vietnam o las últimas guerras en Asia.
Es por eso que considero que la mayoría de la gente afuera de los Estados Unidos no entendió el discurso de Obama, de ahí puede venir el desencanto ante su figura, pero que de alguna manera en su estrategia logró dos cosas: detuvo la expectativa exagerada a su persona y el asunto más importante a mi parecer, el conectarse con sus electores, a quien se debe y de donde él viene, eso definitivamente si lo logró. El impresionante número de personas que reunió enfrente del Capitolio, una muchedumbre ordenada y silenciosa, esa que es el pueblo, esa masa invisible que ningún político quiere ver enojada o levantada en armas, fue fiel acompañante de su líder, desde que los convenció poco a poco a través de su discurso humanista, de su visión de los problemas, los que les pidió apoyo y dinero por internet, esa muchedumbre virtual se fue haciendo real el día de la votación y que terminó acompañando a su líder en la toma de posesión, porque quería ver lo inaudito: un presidente afroamericano tomando la protesta para romper el más alto mito racista de América, que un afroamericano ocupe la Casa Blanca.
Con esa su gente, a ese su pueblo, estuvo dirigido su discurso, a los especuladores, los grandes poderosos, los enemigos del estado americano y al resto del mundo, les dedicó algunos párrafos muy claros y contundentes, de una sencillez que analizándolo en este contexto da miedo. Es claro, contundente, sin retorica ni bravuconadas de un texano con botas y pistola al cinto. Un mensaje claro que pone límites, que ofrece paz y amistad, para el que la quiera.
Considero que el discurso más que no gustar, no fue plenamente entendido, en el fondo está procediendo bajo el más antiguo de los principios americanos que dice “back to basics”, regresar a lo básico, pero con una buena visión de un futuro y con una claridad en el procedimiento. Dos cosas son de llamar la atención, el que se puede interpretar mal o bien, y que habla de una refundación del estado americano, de crear un nuevo sueño americano con una visión de futuro. Y en segundo lugar, el hecho de aceptar que el mundo está cambiando, a lo que se puede inferir que él en lo personal lo acepta y quiere hacer entender a su pueblo que así es. Por tradición el americano considera que el mundo son ellos y que el mundo vive su misma realidad, si juntamos esas dos cosas, refundación y entender que el mundo está cambiando, puede implicar que ahí es el cambio de fondo que Obama quiere generar.
El discurso merece más análisis bajo esta óptica y tendrá que ser releído y releído, efectivamente hoy no hay frases que pasen a los anales de la historia, como algunos líderes de opinión y analistas buscan desesperadamente, con los hechos, con la transformación de las cosas poco a poco las palabras irán tomando su curso adecuado. Al final del día lo más importante es que fue un discurso dirigido a la conciencia de las personas del mundo, habrá que analizar qué nivel de conciencia tiene cada individuo, su pueblo, sus electores, a quién él se debe, entendió perfectamente el mensaje, los demás poco a poco lo entenderán.
Seguiremos el análisis en próximas colaboraciones.
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