martes, 8 de noviembre de 2011

Imágenes del mundo


Las noticias del mundo están en video y, desafortunadamente, nos muestran una gran saga de violencia como si fuera una masa de alimento dirigida a un gigante de opinión pública que come morbosamente esas imágenes. Desgraciadamente, nuestra sociedad mundial sólo está reaccionando a estas imágenes de violencia.

Y “para muestra, sólo un botón”, dice el refrán. En una rápida visita a las imágenes del mundo de esta última semana, pudimos ver, entre otras, la golpiza que un padre le da a su hija hace nueve años y que la muchacha decide subir a Internet; el padre era un juez en los Estados Unidos y causó el repudio mundial.

En otras imágenes, se pudo ver la persecución, por parte de unos policías, a una avioneta con supuestos delincuentes en donde los guardianes del orden estrellan el vehículo con el ala de la aeronave y terminan deteniendo a los pasajeros; parecía película de acción, pero era la vida real. En otras reseñas visuales más desafortunadas, un camarógrafo de la televisión brasileña se encontraba grabando un enfrentamiento a balazos entre delincuentes y policías y, colocado detrás de ellos, fallece al recibir un balazo en el pecho.

Esto viene al tema porque que las noticias, principalmente, están hechas de imágenes llenas de violencia. Como sociedad, no nos hemos podido liberar de esta tendencia de consumir brutalidad y horror y, lo peor, es que nos basta con las imágenes reales que se ven en las noticias; como ejemplo, podemos decir que en la semana dedicada a los muertos, todos los canales de la televisión solamente exhibían películas de horror, muertos andantes, vampiros y demás aberraciones de violencia en contra de los mismos humanos, como si no fuera suficiente ver las noticias a diario.

Bien dice el dicho que violencia genera violencia; como humanidad, estamos retroalimentando barbarie  mediante todos los medios que están a nuestro alcance, ¿será que esto exacerba los ánimos y por eso no salimos adelante en éste nuestro mundo? Lo malo es que las buenas noticias y las buenas imágenes no contienen sangre o degradación y, por lo tanto, no venden. Nuestro morbo humano, desafortunadamente, sólo come lo malo.

Ojalá empecemos por atender las buenas noticias, para generar entornos un poco más libres de violencia y nuestra conciencia se autogenere del bien, no partiendo de malas imágenes.

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