jueves, 2 de junio de 2011

De plano, no hay remedio

No cabe duda que, en México, los políticos no tienen remedio. Por más que los criticamos, les tratamos de dar pistas (quién sabe si buenas o malas), consejos, recomendaciones y, a veces, hasta recetas mágicas, ellos no entienden y siguen haciendo de las suyas. El gran dilema que habría que descubrir es si lo hacen porque no tienen facultades de raciocinio, de entendimiento o, de plano, lo hacen por deporte o por pura falta de capacidad.

Vea usted: tenemos a los políticos que en su afán de seguir siendo chapulines, brincan de un partido a otro y, cuando lo hacen público, lo hacen con gran bienvenida en los medios y todo lo demás, reflectores que el político siempre está buscando; a la mera hora, nos salió como el cuento que decían en mi pueblo: “que dice mi mamá que siempre no”, “que mejor me quedo donde estaba”. Ahí tenemos el caso de los perredistas que se medio pasaron con el PRI de Eruviel, y uno de ellos se rajó y, tal fue la velocidad de su regreso, que la declaración de la secretaria del PRD lo alcanzó cuando ya estaba regresado y ésta fue fulminante, “siempre han sido priistas” (o algo así quiso decir), cuando lo más curioso es que todos los perredistas en su mayoría siempre han sido priistas; así pues, en este caso, no hay remedio, ni para qué discutir más.

Por otro lado, qué decir del nuevo gobernador de Oaxaca, los maestros le vinieron a recetar el mismo golpe anual de la huelguita de enseñanza caída y que generó sendos desplegados por parte de distinguidos Diputados Estatales, con dudas sobre la actuación del Gobernador. Curiosamente, un día anuncian que se les ofreció más de mil millones de pesos en pagos diversos y, al día siguiente por arte de magia, los maestros muy felices regresan a clases a cobrar una parte de los dineros, porque estoy seguro que no se llevan la mayor parte, ya que de ser así y sumando que cada año les dan una cantidad similar, los alumnos y maestros de Oaxaca deberían de ser como los de Harvard, por comparar simplemente con algo simbólico, ¿no? Estos muchachos tampoco tienen remedio. Ah perdón, pero ahora el conflicto, curiosamente y por pura casualidad, se extendió en Michoacán. ¿Tendrá qué ver con algún asunto electoral?

Y qué decir de la escaramuza de los partidos políticos en contra de los poderes ejecutivos: por un lado, el PAN dice que rompe con el gobierno de Aguascalientes, qué bueno, le puede decir a todos sus funcionarios que renuncien y se vayan ¿no?, o que sólo es de mentis, como cuando jugábamos en la calle de niños; o el otro caso, del PRI que desconoce al Secretario de Trabajo y caen en el juego infantil, también, de córtalas, córtalas, ¿hasta que me des mi juguete y ahí muera?, otros que tampoco tienen remedio.

Y entramos a la peor época, la electoral, en donde todos quieren jugar, todos son aspirantes, mandan a sus equipos a conseguir notas periodísticas, a crearles oportunidades de visibilidad, están en todas las encuestas, pero, eso sí, cuando les preguntan si quieren ser candidatos, contestan muy serios que lo van a pensar y que por el momento están trabajando en la posición que el Presidente les encomendó, a pesar de que públicamente sí están en el candelero de la sucesión. Otros que provienen de las gubernaturas de los estados, igual dicen que sí pero no, y que no, pero sí. Estos, de plano, ya ni qué decir, no les creemos ni el bendito, diría la otra frase popular.
Ante este tipo de situaciones, ¿dónde quedamos los ciudadanos de a píe?, los humildes votantes, que no vemos que exista una pizca de congruencia en nuestros políticos, entre los que dicen no pero hacen todo para querer, entre los que dicen que sí, pero no nos dicen cuándo, entre los que brincan y brincan, y amenazan en su afán de seguir llenando el zócalo, como si no supiéramos que es por puro acarreo y que el costo de esas manifestaciones lo terminan pagando de fondos oscuros de algún negocio de corrupción, y los que nos dicen que ya no somos un país pobre, sino que ahora somos medianamente ricos, realmente los pobres mexicanos estamos fritos.

Nuestros políticos están poniendo las cosas donde siempre, (y después de analizar estas declaraciones y actuaciones, no pueden salir con que es porque así es la tradición del PRI, el PAN lleva diez años de alternancia y no ha sido capaz de cambiar las cosas, ni de crear una nueva actuación, porque no acaban de entender que es un partido de oposición en el poder), están enlistando a la población para que vote por el menos pior, ya que no hay nada medianamente bueno.

Por tal motivo, mejor ni se quejen, ni ellos ni nosotros, ya que unos hacen y otros dejamos que hagan: tal pa´ cuál. Al parecer, de plano, no hay remedio para los políticos en México.

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