Existe un terrible debate en México sobre si el Estado es fallido o no, y los ciudadanos no acabamos de entender qué es lo que está pasando. En el intento de entender a qué se refieren y buscar qué es lo que realmente está fallando, habría que revisar a los clásicos.
Primero: Aristóteles define al Estado como una relación de dominación de hombres sobre hombres, bajo esta óptica, ¿quién falla en México, el Estado o los hombres? En segundo lugar, Max Weber, en su libro La política como vocación, menciona: “El Estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.
Si el Estado es el monopolio de la violencia y está aplicándo en contra de los enemigos del sistema, al parecer aún tiene el control, está en guerra contra otros. La pregunta que no nos hemos hecho es, ¿de dónde sale el grupo que está detentando el segundo lugar de la violencia?, es sólo delincuencia organizada o es un grupo de presión o de poder. Hoy la pregunta que flota en el aire es ¿sí tiene nexos con grupos políticos? Bajo ésta óptica, la interrogante obvia es ¿quién está fallando: el Estado, el aparato gubernamental? Es muy curioso ver cómo todos los actores políticos que son autoridad y parte del gobierno, hablan o quieren impulsar la teoría del Estado fallido. Finalmente ya lo dijo Peña Nieto, no hay Estado fallido, si así lo declaran los políticos, entonces la pregunta sería ¿qué quieren gobernar, si para ellos no hay Estado?
Ahora bien, si hacemos el análisis desde el punto de vista de la democracia, tomando en cuenta que los partidos políticos son los que representan los intereses del pueblo, la pregunta es ¿es cierto esto?, ¿se siente usted representado por los partidos?, ¿le hacen caso a usted?; y entonces, qué es lo que vemos de nuestro Estado democrático: los partidos están alejados del pueblo, los candidatos están también alejados de las propias reglas de sus partidos, las rompen, las usan a su favor. Por su parte, los legisladores alejados de sus principios y de las necesidades del pueblo. Hoy estamos viendo que las cámaras y nuestro sistema de partidos, son la gran Torre de Babel, en donde todos hablan diferentes lenguajes y nadie se entiende.
Para acabar de complicar el asunto, a punto de iniciar un proceso electoral, nos damos cuenta de que las instituciones electorales están copadas por la autoridades y los partidos, sólo ellos pueden decidir qué se hace y qué se define en el proceso electoral, no hay forma de que los ciudadanos participen en el diseño de éste, se desciudadanizó el proceso. ¿Qué está fallando, las instituciones, los partidos?
A su vez, los mismos partidos y sus militantes hoy nos muestran una faceta terrible, no acatan sus leyes, ejemplos sobran, las tribus del PRD revientan sus propios procesos internos, se atacan, se persiguen, ejercen coerción entre ellas. El PAN hace lo suyo en las elecciones internas de la ciudad, y el PRI ni se diga, siguen las aplanadoras en diferentes estados. Además, claman ante la tumba del último de sus líderes asesinados que ellos si saben gobernar, que hoy hay un Estado fallido y que nadie más que ellos sabe gobernar, olvidándose totalmente de que en la memoria de Colosio, más que nunca, hubo duda de un Estado fallido y que ellos eran los que gobernaban. ¿Qué está fallando, los partidos, las reglas, la democracia en México?
Y, finalmente, vemos a los hombres, a los políticos que usan a los partidos a sus anchas, que al parecer quieren demostrar también que el régimen democrático que tenemos no funciona o es fallido, porque desde una tribuna, López Obrador, que milita en un partido, apoya a otro en un estado y a otro diferente en el norte; al parecer sólo quiere demostrar que puede hacer lo que se le da la gana y nadie lo sanciona. Habla en anuncios, con tiempos oficiales de un partido y hace demostraciones públicas para apoyar a otros. ¿Quién está fallando, los hombres, las reglas, las instituciones, el país?
La regla de los tiranos es fundamentalmente provocar a los opositores para que, uno, no se fíen unos de otros; dos, para que no tengan fuerza, y tres, para que sean humildes. Y sigue sin respuesta la pregunta ¿qué está fallando en México? ¿Pues, al parecer es según a quién le pregunte? ¿Usted qué opina?
Primero: Aristóteles define al Estado como una relación de dominación de hombres sobre hombres, bajo esta óptica, ¿quién falla en México, el Estado o los hombres? En segundo lugar, Max Weber, en su libro La política como vocación, menciona: “El Estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.
Si el Estado es el monopolio de la violencia y está aplicándo en contra de los enemigos del sistema, al parecer aún tiene el control, está en guerra contra otros. La pregunta que no nos hemos hecho es, ¿de dónde sale el grupo que está detentando el segundo lugar de la violencia?, es sólo delincuencia organizada o es un grupo de presión o de poder. Hoy la pregunta que flota en el aire es ¿sí tiene nexos con grupos políticos? Bajo ésta óptica, la interrogante obvia es ¿quién está fallando: el Estado, el aparato gubernamental? Es muy curioso ver cómo todos los actores políticos que son autoridad y parte del gobierno, hablan o quieren impulsar la teoría del Estado fallido. Finalmente ya lo dijo Peña Nieto, no hay Estado fallido, si así lo declaran los políticos, entonces la pregunta sería ¿qué quieren gobernar, si para ellos no hay Estado?
Ahora bien, si hacemos el análisis desde el punto de vista de la democracia, tomando en cuenta que los partidos políticos son los que representan los intereses del pueblo, la pregunta es ¿es cierto esto?, ¿se siente usted representado por los partidos?, ¿le hacen caso a usted?; y entonces, qué es lo que vemos de nuestro Estado democrático: los partidos están alejados del pueblo, los candidatos están también alejados de las propias reglas de sus partidos, las rompen, las usan a su favor. Por su parte, los legisladores alejados de sus principios y de las necesidades del pueblo. Hoy estamos viendo que las cámaras y nuestro sistema de partidos, son la gran Torre de Babel, en donde todos hablan diferentes lenguajes y nadie se entiende.
Para acabar de complicar el asunto, a punto de iniciar un proceso electoral, nos damos cuenta de que las instituciones electorales están copadas por la autoridades y los partidos, sólo ellos pueden decidir qué se hace y qué se define en el proceso electoral, no hay forma de que los ciudadanos participen en el diseño de éste, se desciudadanizó el proceso. ¿Qué está fallando, las instituciones, los partidos?
A su vez, los mismos partidos y sus militantes hoy nos muestran una faceta terrible, no acatan sus leyes, ejemplos sobran, las tribus del PRD revientan sus propios procesos internos, se atacan, se persiguen, ejercen coerción entre ellas. El PAN hace lo suyo en las elecciones internas de la ciudad, y el PRI ni se diga, siguen las aplanadoras en diferentes estados. Además, claman ante la tumba del último de sus líderes asesinados que ellos si saben gobernar, que hoy hay un Estado fallido y que nadie más que ellos sabe gobernar, olvidándose totalmente de que en la memoria de Colosio, más que nunca, hubo duda de un Estado fallido y que ellos eran los que gobernaban. ¿Qué está fallando, los partidos, las reglas, la democracia en México?
Y, finalmente, vemos a los hombres, a los políticos que usan a los partidos a sus anchas, que al parecer quieren demostrar también que el régimen democrático que tenemos no funciona o es fallido, porque desde una tribuna, López Obrador, que milita en un partido, apoya a otro en un estado y a otro diferente en el norte; al parecer sólo quiere demostrar que puede hacer lo que se le da la gana y nadie lo sanciona. Habla en anuncios, con tiempos oficiales de un partido y hace demostraciones públicas para apoyar a otros. ¿Quién está fallando, los hombres, las reglas, las instituciones, el país?
La regla de los tiranos es fundamentalmente provocar a los opositores para que, uno, no se fíen unos de otros; dos, para que no tengan fuerza, y tres, para que sean humildes. Y sigue sin respuesta la pregunta ¿qué está fallando en México? ¿Pues, al parecer es según a quién le pregunte? ¿Usted qué opina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario