Grandes retos hacia los segundos 100 días:
política internacional, lucha anticorrupción, elecciones locales,
instrumentación de las reformas estructurales, maestros disidentes y
delincuencia organizada y seguridad.
La Semana Santa se volvió una aduana natural entre los primeros
cien días de la administración de Peña
Nieto; hicieron un corte de caja, revisaron los avances y, al parecer,
tienen buenos resultados en lo político, en percepción en el extranjero y en
lucha contra la corrupción, pero obtienen un mal balance en cuestión de
seguridad. Lo han dicho, pero, cuando hay altas expectativas, la población y
los medios se desesperan. Los siguientes días, para llegar a los 200, tendrán
otra aduana natural, que será el proceso electoral de este año. Y la pregunta
obligada es: ¿qué sigue?
La agenda presenta varios retos importantes para la vida del país.
Primero, en el ámbito internacional, el presidente
va a China y Japón y, con todas las visitas que ha hecho a diferentes países, el
Presidente Obama viene a México en visita diplomática. ¿Será que
no le ha gustado a Estados Unidos
que México esté en boca de todos
rehaciendo su imagen internacional y sin haber tendido puentes con el principal
socio comercial? Ya veremos al regreso de los viajes y la visita qué se puede
negociar, hay muchos temas pendientes y el asunto de los migrantes parecería
que se puede concretar finalmente, pero, también, armas, narcotráfico y
comercio. El timing de Obama en su
visita no puede ser más ad hoc, las reformas que vienen también son importantes
en la vida económica de los estadounidenses, además de que con el asunto de Venezuela no saben qué pueda pasar con
el riesgo de complicar el asunto de la reserva estratégica de petróleo. Queda
pendiente, también, nombramientos del cuerpo diplomático y el establecimiento
de la línea estratégica del sexenio en política exterior.
En segundo lugar, es muy seguro que la lucha anti corrupción tome
un curso importante. Hemos visto en los últimos días un incremento de noticias
sobre fraudes cometidos en distintos estados y por distintos funcionarios de
todos los partidos; está pendiente el asunto de la corrupción en Tabasco, pero hay pendientes en Morelos y Chiapas, entre otros, y, al parecer, al término de las
administraciones de los munícipes puede haber una escalada para que no se
repita la fórmula, incremento de deuda y fraudes. ¿Será que también se continúe
persiguiendo a otro tipo de políticos para cubrir las afrentas e injusticias
sociales del sexenio pasado o a otros líderes sindicales? Todo será cuestión de
ver cómo siguen las negociaciones de las reformas.
En tercer lugar, el reto que tienen enfrente los partidos es muy
complejo: el PRI, a pesar de sus
divisiones internas, está sólido y no se va arriesgar a nada de frente al
proceso electoral. En cambio, el PAN
y el PRD están totalmente divididos.
El PAN carga la mala imagen de las
elecciones pasadas y no ha podido consolidarse, por lo que pareciera no poder
remontar en esta elección; el pleito entre los Maderistas y los Calderonistas
tiene al partido de cabeza. Por su parte, el PRD, tiene el mismo problema, pero con tres frentes abiertos: uno,
la lucha de Marcelo por llegar a ser
presidente, en segundo lugar, el hueco que les crea Morena, aunque aún no esté conformado como partido y, el tercer
frente, es la incertidumbre de las huestes de la Ciudad de México, con Mancera,
que pareciera que se mantiene fuera de la política del partido. Lo más difícil para estos partidos es
controlar un circo de tres pistas, el Pacto, los procesos legislativos y las
elecciones, en conjunto con la
reestructura interna. Otro partido que
tiene frente a sí una situación muy compleja es el PANAL, sobre todo frente a elecciones tan locales. Con todo lo que
está pasando con los maestros, ¿podrá mantener el control y la hegemonía del
gremio dentro del partido o, por fin, saltará a crear una base ciudadana real a
la cual, por la estructura del sindicato, nunca pensó necesitar? Será muy
interesante el saldo electoral para los partidos, a pesar de ser una elección
de presidentes municipales, en su mayoría.
En cuestión de las reformas estructurales, mucho dependerá de cómo
se libere la reforma en telecomunicaciones para que se defina lo que sigue: si
va la reforma energética y la fiscal o solamente se trabajarían las
legislaciones de las leyes secundarias, mientras que lo demás vendría
formalmente después de julio.
Los asuntos más complejos que el país podría enfrentar son las
quejas de los maestros disidentes, que siguen retando a los gobiernos locales y
al federal con el tema de la evaluación educativa. Este asunto puede conectarse
con la guerrilla en los tres estados donde está basada la coordinadora, Oaxaca, Guerrero y Michoacán,
donde, además, el fenómeno de la delincuencia organizada es un factor de
seguridad nacional. Todo esto, en su conjunto, también puede complicar, de
alguna u otra manera, las elecciones. En el caso de Michoacán, habrá que ver si por la salud del actual gobernador
tendría que haber un interinato.
Y, finalmente, la sociedad empieza a exigir resultados en cuestiones
de seguridad, comienza a haber demanda de soluciones y de que baje la violencia
en las calles.
Grandes retos para llegar a los 200 días.
Consultor
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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