Tras
la muerte de Chávez, Estados Unidos tiene el gran reto de que Venezuela entre
en un proceso de calma y de gobernabilidad para partir de ahí y poder
tranquilizar la región.
La
muerte del Presidente de Venezuela
empieza ya a mostrar sus grandes efectos. Queramos o no, Chávez se convirtió en un líder mundial por dos simples razones,
fue un hábil comunicador y un muy inteligente líder con una gran fortaleza: el
petróleo. No se nos debe olvidar que Venezuela
ha jugado siempre en el concierto internacional por el peso la fortaleza de su
hidrocarburo; en otros momentos, ese país jugo un fuerte papel ante la OPEP.
Esta
fuerza del subsuelo le dio a Chávez
la capacidad de maniobra para convertirse en un eje en la región latinoamericana, pero también para
relacionarse con todos los países principales en el mundo de la energía, tuvo
acercamientos con Rusia, Irán e Irak y no podemos negar que, a pesar de gritos y sombrerazos, el
petróleo venezolano sigue siendo la base de la reserva estratégica de Estados Unidos.
Pero
ante las nuevas circunstancias, debemos de entender que Maduro no es Chávez y
nadie, a ciencia cierta, sabe en esta nueva etapa del sistema político quién
está detrás de Maduro y qué tipo de
filosofía lo respalda. Tal vez por eso es posible que detrás del no
reconocimiento de Estados Unidos a Maduro, esté de por medio una gran
negociación, digamos en tres frentes: el primero, el aseguramiento del
suministro de petróleo; el segundo dependerá de si Maduro va a tener la capacidad de controlar y ser interlocutor para
la región latinoamericana,
incluyendo Cuba, ya que, en los
últimos tiempos, hasta se habían disminuido las tensiones entre los americanos
y la Isla, siempre y cuando pueda controlar internamente a las fuerzas
opositoras dentro del país; y el tercer frente es la definición que deberá
hacer Maduro de su perfil
internacional y el tipo de interlocución que pudiera ser capaz de tener con los
diferentes países de otros continentes con los que Chávez tenía diferentes acuerdos geopolíticos.
Ser
presidente de Venezuela no es
solamente manejar un país con mucho petróleo, hoy significa el controlar una
situación democrática muy compleja. Es manejar una maquinaria que produce el
recurso energético cada vez más escaso en el mundo, estratégico para el futuro
de la humanidad y elemental para la ambigua relación con Estados Unidos. ¿Podrá Maduro
y el equipo de trabajo controlar eso sin la mano de Chávez? El asunto no es solamente el poder comunicar de manera
demagógica durante horas, en el fondo es el tener una visión y la inteligencia
para manejar una compleja red de intereses de escala regional y mundial. Estados Unidos tiene el gran reto de
que Venezuela entre en un proceso de
calma y de gobernabilidad para partir de ahí y poder tranquilizar la región y,
entonces, poder medir qué alcances podrá tener el nuevo Presidente en el
contexto internacional. Es de llamar la atención el silencio que ha mantenido Cuba ante toda esta situación del
heredero de Chávez.
Esta
situación ofrece a México un posible
escenario en donde puede retomar el liderazgo en la región y en el mundo. ¿Será
ese uno de los motivos de la visita de Obama
a México?, ¿necesita EEUU un interlocutor confiable en la
región, mientras Venezuela retoma su
camino y se acomodan los poderes internos? Ya iremos descubriendo cómo se
plantea la agenda estratégica para la reunión de Peña-Obama en mayo.
Por
lo pronto, en la visita del Secretario Chong
a Estados Unidos ya se firmó, sin
tanto bombo y platillo, una segunda parte de la iniciativa Mérida para la lucha en contra de la delincuencia organizada, un
tema que después de los recursos petroleros, es el más importante, ya que Venezuela se convirtió en eje de salida
de la droga para todo el mundo.
En
esta semana inicia la reunión latinoamericana
del Foro Económico Mundial (WEF) en
la ciudad de Lima, capital de uno de
los polos de desarrollo en la región, Perú,
y que también ayudará a determinar la agenda de la región. Esperaremos noticias
para ver cómo se define la agenda regional.
Consultor y Analista
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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