Definitivamente, Maduro no cuenta con ninguna
de las capacidades que Chávez sí tenía, por lo que empezará una presidencia con
el pie izquierdo y con el riesgo de ir acelerando su caída de manera muy
rápida.
Venezuela vio
morir a su dictador y, después de la organización de una rápida elección, tiene
un nuevo Presidente, Nicolás Maduro,
que hereda un país que, en su momento, fue muy bien controlado por un sistema político
basado en la dádiva social y en una comunicación muy bien estructurada por su
líder. Pero Maduro no tiene las
capacidades de Chávez y pareciera
que el país se le empieza a ir de las manos, el sistema de control internamente
ha empezado a tener sus fracturas.
Revisando las noticias y los videos de la situación que hoy se
vive en Venezuela, se ve un pueblo
dividido y polarizado en una casi exacta proporción del cincuenta por ciento,
con un diferencial del 1.7%, pero, como dicen algunos medios venezolanos, Capriles ganó perdiendo y Maduro perdió ganando. Hoy, las
revueltas desbocadas en la calle son tratadas de controlar por ambos bandos;
técnicamente, a ninguno le conviene que existan enfrentamientos sociales, ya
hubo muertos, heridos y arrestados, y a la hora de finalizar esta colaboración,
Capriles había exhortado a sus
seguidores a evitar la violencia y canceló la gran marcha al centro de Caracas, programada para el día
miércoles.
Definitivamente, Maduro
no cuenta con ninguna de las capacidades que Chávez sí tenía, parece un mal remedo del fallecido líder; oyéndolo
hablar inferimos que quiere articular de la misma manera que su antecesor y
maestro, largos mensajes con arengas políticas que, sin embargo, suenan huecas,
llenas de generalidades y lugares comunes, se nota que la gente a su alrededor
no se prende y, sobre todo, no hipnotiza como lo hizo Chávez en su momento.
Por parte de las demás autoridades que están interactuando en el
conflicto postelectoral, también se ve que quieren seguir el mismo ejemplo de
comunicación larga; las conferencias de prensa son unos extensos monólogos de
los funcionarios, quienes arrojan argumentos sin ton ni son y sin contundencia.
El caso es grave porque el nuevo gobierno no está mostrando cohesión y,
finalmente, perdieron alrededor de un millón de votos entre las dos últimas
elecciones y si Maduro llega a
cumplir las amenazas de aplastar la supuesta rebelión, golpe de estado en la
que esta enmarcando las protestas callejeras, lo único que va a lograr es ir
perdiendo poco a poco la poca confianza que le queda y empezará una presidencia
con el pie izquierdo e irá acelerando su caída de manera muy rápida.
Preguntando a una amiga Venezolana
qué opinaba de la situación antes de las elecciones, me decía que ella consideraba
que Capriles no iba a ganar y me explicaba dos argumentos, el primero de ellos
era que el candidato de la oposición no tenia malicia y que, ante todo un
aparato de gobierno con todos los hilos del poder coptados, sería difícil que
ganara solamente con el empuje de la gente y, el segundo factor era, que muchos
electores que votaban por Chávez son
aquellas personas que viven del gobierno y de sus sistemas de apoyos
económicos, por lo que esa gente no iba a renunciar a la dádiva política del
sistema. Y no sólo eso, además se desarrolló un sistema ideológico para que la
gente se creyera la historia del comunismo y todos sus beneficios. Mi amiga calculaba
que el verdadero cambio se podría dar en cinco o siete años. El análisis me
hizo entender la verdadera situación de su país y las opciones a corto plazo.
Ahora, con la situación que se está generando después de las
elecciones, podemos ver cómo este escenario puede realmente estar al borde del
quiebre por la falta de capacidad de los dirigentes y las fracturas en el
sistema. Normalmente, después de un liderazgo tan fuerte y de tanto control
como lo ejerció Chávez, puede ser
muy lógico que las fuerzas internas vayan teniendo fisuras a causa de los egos
y ambiciones políticas generadas por el antiguo régimen, aunque sigan las
mismas personas, el sistema no es el mismo. Ahora bien, estas fisuras también
van a tener impactos en el control de la economía y si la situación empeora, el
gobierno puede empezar a cortar apoyos sociales, lo que generaría más
desencanto hacia Maduro y su
gobierno.
Esta situación pone en jaque al país, pero también pone en
situación crítica a la región de Latinoamérica,
porque el eje que se había alineado al petróleo venezolano y que conjunta
principalmente a Cuba, Argentina, Bolivia y Ecuador, se va
a ver afectado y puede generar un efecto dominó en estos países. Esperemos ver
más acontecimientos que, seguro, empeorarán la situación política venezolana.
Consultor
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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