jueves, 26 de marzo de 2009

¿Qué está Fallando en México?

Existe un terrible debate en México sobre si el Estado es fallido o no, y los ciudadanos no acabamos de entender qué es lo que está pasando. En el intento de entender a qué se refieren y buscar qué es lo que realmente está fallando, habría que revisar a los clásicos.

Primero: Aristóteles define al Estado como una relación de dominación de hombres sobre hombres, bajo esta óptica, ¿quién falla en México, el Estado o los hombres? En segundo lugar, Max Weber, en su libro La política como vocación, menciona: “El Estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.

Si el Estado es el monopolio de la violencia y está aplicándo en contra de los enemigos del sistema, al parecer aún tiene el control, está en guerra contra otros. La pregunta que no nos hemos hecho es, ¿de dónde sale el grupo que está detentando el segundo lugar de la violencia?, es sólo delincuencia organizada o es un grupo de presión o de poder. Hoy la pregunta que flota en el aire es ¿sí tiene nexos con grupos políticos? Bajo ésta óptica, la interrogante obvia es ¿quién está fallando: el Estado, el aparato gubernamental? Es muy curioso ver cómo todos los actores políticos que son autoridad y parte del gobierno, hablan o quieren impulsar la teoría del Estado fallido. Finalmente ya lo dijo Peña Nieto, no hay Estado fallido, si así lo declaran los políticos, entonces la pregunta sería ¿qué quieren gobernar, si para ellos no hay Estado?

Ahora bien, si hacemos el análisis desde el punto de vista de la democracia, tomando en cuenta que los partidos políticos son los que representan los intereses del pueblo, la pregunta es ¿es cierto esto?, ¿se siente usted representado por los partidos?, ¿le hacen caso a usted?; y entonces, qué es lo que vemos de nuestro Estado democrático: los partidos están alejados del pueblo, los candidatos están también alejados de las propias reglas de sus partidos, las rompen, las usan a su favor. Por su parte, los legisladores alejados de sus principios y de las necesidades del pueblo. Hoy estamos viendo que las cámaras y nuestro sistema de partidos, son la gran Torre de Babel, en donde todos hablan diferentes lenguajes y nadie se entiende.

Para acabar de complicar el asunto, a punto de iniciar un proceso electoral, nos damos cuenta de que las instituciones electorales están copadas por la autoridades y los partidos, sólo ellos pueden decidir qué se hace y qué se define en el proceso electoral, no hay forma de que los ciudadanos participen en el diseño de éste, se desciudadanizó el proceso. ¿Qué está fallando, las instituciones, los partidos?

A su vez, los mismos partidos y sus militantes hoy nos muestran una faceta terrible, no acatan sus leyes, ejemplos sobran, las tribus del PRD revientan sus propios procesos internos, se atacan, se persiguen, ejercen coerción entre ellas. El PAN hace lo suyo en las elecciones internas de la ciudad, y el PRI ni se diga, siguen las aplanadoras en diferentes estados. Además, claman ante la tumba del último de sus líderes asesinados que ellos si saben gobernar, que hoy hay un Estado fallido y que nadie más que ellos sabe gobernar, olvidándose totalmente de que en la memoria de Colosio, más que nunca, hubo duda de un Estado fallido y que ellos eran los que gobernaban. ¿Qué está fallando, los partidos, las reglas, la democracia en México?

Y, finalmente, vemos a los hombres, a los políticos que usan a los partidos a sus anchas, que al parecer quieren demostrar también que el régimen democrático que tenemos no funciona o es fallido, porque desde una tribuna, López Obrador, que milita en un partido, apoya a otro en un estado y a otro diferente en el norte; al parecer sólo quiere demostrar que puede hacer lo que se le da la gana y nadie lo sanciona. Habla en anuncios, con tiempos oficiales de un partido y hace demostraciones públicas para apoyar a otros. ¿Quién está fallando, los hombres, las reglas, las instituciones, el país?

La regla de los tiranos es fundamentalmente provocar a los opositores para que, uno, no se fíen unos de otros; dos, para que no tengan fuerza, y tres, para que sean humildes. Y sigue sin respuesta la pregunta ¿qué está fallando en México? ¿Pues, al parecer es según a quién le pregunte? ¿Usted qué opina?

jueves, 19 de marzo de 2009

La investigación en el campo de las Relaciones Públicas

Las relaciones públicas a nivel mundial, han tenido un gran desarrollo durante los últimos veinticinco años. Una profesión que fuera predominante en Estados Unidos y en los principales países del continente europeo, hoy se encuentra en franco desempeño en todo el mundo. Según los últimos estudios, su entendimiento como una profesión necesaria y de gran utilidad para los procesos de negocio y democratizadores son ya un estándar también en América Latina, Asia, África y en la mayoría de países del antiguo bloque de Europa del oeste. Hoy por ejemplo en Rusia, Turquía, Rumania, Eslovenia, Corea, Zimbawe, Australia, Islandia y muchos países más en todo el mundo, cuentan con profesionales trabajando como consultores para empresas, gobiernos y organizaciones civiles. Al mismo tiempo, se tienen universidades que ya ofrecen planes de estudios básicos, así como especialización y posgrados.

Por tal motivo, la práctica de la profesión de las relaciones públicas ya está generando a nivel mundial su propio estándar. Hoy en día existen varias organizaciones de carácter mundial con la visión de apoyar al desarrollo y estandarización de la práctica profesional.

El “Institute for Public Relations” IPR, (Instituto para las Relaciones Públicas), es una organización sin fines de lucro, basada en los Estados Unidos y de carácter global, que tiene la misión de unir el desarrollo de la practica con el diseño académico a través del apoyo e incentivar la investigación científica en el campo de las relaciones públicas en todo el mundo, para con esto poder encausar esta investigación al campo educativo.

Fundada en 1965, ha logrado que a través de los años, practicantes, profesores y estudiantes, vía proyectos de investigación compartan experiencias y generen una sólida academia que se ha visto reflejada en una gran cantidad de libros especializados, white papers y ensayos, que hoy son la base educativa y de consulta de los profesionales en todo el mundo.

En el año de 2005, con el fin de ampliar el campo de la investigación mundial, fue creada la Comisión Global de Investigación, con la finalidad de crear, generar y difundir nuevas investigaciones de la práctica global de las relaciones públicas a través de todas las regiones, países y culturas. La Comisión examinará la práctica global en términos de sus contribuciones a los negocios y la administración, así como a las relaciones internacionales.

En esta comisión por primera vez esta incluido México, como país representante del continente Americano, y tuve el honor de asistir hace unos días a la reunión anual, que tuvo como sede la ciudad de Miami. Durante dos días se presentaron investigaciones elaboradas por practicantes, estudiantes y maestros de diferentes países del mundo y de sus más grandes universidades. Como ejemplos de las investigaciones realizadas se presentaron trabajos sobre las diferencias de la profesión entre estudiantes y practicantes de Rusia y Estados Unidos, también investigaciones sobre las diferencias en la práctica y conceptos de la profesión entre Rumania y Francia. Asimismo se presentaron trabajos, sobre mediciones de los resultados de los programas de RP; estudios sobre los impactos de las redes sociales, trabajos sobre la mejor forma de retención de los profesionales y un sinnúmero más de trabajos de investigación. Toda esta información se puede encontrar en la página web:
www.instituteforpr.org .

Hoy a México se le abre un gran camino para poder llevar a cabo investigación sobre esta materia, en nuestro mercado y con esto construir un puente de enseñanza y aprendizaje entre la práctica y la academia. Con mucho gusto pude reconfirmar, después de las reuniones con profesionales y académicos de varios países, algo que desde hace algún tiempo estoy plenamente convencido, la práctica de las relaciones públicas en México hoy en día está, sin duda alguna, al nivel de cualquier otro país desarrollado en el mundo.

Es importante mencionar que ante la situación de crisis mundial que vivimos, en donde por la incertidumbre económica, los caminos de las negociaciones entre la sociedad, las autoridades y las empresas, se pueden entorpecer ante las presiones del entorno, la única profesión que puede ayudar a encontrar los caminos de negociación, la comunicación adecuada así como la construcción de consensos sociales, inclusive para la política, es la de las relaciones públicas, apoyemos la investigación en la materia para mejorar nuestro desarrollo.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿Hacia dónde va nuestra democracia?

México busca desesperadamente ser una democracia moderna. Eso se dice, se piensa y, según nuestros políticos, se trata de todas las maneras y supuestamente todos los días, pero haciendo un análisis más estricto de lo que está resultando de la guerra política que vivimos en el país, más nos parecemos una timocracia.

Gerardo Laveaga, en su extraordinario libro Hombres de Gobierno, hace referencia que timocracia viene de las palabras griegas “timé”, que significa “honor”, y “kratia”, que significa “gobierno”, y escribe al respecto: “de acuerdo con Platón una de las formas de dominación menos deseables para cualquier pueblo es la que se basa en el ansia de ser reconocido: la timocracia.

Quienes aspiran a ocupar altos cargos políticos, no para conciliar, negociar o llegar a acuerdos que beneficien al mayor número de persona, sino para ser recibidos con salvas, aparecer en fotografías inaugurando obras públicas o ser saludados como: “señor diputado” o “señor gobernador”, éstos son los timócratas.

“Aunque pródigos de las riquezas ajenas”, escribió el filósofo en la “República”, “disfrutan los placeres en secreto, escapando de la ley como niños de sus padres… Pero lo más manifiesto es su deseo por ser venerados”.

En la filosofía política griega, timocracia significa una forma de gobernar en que los que participan en el gobierno son ciudadanos que poseen un determinado tipo de capital o con cierto tipo de propiedades; en la antigua Grecia, posterior a Esparta que fue la timocracia por naturaleza, Solón, introduce el concepto de que los ciudadanos de cierta posición social o económica, eran los únicos con el derecho a tener un papel en la política.

En México, como resultado de los 70 años del PRI y después de los nueve años del PAN en el gobierno, tenemos una clase política y una burocracia que asemeja a los ciudadanos griegos y posteriormente a las clases políticas romanas, convertidos en una clase de aristocracia política con una serie de privilegios y que buscaron perpetuarse en esa burocracia “demócrata”, con el sólo fin de no estar fuera del presupuesto y de ser reconocidos.

Nuestro país se encuentra sumergido en una guerra de grupos políticos y ante una contienda electoral que solamente busca seguir perpetuando a esta clase política, que ha llegado al extremo de la cancelación de cualquier tipo de ideología personal, al brincar de un partido a otro con el sólo fin de seguir perpetrados en los puestos políticos, para la búsqueda de riqueza y reconocimiento.

Además, con los pleitos internos dentro de cada grupo político, la búsqueda de posiciones para manejar recursos, la corrupción, la inamovilidad política para hacer quedar mal al partido en el poder, el subejercicio del presupuesto, la maraña legal creada por la reformitis legsilativa, la infiltración del narco en la política y el gobierno, como la inseguridad en las calles, hoy la democracia mexicana navega en un pantano, estancada sin rumbo alguno.

Aunado a esto, los efectos del proceso electoral, hacen que en los tres niveles de gobierno, se tenga abandonado el ejercicio de éste, para solamente buscar el siguiente escalón político, en los municipios y en los congresos. Este es el año de inmovilización, ya no se hace nada, sólo se busca una nueva posición y se abandona el ejercicio de gobierno.

Esta situación hace que nuestro sistema político, ahora más que nunca, esté convirtiendo a los partidos políticos en ejércitos de guerreros al acecho de lograr acciones para que les sean reconocidos sus actos heroicos, y permita a sus dirigentes a jugar a la política, mas no a gobernar, ya que en el fondo no están tratando de lograr nada, más que sus negocios personales y para saciar sus honores políticos.

Laveaga refiere en su libro que el barón de Stein, ministro de Economía en la antigua Prusia, y enemigo de la timocracia, escribió al respecto:
“Si la aristocracia quiere conservar en el Estado la situación directiva que pretende, tendrá que apegarse cada vez menos a sus vanidades estériles, a sus perros, caballos y pipas, y cada vez más a la cultura, demostrando un interés activo en aquellas cosas de verdadero valor e importancia.”

¿Qué vanidades estériles deberán de dejar atrás nuestros políticos?
Veo a nuestro México sin rumbo, inmerso en una lucha estéril de poder por el poder mismo; no encuentro políticos con visión y los veo sin interés de trabajar por el país, de negociar, de llegar a acuerdos, de conciliar intereses o de buscar mayorías para causas que nos saquen adelante.

Aun con esto no debemos cejar, como ciudadanos, en dos cosas elementales que tenemos para cambiar las cosas: uno, analizar a fondo quiénes serán los próximos candidatos electorales, y dos, ejercer nuestro voto.

Que me disculpen algunos intelectuales que empiezan a decir que el voto no sirve. En mi opinión es lo único que en este panorama político sirve al ciudadano. Cuando no sirve, es cuando no se ejerce y dejaremos entonces crecer la timocracia.