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jueves, 16 de mayo de 2013

Maestros


Ayer celebramos el día del maestro sin la maestra Gordillo; primera vez en muchos años y el anuncio, hace algunos días, fue que la negociación con el Sindicato fue tersa y sin problemas. Ahora, el problema de los maestros lo representan los maestros no organizados, que son este grupo de educadores congregados en la CNTE y que, desafortunadamente, representan lo más atrasado y retrógrado de nuestro sistema político-educativo.

Y digo no organizados porque, por más que he buscado, la CNTE no tiene una figura legal, no tiene página web oficial, se manejan como una organización de masas disidentes, son secciones del SNTE en estados como Oaxaca, Guerrero y Michoacán que rompieron con el Sindicato y, hasta ahora, se han movido como un grupo de presión que con base en paros, manifestaciones y mucha violencia, han conseguido recursos, plazas y un poder en el medio educativo local. Los gobiernos de esos estados los han usado como ariete político en algunos casos y ellos mismos han vivido de este corrupto sistema durante los últimos 20 años.

El costo para la sociedad de este grupo ha sido doblemente alto, primero, por el desvío de recursos. ¿Sabe usted cuánto cuesta la movilización de cientos o miles de pseudo profesores y sus familias a manifestaciones en el DF, más el gasto de manutención y, por obviedad, un dinerito extra, más su sueldo pagado? Y, segundo, por el hecho de que cobran sin ejercer su profesión, no asisten al salón de clases y sus alumnos son los más retrasados del sistema educativo nacional. Y un tercer factor que, se me ocurre al estar escribiendo este artículo, es algo que se nos puede olvidar: si estos señores son maestros y algún día regresan a dar clases, ¿qué es lo que estos señores están enseñando a los alumnos? ¿No estamos perpetuando el ejemplo de esta pseudo disidencia y esta mentalidad?

Ahora, ante la recuperación de la rectoría de la educación por parte del estado y las nuevas reglas para la evaluación, este pequeño grupo se vuelve a mover a través de la violencia y la amenaza callejera para negociar sus condiciones, pasando por encima  de gobernadores, poderes legislativos locales y, en su momento, hasta al Secretario Emilio Chuayffet, para irse a negociar directamente con Gobernación y, ahora, hasta con los Presidentes de Partidos políticos sentados en el Pacto por México.

Si realmente queremos tomar la rectoría de la educación, es necesario poner un alto a este tipo de movimientos, necesitamos rescatar a México de los poderes fácticos que ganan la calle; es penoso ver en un país como el nuestro que, mientras por una parte recibimos a Presidentes de otros países para presumir nuestros avances y fortaleza económicos, por la otra somos secuestrados por encapuchados en la UNAM, o por un profesor disfrazado de la parca en el Congreso de Guerrero, o se toman las calles de la ciudad por un movimiento de profesores disidente sin ninguna representación legal, y, lo peor, es que no se aplica el principio básico de la ley y se sientan las autoridades a escuchar o a negociar con encapuchados.

Creo que está muy bien logrado el camino del dialogo, la concertación y las reformas que hemos tenido hasta este momento, ahora es necesario que el estado empiece a poner orden en estos grupos, porque una cosa es negociar y otra cosa es aceptar chantajes, y más cuando estos son bajo principios de la violencia y rompimiento de todas las leyes de una sana convivencia ciudadana.

En mi opinión ya es momento de empezar a endurecer a este tipo de movimientos en todos los ámbitos del país, así sean estudiantes delincuentes, policías independientes normalistas, Cegeacheros, maestros disidentes o cualquier otro grupo que quiera por medio de la violencia tratar de negociar con el gobierno.

Si queremos recuperar la rectoría del estado, necesitamos aplicar la ley y terminar con los chantajes de los grupos políticos que se  acostumbraron a ese camino tan fácil ante la debilidad del estado en los últimos años. Ya queremos tener maestros competitivos que hagan de nuestros niños, ciudadanos competitivos y preparados para enfrentar un futuro que queramos o no, va a ser más tecnológico y globalizado.


Consultor

jueves, 2 de mayo de 2013

El PAN sin pan



Hacia el interior del Partido Acción Nacional sufre problemas básicos de estructura y existen muchas rencillas lo que los coloca en una posición de debilidad para enfrentar un proceso electoral que puede acabar de devastar al partido.

El Partido Acción Nacional está en serios problemas y hoy se podría concluir que lo peor que le pudo haber pasado en toda su historia como partido político es haber ganado la Presidencia de la República. Después de dos periodos presidenciales,  el saldo para este instituto político es devastador: está fraccionado; Fox técnicamente fue sacado del partido, y Calderón, con un reducido grupo de su equipo de gobierno, lucha por mantener el control de la organización política; la desbandada de militantes demostró que los números habían sido inflados durante su ejercicio en el poder; no existe cohesión entre los diputados ni senadores; Manuel Espino, ex presidente del partido, formó su propia organización y ahora ataca a Calderón y, para rematar, los legisladores hasta discuten sus diferencias a grito pelado ante el cierre del periodo legislativo. Ya no hay pan que alimente a ese partido y tampoco tiene liderazgos fuertes y de peso moral.

Esto, obviamente, nos lleva a la reflexión profunda sobre el sistema político mexicano y sus estructuras. Hoy están muy lejos los tiempos de algarabía, esperanza y felicidad panista cuando llegó la alternancia, la cual propició, por cierto, un gran debate sobre el resquebrajamiento de aquel poderoso sistema político creado y mantenido por el Partido Revolucionario Institucional durante casi 80 años. Cierto es que cuando el PAN ganó en el 2000 se habló mucho sobre qué pasaría con el PRI después de que perdiera la presidencia, pero hoy, a doce años, vemos que no sólo sobrevivió, sino que se restauró en una estrategia bien definida desde fuera del centro hacia adentro y en donde un gobernador ganó la Presidencia para su partido nuevamente.

Existe una gran diferencia entre los dos partidos, misma que hoy está quedando claramente a la vista. El PRI fue creador del sistema político y todo su andamiaje, nace desde el poder y, con el tiempo, va desarrollando una gran capacidad de respuesta ante todo tipo de situaciones a través de quince periodos presidenciales, con estructuras de control perfectamente organizadas y desarrolladas y con un sistema de premiación a sus bases; técnicamente representa un sistema profesional de políticos. En cambio, el PAN nace diez años después de la creación del PNR (después PRI) en 1939, a partir de una base social cerca de empresarios, apegado a la filosofía humanista y doctrina cristiana, que obtiene su primer gubernatura hasta 1989; por este motivo nunca definió su sistema de crecimiento y de inserción con la sociedad, siempre fue muy elitista y su filosofía siempre lo mantuvo distante de las masas y de la población. A pesar de haber ganado la presidencia en el año 2000, nunca desarrolló un sistema de integración de una base social o de premiación de militantes, a tal grado que, después de perder la presidencia, los panistas deciden limpiar el padrón de militantes del partido y se dan cuenta de que pierden el 80% del mismo. Curiosamente, en uno de los estados en dónde más pierden militantes es en Veracruz, ¿será por eso que es tan importante ese asunto como para hasta salirse del Pacto?

Además de estos problemas básicos de estructura, vemos que internamente hay grupos que tratan de controlar el partido; unos, para tratar de refundarlo e iniciar un nuevo camino, mientras que otros quieren defender a grupos políticos del pasado que ven sus posiciones en riesgo por sus pecados políticos mientras estuvieron en el poder.

Es natural que hacia el interior del partido existan muchas rencillas y más cuando desde una posición de debilidad enfrentan un proceso electoral que puede acabar de devastar al partido, no tienen candidato, no tienen cohesión y es muy seguro que no tengan dinero para enfrentar los procesos electorales. Es por eso, también, que están clamando que no se utilicen los fondos de los programas sociales, pero es muy seguro que en algunos estados ellos mismo hayan utilizado en el pasado y, conocedores de esto, tratan de exponer al PRI para ver si de esta manera rescatan un poco de las migajas de la próxima elección.

En los próximos meses veremos aún más de esta guerra interna en el PAN y es posible que, en una franca desesperación, las fuerzas internas desaten escándalos mayores. Recordemos que la famosa frase del “fuego amigo” fue acuñada por uno de los pilares del partido, el “Jefe Diego” y que él mismo fue presa de estos ánimos destructivos que tienen los grupos internos.

Lo que no están midiendo es el daño que toda esta situación les estará generando en las próximas elecciones, en donde la debacle puede acabar de finiquitar lo poco que les queda. ¿O será que el “fuego amigo” está apostando a que el PAN se quede sin pan?

Consultor


jueves, 18 de abril de 2013

La Venezuela sin Chávez



Definitivamente, Maduro no cuenta con ninguna de las capacidades que Chávez sí tenía, por lo que empezará una presidencia con el pie izquierdo y con el riesgo de ir acelerando su caída de manera muy rápida.

Venezuela vio morir a su dictador y, después de la organización de una rápida elección, tiene un nuevo Presidente, Nicolás Maduro, que hereda un país que, en su momento, fue muy bien controlado por un sistema político basado en la dádiva social y en una comunicación muy bien estructurada por su líder. Pero Maduro no tiene las capacidades de Chávez y pareciera que el país se le empieza a ir de las manos, el sistema de control internamente ha empezado a tener sus fracturas.

Revisando las noticias y los videos de la situación que hoy se vive en Venezuela, se ve un pueblo dividido y polarizado en una casi exacta proporción del cincuenta por ciento, con un diferencial del 1.7%, pero, como dicen algunos medios venezolanos, Capriles ganó perdiendo y Maduro perdió ganando. Hoy, las revueltas desbocadas en la calle son tratadas de controlar por ambos bandos; técnicamente, a ninguno le conviene que existan enfrentamientos sociales, ya hubo muertos, heridos y arrestados, y a la hora de finalizar esta colaboración, Capriles había exhortado a sus seguidores a evitar la violencia y canceló la gran marcha al centro de Caracas, programada para el día miércoles.

Definitivamente, Maduro no cuenta con ninguna de las capacidades que Chávez sí tenía, parece un mal remedo del fallecido líder; oyéndolo hablar inferimos que quiere articular de la misma manera que su antecesor y maestro, largos mensajes con arengas políticas que, sin embargo, suenan huecas, llenas de generalidades y lugares comunes, se nota que la gente a su alrededor no se prende y, sobre todo, no hipnotiza como lo hizo Chávez en su momento.

Por parte de las demás autoridades que están interactuando en el conflicto postelectoral, también se ve que quieren seguir el mismo ejemplo de comunicación larga; las conferencias de prensa son unos extensos monólogos de los funcionarios, quienes arrojan argumentos sin ton ni son y sin contundencia. El caso es grave porque el nuevo gobierno no está mostrando cohesión y, finalmente, perdieron alrededor de un millón de votos entre las dos últimas elecciones y si Maduro llega a cumplir las amenazas de aplastar la supuesta rebelión, golpe de estado en la que esta enmarcando las protestas callejeras, lo único que va a lograr es ir perdiendo poco a poco la poca confianza que le queda y empezará una presidencia con el pie izquierdo e irá acelerando su caída de manera muy rápida.

Preguntando a una amiga Venezolana qué opinaba de la situación antes de las elecciones, me decía que ella consideraba que Capriles no iba a ganar y me explicaba dos argumentos, el primero de ellos era que el candidato de la oposición no tenia malicia y que, ante todo un aparato de gobierno con todos los hilos del poder coptados, sería difícil que ganara solamente con el empuje de la gente y, el segundo factor era, que muchos electores que votaban por Chávez son aquellas personas que viven del gobierno y de sus sistemas de apoyos económicos, por lo que esa gente no iba a renunciar a la dádiva política del sistema. Y no sólo eso, además se desarrolló un sistema ideológico para que la gente se creyera la historia del comunismo y todos sus beneficios. Mi amiga calculaba que el verdadero cambio se podría dar en cinco o siete años. El análisis me hizo entender la verdadera situación de su país y las opciones a corto plazo.

Ahora, con la situación que se está generando después de las elecciones, podemos ver cómo este escenario puede realmente estar al borde del quiebre por la falta de capacidad de los dirigentes y las fracturas en el sistema. Normalmente, después de un liderazgo tan fuerte y de tanto control como lo ejerció Chávez, puede ser muy lógico que las fuerzas internas vayan teniendo fisuras a causa de los egos y ambiciones políticas generadas por el antiguo régimen, aunque sigan las mismas personas, el sistema no es el mismo. Ahora bien, estas fisuras también van a tener impactos en el control de la economía y si la situación empeora, el gobierno puede empezar a cortar apoyos sociales, lo que generaría más desencanto hacia Maduro y su gobierno.

Esta situación pone en jaque al país, pero también pone en situación crítica a la región de Latinoamérica, porque el eje que se había alineado al petróleo venezolano y que conjunta principalmente a Cuba, Argentina, Bolivia y Ecuador, se va a ver afectado y puede generar un efecto dominó en estos países. Esperemos ver más acontecimientos que, seguro, empeorarán la situación política venezolana.




Consultor




viernes, 5 de abril de 2013

Los 200 días



Grandes retos hacia los segundos 100 días: política internacional, lucha anticorrupción, elecciones locales, instrumentación de las reformas estructurales, maestros disidentes y delincuencia organizada y seguridad.

La Semana Santa se volvió una aduana natural entre los primeros cien días de la administración de Peña Nieto; hicieron un corte de caja, revisaron los avances y, al parecer, tienen buenos resultados en lo político, en percepción en el extranjero y en lucha contra la corrupción, pero obtienen un mal balance en cuestión de seguridad. Lo han dicho, pero, cuando hay altas expectativas, la población y los medios se desesperan. Los siguientes días, para llegar a los 200, tendrán otra aduana natural, que será el proceso electoral de este año. Y la pregunta obligada es: ¿qué sigue?

La agenda presenta varios retos importantes para la vida del país. Primero, en el ámbito internacional, el presidente va a China y Japón y, con todas las visitas que ha hecho a diferentes países, el Presidente Obama viene a México en visita diplomática. ¿Será que no le ha gustado a Estados Unidos que México esté en boca de todos rehaciendo su imagen internacional y sin haber tendido puentes con el principal socio comercial? Ya veremos al regreso de los viajes y la visita qué se puede negociar, hay muchos temas pendientes y el asunto de los migrantes parecería que se puede concretar finalmente, pero, también, armas, narcotráfico y comercio. El timing de Obama en su visita no puede ser más ad hoc, las reformas que vienen también son importantes en la vida económica de los estadounidenses, además de que con el asunto de Venezuela no saben qué pueda pasar con el riesgo de complicar el asunto de la reserva estratégica de petróleo. Queda pendiente, también, nombramientos del cuerpo diplomático y el establecimiento de la línea estratégica del sexenio en política exterior.

En segundo lugar, es muy seguro que la lucha anti corrupción tome un curso importante. Hemos visto en los últimos días un incremento de noticias sobre fraudes cometidos en distintos estados y por distintos funcionarios de todos los partidos; está pendiente el asunto de la corrupción en Tabasco, pero hay pendientes en Morelos y Chiapas, entre otros, y, al parecer, al término de las administraciones de los munícipes puede haber una escalada para que no se repita la fórmula, incremento de deuda y fraudes. ¿Será que también se continúe persiguiendo a otro tipo de políticos para cubrir las afrentas e injusticias sociales del sexenio pasado o a otros líderes sindicales? Todo será cuestión de ver cómo siguen las negociaciones de las reformas.

En tercer lugar, el reto que tienen enfrente los partidos es muy complejo: el PRI, a pesar de sus divisiones internas, está sólido y no se va arriesgar a nada de frente al proceso electoral. En cambio, el PAN y el PRD están totalmente divididos. El PAN carga la mala imagen de las elecciones pasadas y no ha podido consolidarse, por lo que pareciera no poder remontar en esta elección; el pleito entre los Maderistas y los Calderonistas tiene al partido de cabeza. Por su parte, el PRD, tiene el mismo problema, pero con tres frentes abiertos: uno, la lucha de Marcelo por llegar a ser presidente, en segundo lugar, el hueco que les crea Morena, aunque aún no esté conformado como partido y, el tercer frente, es la incertidumbre de las huestes de la Ciudad de México, con Mancera, que pareciera que se mantiene fuera de la política del partido.  Lo más difícil para estos partidos es controlar un circo de tres pistas, el Pacto, los procesos legislativos y las elecciones,  en conjunto con la reestructura interna. Otro partido que  tiene frente a sí una situación muy compleja es el PANAL, sobre todo frente a elecciones tan locales. Con todo lo que está pasando con los maestros, ¿podrá mantener el control y la hegemonía del gremio dentro del partido o, por fin, saltará a crear una base ciudadana real a la cual, por la estructura del sindicato, nunca pensó necesitar? Será muy interesante el saldo electoral para los partidos, a pesar de ser una elección de presidentes municipales, en su mayoría.

En cuestión de las reformas estructurales, mucho dependerá de cómo se libere la reforma en telecomunicaciones para que se defina lo que sigue: si va la reforma energética y la fiscal o solamente se trabajarían las legislaciones de las leyes secundarias, mientras que lo demás vendría formalmente después de julio.

Los asuntos más complejos que el país podría enfrentar son las quejas de los maestros disidentes, que siguen retando a los gobiernos locales y al federal con el tema de la evaluación educativa. Este asunto puede conectarse con la guerrilla en los tres estados donde está basada la coordinadora, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, donde, además, el fenómeno de la delincuencia organizada es un factor de seguridad nacional. Todo esto, en su conjunto, también puede complicar, de alguna u otra manera, las elecciones. En el caso de Michoacán, habrá que ver si por la salud del actual gobernador tendría que haber un interinato.

Y, finalmente, la sociedad empieza a exigir resultados en cuestiones de seguridad, comienza a haber demanda de soluciones y de que baje la violencia en las calles.

Grandes retos para llegar a los 200 días.


Consultor