La decisión de remover de su
cargo a Humberto Benítez, por el caso de ‘Lady Profeco’ es un gran golpe a la
cultura del influyentísimo y prepotencia que el mexicano tiene muy arraigados.
Muy buena señal que, esperemos, cambie poco a poco al país.
Asombrosamente, el Presiente Peña Nieto tomó ayer la decisión de
separar de su cargo a Humberto Benítez, quien fungía como Procurador Federal
del Consumidor. Este anuncio manda muchos mensajes a la sociedad, al sistema
político, a los funcionarios públicos y a sus familiares. También, la forma en
la que se da el anuncio y la investigación denota una nueva forma de actuación
gubernamental.
Bajo la típica tradición política mexicana, el Presidente pudo haber
cesado al Procurador Benítez al día siguiente del ya famoso caso de la Lady
Profeco, cuando la hija de Benítez mandó a clausurar un restaurante en la
colonia Roma por no cumplir su capricho cuando llegó al lugar. En cambio, el
presidente pidió elaborar una investigación y encarga el asunto al Secretario
de Gobernación; el primer resultado es la suspensión de 4 funcionarios.
Posteriormente, en un aviso oficial por parte del Secretario de
Gobernación, primero, se ratifica la suspensión de los funcionarios que
actuaron por orden de la hija del Procurador; segundo, se deslinda a Humberto
Benítez de haber estado involucrado; tercero, se reconoce la trayectoria de
Benítez; y, cuarto, se anuncia la remoción del cargo del Procurador por haber
afectado la imagen y reputación de la Procuraduría.
Aquí, la interpretación de los mensajes enviado por el Presidente:
Primero, no tomará decisiones sin ningún respaldo de una investigación
y/o fundamentos jurídicos.
Segundo, las decisiones de este calibre las dará a conocer por medio
del Secretario de Gobernación para darle la importancia a la cadena de mando
del gobierno federal.
Tercero, hay una ley que cumplir, hay un trabajo que llevar a cabo y
hay valores que desempeñar en este gobierno; el que no lo entienda, se va.
Cuarto, señores funcionarios, cuiden la prepotencia con la que actúan,
ustedes, sus funcionarios o sus familiares.
Quinto, hijos y familiares de funcionarios, cuidado, el ser
funcionario es una responsabilidad, no es un beneficio particular, no debe de
existir el influyentísimo por parte de los familiares.
Sexto, a la sociedad mexicana, no se aceptarán el influyentísimo de
funcionarios ni de sus familiares; en caso dado, denúncienlo.
Peña Nieto prometió una transformación del país y con este tipo de
acciones está validando sus dichos.
Si a esto le sumamos lo que se hizo en el Gobierno de la Ciudad con la
lady de la Roma, quien, después de chocar y lastimar a una mujer, amenazó a
gritos a todos los policías si la detenían ya que dijo ser amiga o pariente
cercana de un alto funcionario de la policía capitalina. Hoy, después de la
desafortunada muerte de la mujer, la lady ya está en la cárcel por homicidio y
robo.
Éste es un gran golpe a la cultura del influyentísimo y prepotencia
que el mexicano tiene muy arraigados.
Muy buena señal que, esperemos, cambie poco a poco al país.
Consultor y Analista
Mail:marco.herrera@grupopublic.com
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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