En México, el marketing político ha sido adoptado ya para toda campaña política, eso ha sido bueno, ya que les ha dado orden y procedimientos a los políticos para cuando quieren presentarse ante el elector.
Lo malo es que, en el ámbito de la comunicación de las campañas, está ganando la filosofía del spot y la propuesta fácil, en diferentes ocasiones he oído a muchos consultores afirmar que el candidato es un producto, lo cual en mi opinión, es totalmente erróneo.
Esta cultura del “producto electoral”, ha llegado ya a los extremos en nuestro país y, después de ver el famoso debate de los candidatos del Estado de México, no puedo llegar más que a la terrible conclusión de que, ésta cultura está empezando a dañar seriamente a nuestra democracia, sumado a que cambió leyes electorales, filosofía de políticos y de los mismos partidos, todo esto generado por un solo factor, el dinero y la ambición de los mismos políticos que manejan las campañas.
Hoy, los procesos electorales se han convertido en un botín electoral, el dinero que antes se repartía entre las redes, se dividió y una parte ahora se concentra en la compra de camisetas, botones, mantas y spots. El colmo es que, una parte de ese dinero es el que se invierte en chapitas, graficas para presentar en la televisión o en pagar los exámenes antidoping, consecuencia de los debates.
Esto aunado a que hoy sólo se piensa en que, los buenos candidatos deben ser bien parecidos y jóvenes, hace que a cualquier político lo puedan convertir en candidato, al fin de cuentas lo único que tienen que hacer es entrenarlo, ponerle chapitas, mandarlo adelgazar, conseguirle una esposa y hacer que diga frases como, bajar impuestos, eliminar la tenencia, salvar al país o declarar que somos un país por suerte de clase media, dirían en mi pueblo: hay de todo en esta, la viña del señor.
Lo que sí ya no hay, son políticos con carisma, inteligentes, ni sensibles a la verdadera problemática de la población, y hablando de esto, por el camino opuesto al spot tenemos ejemplos que se van por el mesianismo que raya, hasta en la veneración velada de ciertos símbolos religiosos, morenos son los del pueblo y con eso juegan; en el otro frente, la propuesta es que los jóvenes los cibernautas se conviertan en el poder de los votantes del futuro, lo que en el fondo puede enfrentar a los que tienen computadora contra los que no la tienen, ha eso ha llegado el despiadado juego electoral.
Triste el camino que se ha tomado en México y, en donde la danza de los millones está volcada hacia todo el aparato mediático. Esto está destrozando la ya muy dañada y endeble democracia mexicana, lo que me hace volver a poner sobre la mesa mi propuesta de 2006, para las próximas elecciones, a) que se firmen códigos de ética para evitar ataques y campañas sucias, no las necesitamos; b)que se reduzca el tiempo de campañas, si vamos a jugar por el spot que sea en menos tiempo y finalmente; c) que se reduzca el gasto de campañas, nos cuesta mucho a los ciudadanos el circo del cual ya estamos indignados.
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