jueves, 24 de marzo de 2011

Recrudecimiento

La situación política en México entra en una fase de recrudecimiento. El escenario de los partidos es totalmente incierto y lo único que estamos viendo es la polarización de las corrientes dentro de cada uno de ellos.

Primero, aquí habíamos dicho hace algún tiempo que los presidentes de los dos principales partidos, como cosa curiosa, eran legisladores y que, en el seno de la lucha del poder, estaban los temas legislativos y la operación política se realizaba dentro de las cámaras. Ahora, con los cambios que se han dado, esto cambió radicalmente y se completa el ciclo en el que vuelven los presidentes de sus partidos a cambiar las agendas: la solicitud de licencia de Madero, en el PAN y el arribo de Moreira al PRI, son las principales muestras de ello; la prioridad será la política electoral y no los asuntos legislativos, no pueden desperdiciar el tiempo en acuerdos fallidos, sólo interesaría cuidar los contenidos económicos de los próximos presupuestos.

Como saldo de esta política legislativa, los partidos han quedado internamente muy divididos en pandillas, camarillas o corrientes, como les quiera usted llamar; en el PAN, la división entre Madero y la presidencia de la República es muy comentada, así como la candidatura de Creel, el secuestro de El Jefe Diego, la muy mencionada caída de Chávez del gabinete y los diez candidatos, temas que traen totalmente desunido al partido y, si a esto le añadimos el pleito con Espino, la insatisfacción de los ciudadanos por su mala administración, excesos religiosos, incierto manejo del país en los últimos años y las desatinadas alianzas, podremos decir que no se ve un rumbo fijo.

Qué decir del PRD, en donde después de su última asamblea quedó muy claro que la dirigencia está totalmente dividida, Zambrano y Padierna casi se salieron por puertas diferentes, lo que va a hacer que cada uno de ellos haga su propio partido, además de que la inercia de Marcelo Ebrard por adueñarse del organismo político hará que, definitivamente, haya un desbandada hacia los demás partidos de izquierda; la inercia de los Chuchos durará poco ante la presión desde el Gobierno de la Ciudad de México y, poco a poco, irán emigrando para que Ebrard se quede con la pura franquicia, que arropará posiblemente su candidatura presidencial. La pregunta es, ¿aguantará el partido todos estos pleitos?

Por su parte, el PRI y su tan cantada unidad está caminando en una cuerda floja, existen dos bandos muy definidos, los Beltronistas y los Peñistas. Uno tiene la Cámara de Senadores y otro la de Diputados, los dos se dividen a los gobernadores y alianzas muy poderosas en los demás partidos, ambos tienen muy cercanos, también, a distintos medios de comunicación y seguirán jugando a la política de espejos, para decidir, primero, quién se queda en las candidaturas de las elecciones de este 2011 y esperarán a ver cómo queda configurada la aduana obligada de la gubernatura del Estado de México antes de, finalmente, entrar de lleno en el mes de septiembre a los tres grandes asuntos que definirán el 2012: las reformas pendientes (tanto la laboral, como la fiscal y posiblemente la política o electoral), el presupuesto fiscal y, definitivamente, la candidatura del PRI para el 2012.

Hay que tomar en cuenta que no sólo es el asunto de las candidaturas a la presidencia, sino que todo el aparato político mexicano buscará candidaturas para diputados, senadores, algunas gubernaturas, presidencias municipales, lo que hará que, después de la elección de julio de este año, todo México se convierta en una gran campaña electoral.

El país entrará en un impasse que durará más de una año y ojalá alguien se encargue de cuidar y gobernar este país, ya que los partidos políticos no lo estarán haciendo; los mismos diputados y senadores, después del segundo periodo legislativo de este año, técnicamente también se dedicarán a este juego electoral y buscarán acomodarse con algún candidato para, unos, tratar de cambiar de Cámara, otros, irse a sus respectivos Estados en algún puesto, otros más, buscarán acomodarse en el nuevo gobierno federal y así sucesivamente.

El próximo año, que técnicamente empieza cuando se definan los candidatos para la gubernatura del Estado de México, la política en este país se recrudecerá de tal manera, que sólo habrá espacio para el pleito electoral; será, como algún ayatola mexica lo mencionó, la madre de todas las elecciones, estaremos viviendo una guerra de todos contra todos, izquierda contra derecha, ultras contra ultras, derecha contra derecha, izquierda contra izquierda, empresarios contra empresarios. En medio de esto, los militares, los narcos y las iglesias, siendo soldados de sus respectivos grupos, pelearán sus batallas para apoyar a sus respectivos intereses. Tristemente, la política se recrudece en México, y al país, ¿quién lo cuida?

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