Será trabajo de los especialistas definir si la reforma fiscal que propone el senador Beltrones es la adecuada para la ciudadanía, el momento político, las empresas y el país. Será en el seno del Congreso en donde se lleven a cabo los debates técnicos respectivos.
Deberá ser en los partidos políticos en donde se analice si es adecuada para la economía y para la población; y finalmente, será en las cámaras y confederaciones empresariales donde se estudiará si funciona para la economía. Es una reforma y deberá de empezar el debate.
Pero la reforma y su futuro han tomado rumbos muy polémicos en muy poco tiempo y, se ha convertido en una reforma de disputa.
Al mismo tiempo, en el seno de la cámara de Diputados, se presenta la reforma laboral y empezará a ser votada en comisiones a partir de hoy, en contraposición de la Fiscal. Esta reforma no ha levantado poca polémica y pareciera que está muy planchada y apoyada tanto por el PRI como por el PAN y ha levantado muy poca queja por parte de las grandes fuerzas sindicales.
En este juego de poder los tiempos juegan de manera importante, el periodo de sesiones actual está por terminar en el mes de abril y puede ser que no se liberen los consensos. Ahora bien, la discusión estará al parejo de la designación del candidato a la Gubernatura del Estado de México y, en medio de los dos periodos legislativos, se efectuará la elección. El segundo periodo, que inicia en septiembre, habrá de contar con los daños o aciertos y alineaciones resultado de la elección en ese Estado pero, además, hay que tomar en cuenta que en ese periodo legislativo se revisa también el presupuesto fiscal del 2012, el gran año electoral, el cual decide las aportaciones de gastos a los Estados y que, irremediablemente, se destinarán al gasto electoral por parte de todos los gobiernos estatales. El juego y futuro de la reforma apenas empieza.
Independientemente de su discusión y resolución, la reforma le debe de estar sirviendo al Senador Beltrones para saber quién está de su lado o en su contra; en los últimos dos días se han desatado los demonios y, como en pocas ocasiones, de una manera muy rápida y públicamente se han dado a conocer muchos comentarios negativos sobre la reforma.
Al ver esto, sólo me queda pensar que el senador Beltrones tiene frente así una herramienta política muy útil, la reforma de la disputa está funcionando como un referéndum político sobre su iniciativa, su persona y su posición en el juego electoral. Frente a él se alinearon grupos que ya quedaron a favor o en contra y está definiendo, más allá de partidos políticos, quién está con Peña o quién está con él.
Veremos ya repetidamente el choque de trenes dentro del PRI, en donde ahora, para medir fuerzas, se están utilizando las reformas que el país tanto necesita. Ésta es una guerra de cálculos políticos. Quien más medidos y controlados tenga los costos políticos, será quien gane más ventaja de este juego.
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