En México estamos viviendo un segundo proceso de alternancia y es,
hasta ahora, cuando estamos entendiendo realmente los males que generó la
alternancia a manos del gobierno del PAN; aquí, algunos de los males creados:
a) se generó una gran debilidad institucional en la Presidencia, b) se polarizó
la sociedad, c) los medios ampliaron su poder de influencia y desarrollaron,
desde la época de Fox, un gusto especial por el chisme y el drama y, e) los partidos
políticos entraron en la sinrazón de la declaracionitis estúpida y del actuar
en contra, por el simple hecho de ser oposición.
Hago mención de esto porque, ante la nueva dinámica que estamos
viviendo con el gobierno de Peña Nieto, veo a una sociedad asombrada por todo
lo que está pasando cuando, queramos o no, en su tiempo y su momento todo lo
que el Presidente está haciendo lo ha dicho y repetido en alguna ocasión, ya
sea de campaña o ya como gobierno. Pero la inercia de la sociedad mexicana en su
conjunto sigue con la misma actitud que cuando el PAN era gobierno y, ante los
cambios y decisiones que se están tomando, mismos que están pasando muy rápido,
la sociedad está pasmada, se queja de igual manera que con el gobierno
anterior.
Y usaré el caso de la detención de Elba Esther como ejemplo que
ilustra este efecto. Posteriormente a la detención, vemos en los medios de comunicación ciertos reportajes
en todos los diarios que hablan de las tiendas donde compraba ropa y las casas
que utilizaba, así como el detalle de la visita del ministerio público a su
departamento, llegando a la exageración hasta de un reportaje del agua que toma
en la cárcel. Todo esto asumiendo una sarta de cosas que son totalmente
intrascendentes, todo este tipo de historias es herencia de los escándalos de
la vida panista y hacen recordar la frivolidad de la época de Fox. Por su parte,
la ciudadanía llena de tweets las redes sociales con el único motivo de hacer
gracia y despedazar a la gente, la que sea, no importa, groserías por
aquí, banalidades por allá, el chiste es
participar y comentar el asunto, como si fuera campaña política en época de
elecciones, no hay racionalidad.
Y qué decir de los partidos políticos. Vemos, ante los hechos, que
se están dando en la vida nacional las declaraciones sin ton ni son de los
políticos en las Cámaras legislativas: que si meten a la cárcel a alguien o no
lo hacen y piden como reacción inmediata citar al funcionario a dar
explicaciones; lo malo es que lo dicen únicamente por decir algo, por jugar a
la banalidad política, al decir por decir algo en los medios, y no se están
dando cuenta que ese tipo de comentario y declaración ya no viene al caso. Los
políticos no se están dando cuenta que ese tipo de afirmaciones están fuera de
lugar en un México que se mueve, por suerte, a una buena velocidad. Muestra de
ello es lo que menciona Charles Oppenheimer o Milton Friedman, todo el mundo
habla de México y está volteando a ver qué está pasando en México y los únicos que no se están dando
cuenta de eso son los mexicanos.
Hoy, México ya no está para el juego de las mentiras de los
políticos. El hecho de que el PRI cambie sus estatutos no significa que van a
privatizar nada, pero los políticos por aparecer en los medios van a declarar
lo contrario; sin embargo, a la velocidad a la que se están moviendo las cosas,
se están quedando atrás. Ya no debe de haber mentiras, y a la sociedad no la
van a convencer con su quejas sin razón y, lo peor, es que no se dan cuenta que
con la dinámica que se está imprimiendo, ellos son los que más atrás se están
quedando, con esos viejos hábitos aprendidos durante los últimos doce años.
Así como la maestra Gordillo no entendió la nueva forma de jugar y
no midió que ya no estaba el PAN con todas sus debilidades, mucha gente no está
entendiendo la dinámica que está imprimiendo el nuevo gobierno. Quedan atrás
años de berrinche sin razón, mentiras, escándalos, estamos presenciando el uso
del poder del estado para definir el nuevo rumbo del país y esto, simple y
sencillamente, se está haciendo a través de la aplicación de la ley, pero al
parecer nos está costando trabajo entender la nueva dinámica de un régimen que,
ojalá, mantenga la mano dura y la orientación de aplicar la ley.
Caso curioso, ¿se fijaron que después de lo de la Maestra
Gordillo, la UNAM cambió su posición hacia los estudiantes rijosos, y fueron
los directivos del CCH los que se retiraron de la mesa de negociación, por el
simple hecho de que no van a quitar las denuncia penales, ni las expulsiones a
los alumnos que dañaron la escuela? A eso, simple y llanamente, se le llama aplicación de la ley.
Ojalá estemos en la puerta de entada hacia un régimen de derecho y
se acabe el México de excepciones que está matando a la gallina de los huevos
de oro, sin razón.
Consultor
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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