Hoy, los políticos verdaderamente
necesitan ser más profesionales y con mejores estudios para regresarle a la Presidencia de México
el poder necesario que le permita interactuar de manera lógica contra los
grupos de poder, los grupos de presión y los famosos poderes fácticos.
En los últimos 30 años hemos visto una gran transformación de la Presidencia en México; en este intervalo de tiempo hemos tenido 5 Presidentes de
dos diferentes partidos: De la Madrid,
Salinas de Gortari, Zedillo, Fox y Calderón. Miguel de la Madrid era abogado, pero
fue el segundo funcionario que llegó a la silla presidencial proveniente del
gabinete económico y no de la Secretaría
de Gobernación, como era la tradición (López
Portillo fue el primero y llegó de la SHCP);
Carlos Salinas se considera el
primer presidente totalmente tecnócrata, él venía de la Secretaria de Programación y Presupuesto, y Zedillo también, quien se había formado en Banco de México.
En aquellos tiempos, para los políticos tradicionales fue una
afrenta que a la Presidencia
llegaran los tecnócratas y se sintieron invadidos en su ámbito de exclusividad
política. Posteriormente a esto, llegó Fox,
quien rompió los moldes y otras tantas cosas más; él proviene de la iniciativa
privada, con el mote de “mercadólogo”; posteriormente llegó Calderón, un abogado de la Escuela
Libre de Derecho y que era considerado más como político, lo que, de alguna
manera, regresó a la Presidencia a
la senda de la lógica de la política.
En este devenir de nuestra Presidencia,
el mundo cambió radicalmente, la globalización generalizó a los políticos y,
hoy, un político que no conoce de asuntos técnicos-económicos puede morir en el
intento y un tecnócrata que no hace política puede no llegar muy lejos. Pero
más allá de esto, al final del camino el pleito de la tecnocracia vs la
política solamente fue una herramienta, la Presidencia
en México se fue transformando a
través de las diferentes formas de ejercer el poder; todavía en el Salinato, la
Presidencia de México mantuvo sus rasgos de ser totalmente omnipotente, la cual
venia así diseñada desde la época de Plutarco
Elías Calles.
Con la llegada de Zedillo,
la Presidencia da un giro para
perfilarse como una institución más acotada, moderna y, como se dijo en su
momento, con una sana distancia con el partido, lo que ocasionó una gran
afrenta a los políticos de la época quienes, al haber perdido la presidencia en
las elecciones del año 2000, se fueron a refugiar al PRI y exacerbadamente radicalizaron al partido. Contra el tiempo, podemos decir que los
presidentes entraron en un proceso de profesionalización, sin olvidar que, en México, al Presidente se le sigue viendo como el gran Tlatoani, redentor de
todos los problemas del país.
Desafortunadamente, en los periodos presidenciales comandados por
el PAN nuestra institución
Presidencial sufre un gran deterioro, primero, por la falta entendimiento del
uso y aplicación del poder, la novatez tuvo un gran precio y, segundo, el mismo
PRI trabajó desde afuera como
oposición para minimizar a la Institución y,
con esto, poder gobernar desde el poder legislativo.
Hoy, lo que estamos viendo con la llegada de Peña Nieto al poder es una nueva presidencia que efectivamente
recuerda más los estilos priistas, pero es necesario entender que el único
referente que se tenía en México era
el viejo PRI. Lo que se está
rescatando es la rectoría del estado para poder regresarle a la Presidencia de México el poder necesario que le permita interactuar de manera
lógica contra los grupos de poder, los grupos de presión y los famosos poderes
fácticos que han nacido como una tercera fuerza política–económica que
representa una posición en el juego político del país.
Hoy entiendo que se está tratando de rescatar
la Presidencia, regresándole la
fuerza política que necesita como rector del Estado y se le está tratando de dar un perfil más profesional, ya
que las circunstancias político económicas mundiales así lo requieren.
También, podemos ver que hoy ya no hay ese
pleito exacerbado de tecnócratas vs políticos, lo que sí vemos es a políticos
con mucho más preparación en aspectos técnicos económicos, con estudios en el
extranjero y con la capacidad de poder enfrentar el nuevo concierto
internacional. Hoy, los políticos verdaderamente necesitan ser más
profesionales y con mejores estudios, los problemas reales del mundo necesitan
verdaderos especialistas.
Ésta es la nueva generación de políticos y
ahora lo que estamos viviendo es una sorda guerra generacional donde están
muriendo los dinosaurios.
Consultor
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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