El
PRD, en sus investigaciones para demostrar que hubo algo chueco en la elección,
involucró a dos compañías privadas, por lo que se va a enfrentar con un
escenario totalmente distinto al que está acostumbrado; dichas empresas se van
a defender a fondo y en serio.
Hace
no menos de tres semanas escribía que los políticos mienten con una facilidad
tremenda y, desafortunadamente, cuando esas mentiras son entre ellos, difícilmente
podremos saber hasta dónde son ciertas ya que son utilizadas para desprestigiar
y mover a sus adversarios en su estrategia.
El
problema es que ahora el PRD en sus
investigaciones, para demostrar a como dé lugar que hubo algo chueco en la
elección, metieron a dos compañías privadas, una es Monex y la otra es Soriana. Ahí el PRD
se va a enfrentar con un escenario totalmente distinto al que está acostumbrado
a trabajar, será un caso parecido al de Televisa
que, al final de cuentas, nunca pudieron demostrar y toda la información que se
presentó, hasta la fecha no ha sido clara o contundente para demostrar la tesis
de este partido.
Dichas
compañías se van a defender a fondo y en serio, ya que está su prestigio de por
medio y toda su capacidad de hacer negocio, tienen clientes y una reputación
que cuidar; ellos no están en el sistema de la política, estas empresas se
miden bajo otra lógica legal, y su defensa será hasta las últimas consecuencias
para defender su patrimonio y el empleo de miles de personas.
Esto
puede meter seriamente en problemas al PRD,
ya que no están midiendo que la “denuncia” la hacen como partido político y no
como una autoridad, por lo que pudiera ser que se estén metiendo en terrenos
que ellos no manejan; lo peor que pudiera pasar es que estas empresas hubieran
sido engañados por un tercero en discordia y, si suponemos que así sea, toda la
estrategia del PRD se va a caer por
haber atacado a negocios legalmente constituidos y por lo tanto la credibilidad
del partido va a tener muchos problemas ante la comunidad financiera, de
negocios y ante la misma opinión pública. Entre mentirosos, los políticos
acostumbran a jugar estas reglas, pero con empresas privadas y siendo asuntos
electorales, el asunto no va a ser tan sencillo.
Y
hablando de mentiras, en este tipo de acciones es en donde al PRD se le cae el discurso de la
república amorosa y todas esas patrañas con las que quisieron engañar a los
ciudadanos, además que parten de dos principios incongruentes: uno, hacen la
acusación como si ellos fueran un partido limpio e impoluto, lo cual no es
cierto ya que hemos visto a lo largo de los años y en todas las elecciones, los
cochineros que ellos hacen y hasta dentro de su mismo partido; y, dos, la
opinión pública da cuenta de que una vez más el discurso con el que iniciaron
esta campaña fue solamente una campaña publicitaria más.
En
este proceso en contra de empresarios ya obligaron a sus huestes “autoridades
de una delegación en la Ciudad de México”, a clausurar una tienda Soriana, y
afectaron a dos mil empleados. Por otra parte, AMLO ya llamó mediocres a los votantes y una serie de epítetos más,
mientras no se están dando cuenta que esta elección no es la del 2006, que
tampoco estamos hablando de 250 mil votos de diferencia; por más que digan,
estamos hablando de 3 millones de votantes que prefirieron una opción que no
era él.
En
su necedad de ganar, AMLO empieza a
perder los estribos, a demostrar lo único que sabe hacer, lo cual es pelearse
con todo el mundo; hay versiones de que dentro del PRD le están pidiendo que tome una posición más democrática para no
empañar lo que se ganó de buena manera, pero al parecer es un camino que le
cuesta mucho trabajo tomar.
Para mala fortuna de nuestra democracia, la compra de
voluntades es una práctica muy arraigada en nuestra población y depende de dos
cosas, de que los políticos hagan la oferta con base en las necesidades de la
gente y los ciudadanos lo acepten, es exactamente el mismo principio de la
corrupción.
Ojalá todo este escándalo sirva para buscar la manera
de que, en las futuras reformas a las leyes electorales, se pueda evitar. ¿No
cree usted?
Consultor
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