Ante una nula oferta política ya nadie se está fijando en las propuestas y nuestra democracia está siendo liderada por el chisme. ¿Es esto lo que nuestra democracia quiere, es esto sano para el país?
En un par de excelentes artículos publicados en Mileno Diario, Liébano Sáenz nos lleva de la mano para entender lo que algunos grupos políticos están tratando de generar: una república del odio; a raíz de este artículo otros periodistas como Héctor Aguilar Camín y el mismo Pablo Hiriart
fueron presa de ataques de los ejércitos de esa república que les
hicieron llegar cientos de mails y tuits con todo tipo de agresiones.
Quedó, de ipso facto, demostrado que el artículo tenía mucha razón.
Desafortunadamente, ante una nula oferta política y como último recurso, quieren volver a polarizar a México.
Entramos
a una etapa en donde la opinión pública está siendo atacada por todo
tipo de estrategias para demostar a los contrincantes; el problema es
que se están usando mentiras y falsedades que las sociedades, tanto
digital como la real, están aceptando como verdades; y lo peor es que
vemos a candidatos usar estas estrategias y quejarse ante los
contrincantes porque les aplican la misma regla.
Al
parecer, la sociedad ya entró en una etapa en donde todo en nuestra
democracia está siendo liderado por el chisme, la gente se levanta y
quiere saber de las noticias para enterarse de cuál es el último ataque
el cual, si no es trending topic, no vale, si no se han
atacado mutuamente, no hay información que valga, todo empieza a ser
dominado por el morbo humano de enterarse de la vida íntima y de los
golpes entre uno y otro. ¿Es esto lo que nuestra democracia quiere, es
esto sano para el país? Es una verdadera desgracia que nuestra
mercadotecnia política, a la mexicana, haya tomado este falso camino.
Nadie se está fijando en las propuestas, sólo se comentan los spots y “las propuestas fabricadas”; que bueno que ya pasó lo de la tenencia, si no, estaríamos llenos de que todos los candidatos van a quitarla.
Hace 6 años escribí un ensayo llamado “Los efectos de la comunicación en las elecciones del 2006 en México”,
este libro fue publicado por la Universidad de la Comunicación y
presentado en el IFE; una de las conclusiones de este ensayo fue que las
campañas deberían de ser más cortas y, después de muchos foros, se
dieron los cambios en la Ley y se acortaron las campañas, muy a pesar de
las excusas de los políticos de que no les daría tiempo de recorrer el
país.
Hoy, de nuevo es necesario regresar al mismo tema, llevamos 45 días de campaña
y, no sé usted, pero yo ya estoy cansado, ya escuché todo lo que era
necesario y, bien, las elecciones podrían ser mañana sin ningún
problema. Lo que suceda a partir de ahora sólo le hará daño al país,
solamente generará encono y polarización, con base en generar chismes, noticias malas, estar buscando lo malo dentro de lo malo para destruirse unos a otros. Josefina Vázquez Mota
aún no se repone de la campaña sucia de su oponente en el mismo PAN y,
en esta etapa, le ha salido barato que nadie la haya atacado; ahora, los
embates van contra Peña Nieto, manifestaciones de
niños popis disfrazados de prole prueban la calle, primero en Santa Fe,
después el centro y más tarde en Reforma. Pueden hacerlo y están en su
derecho, en este mar de chismes nadie sabe quiénes los están manipulando
verdaderamente, ojalá sea, realmente, una verdadera expresión propia.
Y antes de que me toque a mí una andanada de ataques, les recuerdo que en este país las marchas callejeras
fueron diseñadas y han sido usadas por los políticos para mostrar su
músculo y para atacar a sus contrincante, si no les gusta un candidato,
simple y sencillamente no voten por él y dejen de afectar los intereses
de los demás conciudadanos.
Propongo iniciar la discusión sobre recortar los tiempos de campaña, esto redundará en bajar el costo de la elección en general, somos uno de los países con el costo más alto de elecciones; así también terminar el reino de los spots,
las propuestas fáciles y tendrá un efecto dominó sobre todo lo que está
alrededor del proceso electoral. Ojalá los consejeros electorales, el
presidente del IFE y las demás autoridades tomen conciencia de esto y
empiecen a organizarse foros en universidades para discutir el asunto.
También, debemos de reducir los tiempos de toma de posesión,
es increíble que en lo que han transcurrido nuestro 45 días de suplicio
de campañas, en Francia vimos debates, elecciones de primera vuelta,
más debates, una segunda elección y la toma de posesión del nuevo
presidente, mientras aquí nos divertíamos con el chisme de quién era la
edecán del debate y, ahora, los chismes de nuestros candidatos.
Por favor, detengamos la república del odio y la democracia del chisme. No son sanas para México.
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