La duda más controvertida en los próximos dos meses es y será ¿por quién votar?
Para aquellos que ya decidieron, obviamente su candidato es el mejor y
lo que estamos viendo en una elección a tercios, es el pleito por
convencer o desorientar más a los indecisos.
Habrá
que entender que, también, este último grupo está dividido en tercios:
los que no van a votar y lo callan, los que van a anular su voto y lo
callan y los que, definitivamente, están en la indecisión total y que
conforme advierten los pleitos electorales, los chismes y los trending
topics, nomás quedan pior de indecisos que antes. Ya hay campañas para
convencerlos de votar y hasta de no votar, lo que afianzará lo ya visto
en las encuestas, esta será una elección de voto duro.
Pero eso no es lo verdaderamente importante. La gente hoy ve primeramente la imagen del candidato, su copete, su mochería, su amor y/o lo despeinado y, si bien nos va, en segundo término considera la propuesta,
si da cupones, si no pacta, si regala todo o si limpia al planeta,
aunque a ciencia cierta nadie entienda como pa´que sirve o si es viable.
El
verdadero meollo del asunto es cuando empezamos a analizar qué va a
pasar con la elección completa y estos serían los escenarios: Si gana el PAN,
seguro no va a tener mayoría en el congreso y, además, estaría
perdiendo dos gubernaturas, Jalisco y Morelos, por lo que viviríamos lo
mismo que hemos tenido en los 12 años del PAN, ninguna reforma y más
guerra ya que es casi imposible que gane con mayoría y,
desafortunadamente, al parecer no sabrían que hacer con eso.
Si gana el PRD,
sería el mismo caso, sin mayoría. Y cosa curiosa, en el DF va a pasar
lo contrario, si gana el PRD con los números que trae Mancera, va a
ganar y a obtener mayoría, ¿quién los va a detener? Van a hacer con la
administración pública de la ciudad lo que quieran y nadie los va a
parar. ¿Se imagina a las tribus del PRD sin freno?
Si la gente razona el voto, puede ganar el PRI en dos escenarios,
sin mayoría o con mayoría. En el primer caso, por medio de coaliciones
puede que pacte de manera fragmentada con algunos integrantes de
diferentes partidos, inclusive del PAN, y se empiecen a hacer las
reformas necesarias. En el segundo caso, el PRI con mayoría, es probable
que se muevan más rápido y, para legitimar su gobierno, empiecen a
agilizar las reformas, aunque pueda parecer lo mismo que en el DF con
mayoría, a nivel federal es mucho más complejo, está ya que hay que
tomar en cuenta la composición del Senado y las composiciones de los
congresos locales; eso daría cierto balance.
La gran duda es qué le conviene a México cuando sabemos que sin mayorías,
el país no avanza como lo hemos visto en los últimos 12 años: la
alternancia ha frenado el desarrollo económico y político del país.
Además
habrá que ver los temas que el país necesita afrontar urgentemente en
su justa dimensión: la inseguridad es un problema de aplicación y
cumplimiento de la justicia combinados con la corrupción, la cual es un
asunto de cultura y educación. Trabajo, Hacienda, Energía, son grandes
reformas estructurales y de diseño institucional; por lo que corresponde
a la Reforma Política y al rompecabezas estructural de la economía, se
cae en dos terrenos muy complicados: el primero es ganas de romper monopolios, tanto privados (telefonía, medios de comunicación, etc.) como públicos (los sindicatos tales como Educación, Pemex, IMSS, etc.); el segundo terreno es la voluntad para modificar el status Quo,
y cambiar el diseño institucional y el sistema (Reforma Electoral y
Política, más los temas tabúes: segunda vuelta, reelección,
parlamentarismo y otras tantas más).
Y
todo esto va más allá del candidato, son los diputados, son los
senadores y, finalmente, es la mayoría. Hoy, el verdadero dilema es
votar todo a un solo partido para obtener una visión de estado completa o
votar presidencia a un partido y el resto al otro, ése es el verdadero
dilema que tenemos como ciudadanos.
Hay
que fijarnos en quién está detrás de cada candidato y qué intereses
tienen los grupos que tienen detrás. De alguna manera, eso es lo
importante de los deslindes políticos que se empiezan a hacer.
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