A través de un histórico proceso electoral y de la
utilización por primera vez del sistema
de segunda vuelta electoral o “balotaje”, proceso incorporado en 1972 en las
leyes electorales pero nunca antes
utilizado, ganaron Mauricio Macri y su compañera de fórmula, Marta Gabriela
Michetti, la Presidencia y Vicepresidencia de Argentina, respectivamente. Ganan
esta segunda vuelta con un total de 51.40% en contra del 48.60% del candidato
“oficialista” Daniel Scioli.
La participación electoral en esta segunda vuelta
electoral fue del 80.8% de un padrón
electoral de un poco más de 32 millones de electores, de acuerdo con datos
oficiales de la Dirección Nacional Electoral de Argentina. Algunos datos
interesantes demuestran que del total del padrón el 30% tiene menos de 30 años,
el 52% no llega a cumplir 40 años de edad al momento de votar y 6 de cada 10
electores están entre los 45 años o menos al votar, lo que implica que Macri
gobernará para los jóvenes argentinos.
Ahora el
reto que Macri enfrenta hacia el interior del país es el de la
gobernabilidad; por una parte, Argentina tiene 23 provincias y la Ciudad de
Buenos Aires, Macri ganó principalmente en la Ciudad de Buenos Aires, en
Mendoza, San Luis y Santa Fe, pero perdió en las 16 provincias restantes. Por
la otra, va a enfrentar a un Senado con mayoría del Frente para la Victoria, 43
Senadores, en dónde se encuentran las fuerzas Peronista y Kirchnerista, y por
lo que toca a la Cámara de Diputados que cuenta en total con 257 escaños, el Frente
Peronista tiene, con sus aliados, un total de 155 diputados, mientras que el
bloque que apoya a Macri cuenta con 91. Encontrar un balance y apoyo para sus
políticas ante este escenario de gobernabilidad va a necesitar de mucho trabajo
político.
Independientemente de la reconstrucción del modelo
económico, el otro reto al que se enfrenta es la reconstrucción de las relaciones
internacionales de Argentina, por lo que no es de llamar la atención que
de los primeros actos como Presidente
Electo, hayan sido los claros mensajes hacia la comunidad internacional, en
especial al Mercosur. Primero, una llamada con la Presidenta del Brasil, Dilma
Rousseff; y en segundo lugar un mensaje muy claro en contra de Nicolas Maduro
de Venezuela, pidiendo la separación de Venezuela del Mercosur, este proceso
será muy largo ya que Venezuela acaba de ser incorporada a este Proceso de
Integración Regional, pero al parecer lo que busca realmente Macri a través de
estos mensajes es definir cuál es su postura geopolítica de apertura y
reconstrucción de sus relaciones, además de poner una línea de separación my
clara al movimiento de izquierda del bloque regional que se había conformado de
manera natural entre Venezuela, Bolivia y Ecuador. ¿Será que la estrategia para
cambiar al país será de afuera hacia adentro?
Esta posición de Argentina va a cambiar y generar
nuevos aires a la región. Seguramente, Macri entre otras tantas cosa, se tendrá
que enfrentar las recomendaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
para generar cambios estructurales que apoyen los factores básicos de un
segundo ciclo de reformas, principalmente para profundizar la
institucionalidad, eficientar al Estado, tener una administración más
eficiente, una mayor transparencia, así como un incremento de la productividad
y de la competitividad, entre otras tantas cosas que hay que hacer para que
Argentina recupere su liderazgo en la Región de Latinoamérica.
Ya veremos cómo se reconforma la región con un
Brasil debilitado y una Venezuela cada día peor.
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