Soy de la generación que vivimos con el fantasma del
comunismo chino, crecimos dentro de la famosa guerra fría en donde chinos,
rusos y, más cerca de nosotros, los cubanos eran los malos de la película y
todo lo que oliera a comunismo era los peor del planeta, hasta que vimos en las
noticias a aquel joven en la plaza de Tiananmén desafiando a un tanque de la
milicia en una manifestación en contra del régimen de gobierno.
En los últimos años, China se ha convertido una noticia
mundial, aprendió del mundo, aplicó todas las recetas económicas y sociales. Y
en esta, mi primera visita a la ciudad de Beijing, no hay más que asombro por
lo que veo. Primero, la dimensión de la ciudad y el concepto del espacio, las
dimensiones de todo son impresionantes, el aeropuerto es enorme, las calles,
los edificios, los palacios, los parques; mientras que en Tokio todo es
perfecto y en miniatura, aquí todo es gigante y como le decía a una doctora de
la Universidad de Tsinghua, en Beijing tienen mucho de lo mucho. Hay
automóviles por todos lados y todos son no más de 5 años de antigüedad, es en
donde más automóviles caros y lujosos he visto en la calle, Ferrarías, Audis,
BMW.
De ser un país con una antigua imagen de comunista, cerrado,
militarizado, oscuro y desconocido, se ha convertido en un mercado abierto, de
consumo, con una economía dinámica devoradora de bienes, productos y servicios
de todo el mundo. Cuando China compra fierro o concreto deja al mundo sin producto,
todo esto por las dimensiones de su población y economía.
En la ciudad, los embotellamientos son monumentales, salen
autos de todos lados, el metro es muy funcional y moderno, y todas las
distancias son impresionantes; uno puede creer que en el mapa se marca una
estación cerca a un lugar histórico, pero siempre habrá que caminar medio
kilómetro para llegar.
No se ve pobreza, aún en el camino a la Muralla en donde se
recorre una parte rural, la sorpresa es que todas las casas en cualquier
condición tienen calentadores solares de agua, por lo que se ve a poblados con
sus techos con paneles solares; en el camino se siguen viendo autos nuevos de
todos tipos; la infraestructura carretera es impecable y de lo más moderno.
Desafortunadamente, la contaminación sí es un verdadero problema, nunca en los
peores días de la Ciudad de México se comparan con lo que se vive en esta
ciudad, con frío no se distingue si es contaminación o neblina, pero lo
impresionante es la poca visibilidad que este efecto genera.
Me puse a ver la televisión con el ánimo de analizar el
famoso control del Estado, encontré 52 canales de televisión, con todo tipo de
programas de producción local ¡ya quisiéramos la calidad de producción que se
tiene! Programas de todo tipo, comerciales de productos, anuncios de las
empresas del Estado pero mostrando la grandeza del país y que hoy se tiene
energía eléctrica y servicios a lo largo de todo China; dentro de todo bastante
bonitos y sencillos, noticieros de todos tipos y una gran cantidad de programas
que hablan de su historia y sus valores, telenovelas actuales e históricas,
Muchos programas mostrando las diferentes regiones y sus culturas, muy
interesantes y didácticos, en el fondo, alentando los valores de su cultura. No
se ven malas noticias, se habla de los problemas como en cualquier ciudad del
mundo.
Todo esto muestra a una ciudad, cultura y país cosmopolita,
no se ve esa antigua esencia del comunismo fomentado en su tiempo como el
fantasma malo del mundo, es mas se ve una sociedad capitalista, consumista; en
el metro todos tienen su teléfono celular de última generación, y el día que
regreso a México, se lleva a cabo la venta anual de los solteros vía internet
con grandes descuentos y que se prevé que se venderán más productos que en el
famoso Black Friday de Estados Unidos. Hoy, el comunismo como se conocía en los
60 ya no existe.
Esto me hace reflexionar contra lo que pasa en nuestro país,
que hay una línea muy delgada entre el
comunismo actual de China y la democracia aplicada en los países de América
Latina, clamamos una mayor libertad, tenemos más instituciones, buscamos más
libertad, pero no tenemos más que pleitos, enfrentamientos, quejas, monopolios
económicos, inequidad, pobreza, poco desarrollo y bajo crecimiento; mientras
que acá en China el modelo económico que nosotros deberíamos aplicar, funciona
perfectamente, no hay pobreza, todos comen, todos son iguales, etcétera,
etcétera.
Lo más curioso es que las recetas capitalistas en un sistema
de control y comunistas aplicaron y dieron muy buen resultado. Contra lo que
todos los demás países piensan, aquí funciona al parecer y por el momento de
mejor manera, ¿será una lección al mundo capitalista, que el sistema
comunitario absorbió mejor el capitalismo controlado?
Occidente y México debemos de revisar las experiencias del
modelo de China para aprender lecciones y mejorar nuestro desempeño económico y
social, a nosotros, al parecer, tantas libertades de un modelo democrático no
nos están funcionado, los grupos facticos abusan de las libertades para seguir
controlando la democracia ¿Será que todo el mundo está asustado de los
resultados de esta combinación política y económica?
No hay comentarios:
Publicar un comentario