Por
fin empezamos a ver algunos resultados de la reforma educativa. Contra la
percepción pública de que no se está haciendo mucho, finalmente sí se logró
llevar a cabo la evaluación de los maestros y los resultados reportan una
participación del 83.4% de los sustentantes registrados.
Por
la otra, el Gobierno Federal cambió su estrategia con la CNTE, ya elaborada la
evaluación magisterial en todo el país, anunció que no va a sentarse a negociar
con ellos hasta que regresen a clases, asimismo, logró descalificar a los
líderes de la Sección 22 por los sueldos que cobran por hacer política y no dar
clases; estos maestros ya tienen demandas por violar la legislación vigente.
Ahora
en un acto sin precedente, el gobierno estatal de Oaxaca, con todo el apoyo
total y contundente del Gobierno Federal, anunció la desaparición del Instituto
Estatal de Educación Pública (IEEPO), inmediatamente, esta acción recibió el apoyo
de la SNTE, de Senadores de la Comisión de Educación, de la asociación que
vigila y cuida la educación, Mexicanos Primeros. La estrategia de comunicación
es muy clara y deja ver que el gobierno de Peña Nieto está echando toda la
fuerza del Estado en apoyo a este hecho y está buscando recuperar la
legitimidad lastimada por el asunto del “Chapo”.
En
el fondo, sin tapujos, simple y sencillamente el Gobierno Federal le acaba de
declarar la guerra a la CNTE.
Sus
dirigentes ante el anuncio salen a dar una conferencia de prensa con cara de
asombro y de susto, saben lo que significa en tiempo y forma; su primera
reacción es atrincherarse en el centro de la Ciudad de Oaxaca, raptando
camiones turísticos y para variar como en todos los años en medio de la Guelaguetza.
Desde
los tiempos de la Maestra Gordillo, los Institutos Estatales de Educación se
habían convertido en la forma que el poder sindical de los maestros tenían
cooptado los recursos de la educación y a los mismos gobernadores, ya
varios de ellos se habían quejado de que
no tenían el control de estas entidades ni de la educación y eran forzados por
los líderes sindicales a hacer lo que el Sindicado o la coordinadora se les
diera su gana.
Este
hecho significa romper uno de los grandes paradigmas del país y es un anuncio a
los demás Estados; ¿qué puede pasar? Todo, es la guerra total, hasta lo
podríamos comparar con la guerra que Calderón le declaró a los narcos el
sexenio pasado, de ese calibre. Además, por las circunstancias de la poca
credibilidad de la sociedad ante el gobierno es lo menos que se puede hacer, ¡ojalá
la mantengan! Hoy más que nunca el gobierno necesita endurecer su posición para
demostrar la fuerza del Estado ante la implementación de las reformas
estructurales.
Si
recordamos a manera de línea del tiempo, podemos ver la evolución del tema. Primero,
ante las elecciones, se retrasa la evaluación magisterial; se detona
comparecencias de los responsables de la reforma ante legisladores; va Emilio
Chuayffet y pide que se defina quién es el patrón de los maestros, le llueven
críticas, pero tiene razón es un asunto indefinido; también va Gabino Cué y
expone las debilidades del sistema estatal. La semana pasada regresa el
Gobernador Cué y se declara rebasado ante la problemática de la educación y
ahora vemos el anuncio. El gobierno en medio de todo esto armó su estrategia y
ahora la hace realidad.
Hace
unos días en una conferencia en la Ciudad de Querétaro me preguntaban qué hacer
con el tema de la educación, que cuándo el gobierno detendría a los maestros;
en ese momento la primera parte de mi respuesta fue que a pesar de que es un
asunto muy complicado ya que durante años se tejió una maraña de asuntos muy
bien planeados por los maestros en su momento y aceptado por las autoridades
por omisión o conveniencia, sería
cuestión de tiempo, ya vemos con esto los primeros pasos.
La
segunda parte de mi respuesta fue con varias preguntas: ¿cuándo como sociedad
haríamos algo para apoyar al gobierno en este tema en lugar de sólo exigir que
haga lo que debe y si no lo hace criticarlo? ¿Cuándo como sociedad vamos a
decir “ya basta a los malos maestros”, por qué debemos de permitir que la CNTE
haga lo que quiera? ¿Hasta cuándo vamos, como sociedad, a reprobar públicamente
lo que hacen los líderes sindicales? ¿Necesitamos una anti revolución de la
primavera en la ciudad, necesitamos salir los ciudadanos y ponernos enfrente de
la CNTE para cuando vuelvan a querer venir a la ciudad de México a hacer una
manifestación? ¿Cómo les demostramos que somos más los que queremos que dejen
de existir, que vuelvan a clases y se conviertan en buenos maestros? Recordemos
que al final del día son maestros, son trabajadores del Estado y que nosotros
les pagamos su sueldo y no estamos de acuerdo que además vengan a desgraciarnos
la ciudad y la vida de los niños Oaxaqueños.
¿Hasta
cuándo lo permitiremos como sociedad? Te invito a opinar y a actuar.
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