Entender
la transformación de un país como es México no es fácil y menos si queremos
verlo a través de la mirada tradicional con la que hemos visto el país en los
últimos años. Si leemos los diarios, vemos lo memes y escuchamos los
comentarios en reuniones, la percepción pública es que México está al borde del
precipicio. Yo no pienso así y sé que hay cosas que están mal aún, pero en
general veo a un país en medio de una gran transformación, lo que me hace
recordar el dicho de que “la noche se pone más oscura cuando está a punto de
amanecer”.
Lo
curioso es que en efecto no podemos negar que hubo un momento en el que todas
las fuerzas de poder se pusieron de acuerdo en hacer reformas estructurales que
no se habían hecho nunca, ese fue el primer paso. Lo que sigue es que se genere
el cambio en las estructuras económicas, políticas y sociales y ahí es en donde
la noche se pone más oscura, el cambiar las formas de hacer las cosas,
enfrentar la perdida de los beneficios tradicionales y aceptar toda la derrama
de ajustes que como sociedad, empresas y entidades gubernamentales tenemos que
hacer, implica el gran reto. Verdaderamente ahí es en donde se está probando
nuestra sociedad y es cuestión de voluntad, ganas y tiempo; lo que me queda
claro es que este cambio le cuesta más trabajo a los viejos que se enfrentan a
los paradigmas tradicionales que a los jóvenes que están más esperanzados a que
las cosas cambien y mejoren, pero como sociedad no es fácil enfrentar juntos un
cambio de esta magnitud.
No
nos hemos dado cuenta, pero si comparáramos el cambio que estamos viviendo actualmente
con alguna otra época de México, no es comparable cuando enfrentamos los
cambios que generó el TLC; sería más cercano a la transición que el país
enfrentó durante el Porfiriato y hablamos de 30 años. Si comparáramos con los
movimientos juveniles del 68, en dónde los jóvenes sí querían cambiar el
sistema, habría que reflexionar que el país se los negó ¿no estaremos ahora en
un juego a la inversa?, ¿no son los babybomers los que hoy les cuesta trabajo
permitir el cambio necesario?
Según
las estimaciones de Banco Mundial, nuestro país en el 2050 podría llegar a ser
la 8ª economía mundial, sí, México estaría nuevamente dentro de las diez
economías más grandes del planeta, en tan solo 35 años, el reto es mantenerla
en esa posición y que se refleje en el bienestar de la población de manera
constante, lo que significa que la generación de jóvenes que tienen 20 años
actualmente, estarían en plena madurez disfrutando de un país que sería una
potencia mundial. Esta misma generación es la que debe de trabajar y vivir los
cambios para que el país logre, la grandeza a la que siempre ha estado
destinado.
¿Qué nos retrasa, por qué no llegamos más rápido? Porque
simplemente no queremos, porque las generaciones tradicionales no quieren
perder sus privilegios, porque es más fácil desarrollarse y vivir en un país
donde no hay justicia, dónde no se respetan las leyes, donde la impunidad es la
base de la actuación social; veamos cuantos casos de “mirreyes” o las “ladies”
tenemos haciendo tropelías sociales o cuantos políticos quieren llegar al
puesto público sólo para “servirse”, o veamos la oculta corrupción en las
empresas privadas, la cual nadie reconoce o de la cual no se quiere hablar.
En el fondo, estamos viendo el verdadero
enfrentamiento de generaciones, por dos tipos de vida, valores y desarrollo, la
duda es si seguimos igual o aceptamos el cambio. Por suerte, hay jóvenes que sí
están empezando a creérsela, a ser responsables de este cambio; lo que debemos
de hacer como sociedad es empoderarlos para hacer el camino más fácil.
Ahora bien, entender la transformación de México
no es fácil, como lo mencioné al
principio, si sólo nos seguimos viendo hacia el interior; para un mejor
entendimiento es necesario que primero analicemos la geopolítica mundial, no
estamos aislados, dependemos de todo el mundo, sus compras, sus inversiones y
habría que aceptarlo también de sus reglas y el juego económico mundial ¡Ni
modo, ya crecimos! Después entender nuestra posición dentro de las Américas, y
finalmente entender la posición geopolítica interna de cada una de nuestros
estados y ciudades, hoy tenemos Estados que crecen a una tasa del 7 % y otros
que están en cifras negativas; de aspectos sociales y pobreza ni que decir de
las diferencias. Pero si queremos seguir viéndonos desde abajo hacia arriba, va
a ser difícil entender hacia dónde vamos y las oportunidades que tenemos.
En lo político de igual manera se están generando
cambios, el asunto de los independientes no es un tema menor, la dispersión del
voto, los nuevos partidos y el que la sociedad este tomando mayor participación
social, son muestras de la gran transformación en la que estamos inmersos, pero
veo a una sociedad que sigue actuando como si no pasara nada, una sociedad que
esta fascinada y adormecida en el placer de la queja social oficializada en 140
caracteres, o en un meme de facebook, o dejándose llevar por la repetición
fácil de la simplista opinocracia digital.
Sí, sí me queda claro que por el momento la situación
está más oscura, pero ante tanta oscuridad yo prefiero proyectar en mi mente y
mi visión ese gran futuro del México del 2050 y empoderar a las futuras generaciones
para que ayuden a construir y diseñar.
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