Los medios ya no son lo que eran antes… tampoco la
sociedad mexicana
En los últimos meses hemos visto como se ha
transformado el panorama de los medios en México, esto tiene varias razones;
las principales a mi juicio han sido: primero, el natural cambio por el avance
de las tecnologías, el crecimiento de Internet y la penetración de las redes
sociales, sobre todo a través de los dispositivos móviles, lo que ha generado
que la sociedad participe con mayor libertad y se exponga con más transparencia
las acciones de todos los ciudadanos.
En segundo lugar están las reformas en materia de
telecomunicaciones que presionaron para el apagón analógico, y al mismo tiempo
las licitaciones de nuevas cadenas; la amenaza de nuevos jugadores y la
repartición de un mercado de publicidad que no crece y que al contrario
abandona los medios tradicionales para ir a una gran velocidad hacia el
contenido de Internet y las redes sociales, asunto que no es menor,
comercialmente hablando.
Y una tercera razón es el inicio de las campañas
electorales del 2015, lo que siempre genera movimientos y una nueva alineación
en los grupos de poder, sus subsecuentes brazos mediáticos y los periodistas
alineados a estos medios. Todo esto en medio de una crisis económica mundial,
una transición tecnológica impresionante y un país en medio de una
transformación que genera síntomas de crisis económica.
Los resultados han estado a la vista de todos, a
principios de año, un grupo de periodistas cambiaron de un medio a otro; hace
unas semanas en un hecho insólito para unos y no tanto para otros, despiden a Carmen
Aristegui de la estación de radio dónde trabajaba; posteriormente, vemos ascender
a Olegario Vázquez Aldir como dueño de una de las nuevas cadenas de televisión
nacional, y por el contrario, vemos caer a Francisco Aguirre, en una mala
apuesta en esa misma licitación, lo que representa al parecer la caída del
viejo modelo que tenia México respecto a los medios de comunicación: obtener
una frecuencia del Gobierno y que además el Gobierno financie el proyecto de
implementación. Este México nuevo ya no es igual.
Como estamos viendo, en materia de comunicación, en
México se están rompiendo todo tipo de paradigmas, la comunicación política del
gobierno y de todas las dependencias ya no se puede seguir manejando igual.
Prueba de lo anterior es la caída de David López como Director de Comunicación
de la Presidencia, la vieja práctica periodística ante todo este cambio digital
ya no le alcanzaba. Al mismo Miguel Mancera en el DF le pasó lo mismo, pero
tomó una sabia decisión, trajo a Óscar Kaufmann, un profesional de la
comunicación, de manejo de crisis y “no periodista del viejo cuño”, el
resultado, ya entró en control y ha sorteado muy bien los últimos meses y sobre
todo este difícil tiempo de elecciones. Eduardo Sanchez Hernandez, el nuevo Vocero
de la Presidencia, está llegando, se está acomodando y ya veremos cómo lo trata
el vendaval de ataques y la guerra electoral del 2015.
En el caso de la comunicación electoral,
desafortunadamente estamos en medio de una crisis monumental que va a ser muy
dolorosa para los ciudadanos y el sistema, pero muy necesaria para romper ahí
también los viejos paradigmas y mitos generados desde la alternancia. Cómo joven democracia, pareciera que estamos
en una adolescencia en dónde los partidos se dedican, como cualquier joven, a
usar todo tipo de artilugios y artimañas con el único propósito de ganar una
elección, sin pensar en la destrucción de la confianza y la zozobra que están
generando en la sociedad.
Hablando de esa adolescencia, baste decir que desde
el año 2000 a la fecha, 15 años, hemos tenido tres presidentes, 6 elecciones
con la de este año: tres presidenciales y tres intermedias, dos reformas
electorales, y un cambio del modelo del árbitro electoral, pasamos de un IFE a
un INE, cierto bajamos los tiempos
electorales, pero el costo ha incrementado terriblemente.
Hoy, el nivel de comunicación electoral y su
calidad deja mucho que desear, se dicen mentiras, se mientan la madre, se
atacan por atacarse, y los electores, la sociedad y el sistema político están
indigestados, empachados y aún no se sabe cuál va a ser el desenlace final.
Pero no se augura nada bueno, excepto que esa indigestión va a generar la
necesidad de cambiar de modelo de comunicación. Basta escuchar el bombardeo de
spots que es totalmente deprimente.
Dentro de todo esto, los ciudadanos se alejan cada
vez más de la política, asqueados de la opinocracia e información tendenciosa,
y refugiándose en las redes sociales que se ha convertido en el patíbulo público,
donde se mueven las conciencias como en los tiempos de las decapitaciones
monárquicas, pasamos del grito masivo de sangre, sangre, al horror y pena
publica del linchamiento.
Enfrentemos esta locura por una supuesta mejora de
la democracia.
Asuntos paralelos
Por cierto, a partir de esta semana además de
seguir escribiendo esta columna, iniciaré un programa de entrevistas en un
canal de Youtube, a mi nombre. Inicio entrevistando a diferentes candidatos a
puestos de elección popular, con el fin de dar a conocer a los ciudadanos las
diferentes opciones y sus propuestas. Los invito a suscribirse a mi canal.
Se invita a todos los candidatos de todos los
partidos a que nos contacten para ser entrevistados.
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