El oportunismo político no es exclusivo de México. En Estados Unidos
acabamos de ver un ejemplo, con el pleito por la ampliación de techo de deuda.
Aquí, vemos cómo políticos oportunistas reaparecer en la escena pública.
Washington, D.C.- Estados Unidos finalizó lo que le llamaron el “apagón”. Por segunda
vez en el año, el gobierno americano, por un problema y una diferencia de
criterios en el manejo de la administración gubernamental con su Congreso y,
principalmente, con el partido de oposición, el gobierno tuvo, por falta de
presupuesto, que cerrar la mayoría de las operaciones gubernamentales.
La ciudad de Washington,
el centro administrativo de una de las principales economías, parecía una
ciudad fantasma, no había bullicio en las calles, no había movimiento
diplomático, los restaurantes estaban semivacíos, algunas cuantas personas en
las calles. Toda la parte conocida como “el Mall”, donde se encuentran los
principales museos que tradicionalmente siempre están efervescente de gente de
todas las edades, ciudades, países, llenos de estudiantes, desde niños hasta
jóvenes de todas las universidades, un centro cultural inmenso, se veía
totalmente vacío, como novela de Tom
Clancy o novela de Dan Brown con
alguna de las típicas conspiraciones; técnicamente, una ciudad fantasma. Por
alguna razón, por los jardines se lograba ver una gran cantidad de corredores
solitarios, mismos que, me dio la impresión, todos eran funcionarios públicos
que se ejercitaban mientras no tenían que ir a sus oficinas por el famoso
apagón de actividades.
Me contaba una funcionaria del Senado que en las
oficinas se recibían llamadas de ciudadanos americanos molestos, algunos
gritando por no poder recibir sus sueldos y pensiones, otros, simple y
sencillamente, enojados y que después de quejarse terminaban llorando,
suplicando la terminación del pleito.
El día de hoy, después de un supuesto arreglo
político, el país volvió a la vida, poco a poco, desde la mañana, se empezó a
sentir más movimiento y, en los medios, cada una de las partes exponían sus
posiciones. Obama decía en un
discurso que si el Congreso no estaba de acuerdo con sus propuestas, que las
cambiaran, no que detuvieran la operación del gobierno. Es curioso, si pensamos
en la política mexicana, eso es algo “normal”, es un asunto de posiciones
extremas y de berrinches; pero en la política americana era algo que, hasta donde yo entendía, nunca había pasado.
No cabe duda que en los Estados Unidos se están generando
situaciones que nunca antes se habían vivido, nunca antes hubo crisis políticas
internas de este alcance o crisis económicas como la actual. Tampoco era común
escuchar de pobreza extrema. Como decía un ex presidente de un país
Sudamericano, los americanos deben de aprender de los latinoamericanos que
hemos vivido constantemente en crisis, ahora ellos la están pasando muy mal.
Pero, al parecer, los problemas ya son mundiales,
la inequidad, la pobreza, las crisis económicas, ya se convirtieron en
problemas comunes, incluso de los países
en desarrollo. Lo peor de todo es que las actitudes de los políticos en estos
momentos críticos también parecen que se están generalizando en todos los
países y México, por supuesto, no
está fuera de esta situación.
Hoy vemos como, ante una serie de propuestas para
llevar a cabo las reformas estructurales que el país necesita, es cuando los
políticos sacan las peores caras. Claro, alguien podría decir “no ha cambiado
nada, los políticos son los profesionales de las oportunidades”, y están en lo
correcto, pero ahora están pasando a ser oportunistas sin escrúpulos y, lo más
curioso, es que entre ellos mismos se están cerrando los caminos. Lo malo es
que están impidiendo que el país avance y eso es lo más grave.
Estamos viendo como todos se pusieron, de inicio,
de acuerdo ante un pacto político, pero cuando empezaron a sentir que eso
estaba construyendo para la imagen del gobierno actual, todos se empezaron a
pelear y a sacar lo peor de cada uno de ellos y, dentro de los propios
partidos, se empezaron a pelear.
Ahora sale que hasta los grandes perdedores
empiezan a salir de debajo de las piedras; Marcelo
y Josefina se lanzan a buscar
espacios y a tratar de lograr posiciones políticas en los nuevos tiempos. Al
parecer, recuerdan sin pena sus malas decisiones y actos. Lo peor es que, aparentemente,
se olvidan que decepcionaron a un gran número de ciudadanos y a lo mejor creen
que éstos no se acuerdan de la afrenta. En fin, el tiempo hablará por sí mismo,
pero no cabe duda que estamos viendo a políticos oportunistas reaparecer en la
escena pública. Qué pena.
Analista Político
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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