La innovación social empieza ya a tener cabida en la perspectiva
ciudadana de Iberoamérica para aumentar la participación y el desarrollo
generado por todos los ciudadanos.
En
días pasados se llevó a cabo en la Ciudad de Panamá la XXIII
Cumbre Iberoamericana de jefas y jefes de Estado y de
Gobierno. Esta reunión tuvo la asistencia de 11 Jefes de Estado y se discutió
el camino que deberá de tener América
latina para el futuro.
Un
elemento diferenciador de esta reunión fue el hecho de que, en el marco de la
Cumbre, se llevó a cabo el Primer Encuentro Iberoamericano de Innovación
Ciudadana, que fue convocado por el proyecto Ciudadanía 2.0, organizado por la
Secretaría General Iberoamericana (SEGIB)
en conjunto con el Programa de Participación Ciudadana de Presidencia de
Panamá, la Secretaría de Cultura de la Prefeitura de São Paulo, la AECID, la
Fundación Unidos en Red y la CAF.
La buena noticia es que no sólo se está tomando
en cuenta que la innovación puede ser un elemento diferenciador en el crecimiento
de la región, como lo afirma el reporte de Perspectivas Económicas de América Latina en 2014 que
presentó la CEPAL, sino que, además,
la innovación social empieza ya a tener cabida en la perspectiva ciudadana de
la región para aumentar la participación y el desarrollo generado por todos los
ciudadanos de Iberoamérica.
La iniciativa del proyecto Ciudadanía 2.0 da el
primer paso formal para que la innovación social sea una realidad. En esta
cumbre se envía una carta a todos los jefes de Estado que establece 13 puntos
para conformar el marco de trabajo para los próximos cinco años y en donde se
pide el apoyo a todos los mandatarios. Los principales puntos en los que se
basa el acuerdo son los siguientes: se pide a los jefes de Estado impulsar la
innovación ciudadana en todos los países de la región; se entiende a la
innovación ciudadana como la participación activa de ciudadanos en iniciativas
innovadoras que buscan transformar la realidad social; los nuevos ciudadanos
proactivos articulan sus intereses en la red y expanden su participación al
margen de los canales tradicionales para convertirse, así, en agentes del
cambio en cada país; por los grandes beneficios que genera la innovación
ciudadana es necesario sistematizar, mapear y generar bases de información para
estructurar las experiencias y poder medir su impacto; esta acción logrará
identificar las iniciativas y crear sinergias en toda la región.
Al mismo tiempo, se declara que la acción de los
gobiernos y el apoyo a estas iniciativas a través de políticas que faciliten el
derecho de acceso a la información, la transparencia y la rendición de cuentas,
apoyará a la gobernanza de las diferentes administraciones gubernamentales; el
rol de los gobiernos ante este tipo de proyectos debe de ser como facilitadores
y aceleradores de estas iniciativas; se pide, también, que los gobiernos abran
apoyos económicos a este tipo de iniciativas.
En la declaratoria a los Jefes de Estado, también
se habla de que las empresas privadas y públicas deben jugar un papel de gran
importancia, dado que, a través de sus programas de responsabilidad social, se
abren nuevas formas de apoyar a la sociedad a través de estimular estas
iniciativas de innovación ciudadana; también, es de vital importancia que las
Pymes participen, con el único fin de mejorar las condiciones de competitividad
en los países y, con esto, mejorar el desarrollo económico. Por último, todo
este esfuerzo debe estar basado en que se fortalezca el desarrollo de las
tecnologías digitales y reducir la brecha digital.
A través de esta iniciativa, podemos estar
seguros que la innovación ciudadana es una realidad. Por nuestra parte, en México, ya podemos encontrar
iniciativas de innovación ciudadana; la gran ventaja que aporta este marco de
referencia a nivel Iberoamericano es el hecho de que podemos compartir las
iniciativas a nivel regional y mejorar la gobernanza y competitividad en toda
la región.
Puede ser un gran aliciente que el viejo proyecto
de la integración latinoamericana, que no han podido lograrlos políticos de la
región, ya sea por el exceso de atavismos históricos o por las grandes
distancias, pueda ser logrado por la voluntad de los ciudadanos y la cercanía
de las redes digitales, como bien decía Thomas
L. Friedman en su libro “La Tierra es Plana”.
Analista Político y Miembro del Foro de Mercado Emergentes
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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