¿Qué hacer con
este México que se niega a cambiar, con los políticos que están detrás
de las manifestaciones y bloqueos y que sólo ven por mantener sus intereses
económicos?
Vemos
con horror lo que pasa en las calles de la ciudad de México, un grupo minoritario de supuestos maestros toma el Zócalo, bloquea el aeropuerto, se
adueña de los exteriores del Poder Legislativo y bloquean a embajadas
extranjeras, todo esto con un supuesto objetivo que lo más seguro es que lo
desconozcan en su gran mayoría los manifestantes porque cuando se les pregunta
unos dicen que es por la reforma educativa y cuando pueden también se quejan de
la reforma energética.
A esto
le sumamos que algunos de los manifestantes viene con miembros de la familia seguro a vacacionar,
hay que aprovechar el viaje pagado ¿no?, y según algunas escenas en la
televisión con equipaje completo y preparados para pasarse varios días tirados en
la plancha del centro del DF; todos
reciben instrucciones muy precisas y se mueven a donde les ordenan de manera
muy disciplinada, y repiten las mismas consignas que es muy seguro que les
dicten sus líderes; llegan sin dinero porque no han cobrado su sueldo pero
alguien los trae, y hasta les da las tiendas de acampar y las lámparas
nuevecitas. Para colmo, quieren que hasta su sueldo por no trabajar se los
paguen y traigan hasta donde se están manifestando. Parecen acarreados, suenan
a acarreados, y definitivamente, todo indica de manera clara y contundente, que
son acarreados.
El
sistema político entiende que son acarreados, las autoridades los saben, los
políticos de igual manera, y por supuesto los medios de comunicación también; y
es muy probable que una gran parte de la población también lo empiece a
entender, el resto lo asume, otros lo imaginan y los que dicen que no lo saben,
a estas alturas del partido se hacen como el tío lolo, locos solos. Y entonces,
¿a qué jugamos en México?, ¿por qué
aguantamos y sostenemos este tipo de prácticas políticas? Hasta que los
ciudadanos reaccionemos, esto no tendrá fin. Ayer mi hijo me preguntaba, ¿si no
pueden los policías, por qué los ciudadanos no los quitamos? Buena pregunta,
pero desafortunadamente sin respuesta.
Como
ciudadanía, la última manifestación de este tipo y magnitud la vivimos
posterior a la elección de 2006, y aguantamos con muchas molestias 48 días de
bloqueo de la Avenida Reforma; fue
una experiencia traumática pero al final del día fue aleccionadora, es un
asunto de políticos que están detrás de los acarreados buscando su interés
personal en cuestiones de poder o como dijeran en las películas gringas de
policías y ladrones, después de tanto drama son unos simples y llanos ladrones.
En este caso podemos decir que después de disfrazar todas sus estrategias y
demandas, vestirse de desarrapados, atropellados por el sistema y clamar
razones justas para justificar sus acciones, terminan siendo unos simples y
llanos corruptos, prisioneros de líderes políticos manipuladores.
Como en
otras ocasiones, hay molestia en la ciudadanía por las afectaciones, pero a
diferencia de otros tiempos, en esta ocasión, no hay empatía de la población
con ellos, ni con sus argumentos, ni nada. Al parecer esta ciudad, después del
monumental engaño de AMLO y el PRD con su bloqueo que destruyó su
imagen y carrera, ya empezamos a estar curados de espanto y no nos creemos
nada, aunque es seguro que quieran aprovechar esta ocasión para recuperar la
reputación y credibilidad perdida bajo las tiendas de campaña vacías de Reforma, en aquellos días de 2006.
Y
entonces la pregunta es ¿qué hacer con México?
Sobre todo cuando en esta ocasión, no estamos viendo una lucha electoral, ni
siquiera a Peña Nieto en contra de
los maestros; estamos viendo a un gobierno que quiere cambiar, a como dé lugar,
los viejos sistemas clientelares que los antiguos políticos armaron para
perpetuarse en el poder y financiado por el mismo sistema.
Y en
este caso, empieza a desnudarse de manera real que la supuesta batalla en contra de la
reforma educativa no es por la evaluación en sí, es simple y sencillamente por
el dinero, por el presupuesto, ya que si hay evaluación es muy seguro que a más
de la mitad de los supuestos maestros que no son maestros, que no saben
enseñar, que no saben la historia de México
y que seguro reprueban el más mínimo examen de matemáticas o historia los van
corren, porque las plazas las heredaron o las compraron, y por ende sus líderes
no podrán cobrar el dinero de los sueldos, ni las cuotas sindicales, ni los
bonos, y se acaba la fuerza para presionar al gobierno, por lo que estos
movimientos no son más que de ladrones y corruptos.
En el
fondo vemos que es una lucha de un nuevo sistema político administrativo en
contra de una vieja práctica, usando la vieja tácticas de aventar a la carne de
cañón por delante, por eso traen niños y mujeres, porque vienen a provocar, a
buscar una reacción para hacer quedar mal a las autoridades, tanto de la Ciudad
de México, como las federales, es un
movimiento intestino de los viejos grupos políticos.
¿Qué
hacer con este México que se niega a
cambiar, con los políticos que están detrás que sólo ven por mantener sus
intereses económicos y que ahora que se necesita cambiar, ellos, los que se han
hecho millonarios por los negocios del gobierno, son los que sacan a sus
huestes más débiles y corruptas a pelear a la calle, abusando de algunos
idealistas e inocentes y colocando a sus ejércitos de provocadores detrás?
Una vez
más, en la ciudad tendremos que apechugar. Apelamos a nuestras autoridades a
que tengan la sagacidad, inteligencia para resolver el tema, dependerá del
desarrollo de sistemas de inteligencia y actuación preventiva el no dejar que
esto se generalice y que no estalle, sobre todo para no darle pie a los
enemigos de México a que ganen esta
partida.
Analista Político
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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