martes, 16 de octubre de 2012

Nuevos partidos



Hoy, después de las elecciones, tenemos a todos los partidos con grandes problemas; como consecuencia lógica, algunos grupos quieren sacudirse de toda esta inercia y vemos que empiezan a surgir nuevos movimientos para crear diferentes opciones políticas.
                                  
El sistema de partidos políticos en México ya quedó obsoleto; por una parte, ya no cumple con las expectativas de los ciudadanos y, como muestra, vemos que no han podido consolidar a su militancia, el voto de castigo sigue mandando, y los procesos de credencialización y búsqueda de nuevos militantes no han funcionado. Grandes inversiones en este rubro han sido llevadas a cabo con grandes fracasos en todos los partidos.

Por lo que corresponde a las necesidades de los grupos de poder, tampoco ya el sistema los satisface, basta ver que, en la última elección, en ningún partido quedaron satisfechos por los procesos de selección de candidatos; hoy, esos procesos, sobretodo en el caso de los legisladores, arrojan una gran decepción a  grupos y ciudadanos y, como ejemplo, tenemos legisladores enfermos y con desafortunados y lamentables decesos; otros, los típicos chapulines políticos, otros, asesinos, otros más, porros y, hasta el colmo, algunos más, incluso con antecedentes penales, según esto.

Otra muestra más de este ineficiente sistema partidista, es que casi todos los partidos tuvieron que tomar la decisión de traer candidatos ciudadanos, por no tener militantes reconocidos y con la fuerza suficiente para encausar una elección, lo que implicó grandes fracasos con excepción, claro, del supuesto caso de Miguel Mancera, el cual fue un poco de simulación ya que se hizo pasar como candidato ciudadano cuando había trabajado para la administración perredista de Ebrard, pero, obvio, se dice ciudadano porque no está afiliado al partido, pero en el fondo, con o sin credencial, era parte del grupo perredista y del grupo de Ebrard y Camacho. No sé usted, pero al ver ahora a la Wallace y a Quadri en sus actividades diarias y sin el halo de candidato, a ninguno de los dos me los imagino gobernando.

Hoy, después de las elecciones, tenemos a todos los partidos con grandes problemas: endeudados, sin consistencia, con pocos militantes, divididos, con enfrentamientos internos y sufriendo abandonos y disidencias.

Como consecuencia lógica, algunos grupos políticos quieren sacudirse de toda esta inercia y vemos que empiezan a surgir nuevos movimientos para crear diferentes opciones políticas que, en un futuro cercano, los veremos convertirse y/o consolidarse como partidos políticos. Lo curioso es que estos movimientos tienen una constante: viejos líderes disidentes buscando a los futuros votantes, los jóvenes; revisemos la lista, AMLO, Manuel Espino, Ramón Sosamontes, René Arce, Dante Delgado y se dice que pronto se unirán a estos esfuerzos Manuel Camacho y Marcelo Ebrard. A todos ellos, seguramente se irán uniendo dirigentes de otros partidos fallidos en búsqueda de volver a acceder al juego político, las prebendas y el dinero del IFE.

El problema es que estas asociaciones políticas, seguramente, nacerán con tres problemas básicos: viejas mañas y prácticas, refritos de ideologías políticas y el mismo antiguo principio, la toma del poder. De la representación ciudadana para generar bienestar y beneficios sociales, como diría el viejo chiste, ni hablemos, no está en el mapa de estos líderes por la simple y sencilla razón de que, difícilmente, entienden a los jóvenes y a la nueva sociedad.

En fin, ya estaremos viendo cómo se define el flamante panorama de las nuevas opciones políticas en nuestro país.

Consultor

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