¡Qué bonitos anuncios!
Ayer
por la noche, mi hija más pequeña vio en la televisión uno de los anuncios del Presidente Calderón referente a su
próximo y último informe de gobierno; su comentario al final fue: ¡qué bonitos anuncios!
Cuando yo tuve la oportunidad de verlo, me
tocó la versión en donde habla de cómo combatió a la delincuencia organizada. Debo
de confesar, fue la primera vez que vi estos anuncios y, a la hora que escribo
esta columna, desconozco si existen otras versiones, quiero suponer que sí; al
principio, cuando se desarrolla la trama, lo primero que se me vino a la mente
fue (sin saber que era la campaña del Informe
de Gobierno): “ésta es su campaña para crear la imagen para su retiro en la
política como ex presidente”. Al seguir observando la trama y ver una excelente
producción del comercial, con un tinte oscuro (no tanto como los primeros de la
patética campaña de Josefina), sólo
lo suficiente para darle el tiente dramático que requería el mensaje para
demostrar lo difícil de la situación, pensé: ¿Por qué no sacó estos anuncios
hace dos o tres años con el fin de convencer a la población de la legitimidad
de su decisión? Así como mi hijita, yo también pensé que los anuncios están muy
bien logrados y con el toque emotivo necesario, es un buen ejemplo de una buena
comunicación política. Ya al final del comercial, vi que eran parte de la
campaña del último Informe.
Independientemente
del motivo del Informe, definitivamente tienen la intención de informar las
principales acciones de gobierno con el punto de vista sexenal y,
definitivamente, la campaña tiene el propósito de limpiar la imagen del Presidente Calderón ante su inminente salida
como jefe del ejecutivo.
Parte
de los objetivos de toda campaña gubernamental, es generar reputación al
gobierno en turno y a su legítimo representante y, al parecer, esta campaña lo
va a lograr. Esto viene a colación, ya que a unos días de dejar la posición,
paradójicamente y por un asunto plenamente electoral, el movimiento de la
izquierda, con AMLO a la cabeza, quien
nunca quiso reconocer su mandato y que nunca lo bajo de Presidente Espurio, en un arranque de desesperación hace una semana
le pide que entregue la información de las Secretarias a su cargo, para apoyar
la impugnación en contra de Peña Nieto.
Este simple hecho, le da a Calderón
la legitimidad por parte de la izquierda y antes de irse de la Presidencia, lo que hace que su mandato
esté plenamente reconocido por la oposición antes de finalizar su periodo, lo
que le regala, como premio de consolación, la legitimidad que tanto le hizo
falta durante más de cinco años.
Semana
compleja viviremos por el anuncio del Tribunal Federal Electoral.
Consultor
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