Está por iniciar 2012, un año que ha generado
todo tipo de expectativas en la humanidad. Normalmente, se ha hablado más de
las fatídicas, hemos oído que se conjuntan las profecías de los mayas con otras
tantas más.
Hoy, el pensar en el próximo año da pie a
inventar todas las teorías del caos que se nos puedan venir a la mente; días
atrás, platicando con un amigo acerca de esas cosas fatales que podrían pasar y,
en plan de broma, de plano le decía que el 2012 no era el problema, el
verdadero problema era que solamente faltaban 16 días para que llegara; al oír aquello,
estallamos en risa hasta el cansancio, claro de pura angustia.
La última vez que recuerdo que la llegada de
un nuevo año causara tanta expectativa fue el famoso año 2000, con aquella
historia de que los sistemas no estaban programados más allá del año 1999 y que,
al registrarse el año 2000 en todas las computadoras, estas dejarían de
funcionar, y de ahí, se dejaron venir todas las fantasías habidas y por haber.
Hoy nos encontramos ante el umbral de un
nuevo año, el cual nadie a ciencia cierta, como en cualquier otro inicio de
año, sabe qué puede pasar, es usual que el humano, ante lo desconocido, siempre
tenga temores y, en éste en especial, nos hemos pasado los últimos cinco años
inventando todo tipo de catástrofes inimaginables y, ante esto, se me viene a
la mente que si en lo individual el humano es muy propenso a ser destructivo,
en lo colectivo, qué decir, el 2012 se ha convertido en toda una industria, la
cual “by the way”, como dijeran los gringos, por añadidura ha generado muchas
ganancias.
Lo que sí es un hecho es que todo este
pensamiento alrededor del año 2012 está generando en nosotros, los humanos, una
conciencia distinta sobre todos los sistemas que utilizamos y sobre el cómo
vivimos, ha crecido la conciencia sobre el cuidado del planeta, se está
generando una cognición diferente sobre el modelo económico mundial.
Simplemente veamos las recientes
manifestaciones mundiales, en contra de los excesos de la economía, que
paralizaron a todos los puertos de la costa del Pacífico, desde San Diego hasta
los puertos de Canadá; se dice fácil, se ve fácil en las noticias de la
televisión, pero es un movimiento que, silenciosamente, ha ido creciendo,
simplemente con la conciencia humana y, así, la humanidad quiera o no ha
entrado en un ciclo de reflexión con la forma de vida con la que hoy tenemos.
En lo individual, pasa exactamente lo mismo,
nos puede ganar la incertidumbre del futuro; como país, no estamos ajenos a
todos estos vaivenes de la humanidad, adicionados con las diferentes situaciones
con las que nos enfrentamos como mexicanos, una elección que pareciera muy
complicada y escenarios políticos que denotan una gran lucha de antiguos
poderes que se están tratando de reacomodar con base en viejas facturas y
afrentas, nos hacen ver escenarios en donde se están repitiendo viejos y
desgastados patrones, en donde se utilizan viejas fórmulas que han sido
desastrosas para el país y, por supuesto, todo esto no hace que el ambiente
generado sea amable.
En el fondo, lo que estamos viendo es el inicio
de una renovación en donde se están enfrentando las antiguas tendencias contra las
nuevas generaciones, y en donde un nuevo pensamiento empieza a nacer luchando
contra el antiguo estatus quo, no hay forma que lo nuevo aparezca sin que la
vieja tendencia se rebele a un cambio generacional.
Entonces de ahí se deriva el reto que como
personas, como familias, como sociedad, como mexicanos y como raza, enfrentaremos
para el próximo año. Creo que ahí está el verdadero reto del famosísimo año
2012, que cada uno de nosotros entienda que este nuevo año representa el romper
nuestro propio paradigma con el fin de crear un nuevo modelo de vida. Y claro, me
podrá decir usted, se dice muy fácil y se lee más fácil todavía, pero considero
que la fuerza de nosotros los humanos nace de ahí, de enfrentar nuevos retos y
de modificar las situaciones adversas. Bien decían los antiguos chinos, en
cualquier difícil situación siempre se podrán encontrar nuevas oportunidades y
creo que, como mexicanos, hoy estamos frente a la gran oportunidad de poder
cambiar el rumbo de nuestro futuro, solamente es cuestión que nos decidamos.
Para el año 2012 necesitaremos de toda
nuestra habilidad como personas, toda nuestra imaginación y todas nuestras
ganas, para enfrentar los cambios y los retos que se nos presentarán como
personas y como sociedad. No necesariamente debemos de pensar que nos va a ir
mal, sólo debemos de empezar a pensar diferente y eso nos dará la fuerza para
poder enfrentar los retos.
Aquí en México tenemos grandes retos que
enfrentar, pero somos una cultura fuerte y creativa, lo que nos ha ganado es la
flojera y la comodidad. Romperlas será el reto más fuerte que nos podemos
encontrar, pero estoy seguro que lo lograremos para seguir adelante.
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